Hoy es un día triste

Pedro Miguel Casado Casero

Hoy es un día triste en la provincia de León. Un día triste porque ha vuelto a vencer el sillón caliente y la falta de compromiso por una tierra. Un provincia como León no se merece esta clase de políticos. Se merece a unos dirigentes con ganas de trabajar y de comprometerse por su tierra, aun cuando la situación de crisis económica no lo permita. Hoy se cumple un ciclo de 8 años, renovado otros cuatros años más, donde ha primado el enfrentamiento y el miedo a partes iguales. Miedo a perder el sillón que les da de comer mes tras mes, ya que ya no son pocos los políticos que ven a la política como un negocio, en vez de una forma de aportar y trabajar por la tierra que le ha visto nacer, crecer, y que ha confiado en el, para representar sus intereses y que por desgracia no cumplen, en su gran mayoría.

Se que aún quedan políticos honrados, aunque me cueste encontrarlos. A esa clase de políticos les diría que no tengan miedo a enfrentarse aquello con lo que no están de acuerdo. Un partido político debe ser un continuo debate de opiniones, donde el consenso y la pluralidad debería de ser la nota dominante, en vez de una voz singular y dictatorial como la que prima hoy en día dentro del Partido Popular de León.

Muchos verán en mis palabras despecho, o ira... y les puedo asegurar que ninguna de las dos cosas las siento en este momento. Siento lástima y vergüenza de ver cómo una señora, que con sus actos, no representa a la sociedad que la ha votado, pueda salir reelegida como presidenta de una formación política como el Partido Popular de León.

Después de más de 11 años militando en el PP, puedo asegurar, y lo puedo decir bien alto, que este no es el partido que yo me encontré cuando entré por primera vez en la antigua sede del edificio Europa. En aquella época, existían ganas de trabajar por tu tierra, y ganas de luchar por algo en lo que creías. Hoy, 16 de junio de 2012, puedo decir que esas ganas ya no existen dentro de mú. Aún sigo confiando en muchas de las personas que aún componen el PP de León, pero si algo podré reprocharles el día de mañana, es que en el día de hoy han seguido siendo cómplices de una situación política a nivel interno que nos va a costar mucho recuperar, si es que alguna vez podemos conseguirlo.

Hoy, desde el exilio en la capital de España, deseo desde lo más profundo de mi corazón que esta situación cambie en un futuro no muy lejano, donde empiece a primar la cordura, el diálogo y el debate, tan necesario en nuestra formación política y más en los tiempos que corren, dentro del Partido Popular de León.

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