Uno de los guardias muertos será enterrado esta tarde en Laguna de Negrillos y los otros dos incinerados
La Catedral de León acogerá esta tarde a las cinco el funeral conjunto por los tres guardias civiles que fallecieron ayer en Maraña cuando realizaban un rescate de montaña y el helicóptero en el que viajaban se estrelló tras chocar una hélice con la roca. Después, los restos mortales de José Martínez Conejo recibirán sepultura en su localidad natal, Laguna de Negrillos, y los cadáveres de sus compañeros, Emilio Pérez Peláez y Marcos Antonio Benito Rodríguez serán incinerados en la intimidad familiar.
También en la intimidad, aunque relativa, por la numerosa presencia de compañeros, familiares y amigos de los fallecidos, tiene lugar la capilla ardiente instalada ayer por la noche en la Comandancia de León, desde donde los féretros partirán esta tarde hacia la catedral, donde el arzobispo castrense, Juan del Río, presidirá la misa de funeral acompañado del obispo de León, Julián López. Está prevista la asistencia de numerosas militares y civiles, entre ellas, la del ministro del Interior, Jorge Fernández Díez, el director general del Instituto Armado, Arsenio Fernández de Mesa, el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano, y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera.
Mientras, en la localidad leonesa de Laguna de Negrillos, las banderas siguen a media asta en el segundo de los tres días de luto declarados por la muerte de uno de sus hijos. El alcalde, Ángel Valencia, recordó hoy el impacto que la noticia provocó en los vecinos. El fallecido había estado el viernes en la localidad participando activamente en el programa de actos organizados con motivo de la Fiesta de la Alubia, que se celebraba hasta hoy y que fue suspendida tras conocerse el trágico accidente. Además, después de un pleno extraordinario y urgente, los vecinos de Laguna guardaron ayer un emotivo minuto de silencio en recuerdo de su paisano.