Madrid invierte 95 millones en Asturias y Cantabria en la N-621 mientras olvida el tramo de Picos de Europa en León

Una vista del estado actual de la N-621 en el desfiladero de la Hermida. // Cantabria Rural

Jesús María López de Uribe

Picos de Europa sólo existe en Asturias y Cantabria para el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agencia Urbana. Pese a las reiteradas preguntas sobre inversiones en las nacionales de la parte leonesa (N-621 y N-625, que comparten trazado desde Cistierna a Riaño) desde el Gabinete de José Luis Ábalos sólo se contesta que “las reparaciones han de esperar a la disponibilidad de los remanentes después de la pandemia”.

Al menos esto es lo que conoce el senador del PP, Javier Santiago, que en estos últimos dos años ha enviado tres preguntas sobre las inversiones de dos vías de comunicación que están muy dañadas por el paso del tiempo y cuyas respuestas adquieren una negativa relevancia tras anunciar el Mitma una inversión de 95,74 millones de euros para reconstruir el paso del Desfiladero de la Hermida en las dos comunidades autónomas vecinas. En las comunidades vecinas se reconstruye, mientras que en León sólo cabe esperar, y no se sabe hasta cuándo, reparaciones.

Ambas –“casualmente”, señala el representante leonés–, con gobiernos del PSOE en solitario en el Principado y apoyando al Miguel Ángel Revilla en coalición con el Partido Regionalista de Cantabria. Las obras allí no tendrán que esperar a los remanentes post-pandemia, como parece que sí tiene que hacer la zona leonesa de los Picos de Europa y la Montaña Oriental (también conocida como Montaña de Riaño). El pasado lunes se anunció a bombo y platillo la reconstrucción de un tramo de 20 kilómetros entre las localidades asturiana de Panes y la cántabra de Castro Cillórigo, para ejecutar casi una nueva carretera eliminando las notables curvas del trazado.

El proyecto consiste, según Cantabria Económica, “en la mejora e integración ambiental de la carretera N-621, entre los kilómetros 154,5 (Castro Cillórigo, Cantabria), y 174,5 (Panes, Asturias), en una longitud de 17,2 kilómetros que corresponden al paso por el desfiladero de La Hermida, en paralelo al curso del río Deva. Su trazado se ubica por tanto en Cantabria (11 kilómetros) y Asturias (9 kilómetros)”.

Una carretera que, según los datos del Mitma, “cuenta actualmente con 174 curvas de radio menor a 100 metros, de las cuales, 11 tienen incluso menos de 25 metros” y que es la única vía de acceso desde la Cornisa Cantábrica hacia los valles de Camaleño, Liébana y Picos de Europa y entrada a León por el puerto de San Glorio; con un tráfico medio de 2.500 vehículos que se puede llegar a triplicar en verano.

Así, en los tramos asturianos y cántabros se pretende “resolver y garantizar la accesibilidad en la zona, además de asegurar la continuidad de la circulación y mejorar la seguridad vial” creando una plataforma de dos carriles de 3 metros de anchura, arcenes de un metro, cunetas de 0,50 metros y 0,50 metros más para los sistemas de contención“ siempre ”salvaguardando los altos valores ambientales del entorno“.

Las nacionales de León, “una vergüenza”

Sin embargo, nada se sabe de ninguna actuación siquiera similar para la zona leonesa de Picos de Europa, cuyas dos nacionales están machacadas por el paso del tiempo y la dura meteorología del entorno. Los propios habitantes de la Montaña Oriental, hartos de la situación, iniciaron una campaña en Change.org en noviembre del año pasado denunciando el terrible estado de estas vías de comunicación.

“Las carreteras N-621 y N-625 son las principales vías de comunicación de nuestra comarca, que nos llevan a León, Cistierna, Cangas de Onís y Potes. Desde hace unos cuantos años, su estado de conservación va empeorando, sin que el Gobierno central haga nada por solucionarlo. Argayos, baches y grietas son una constante, y nos ponen en peligro cada vez que nos desplazamos. Los parches que han puesto no han durado ni un verano. Estas son algunas de las carreteras más peligrosas de toda España”, indican en la recogida de firmas.

“Todos hablan del medio rural, de la despoblación y la importancia de los pueblos. Pero a la hora de la verdad, nuestros problemas son ignorados. Y como vecinos de la Montaña de Riaño, lo vivimos en primera persona. Nuestras carreteras son una vergüenza”, protestan los impulsores de esta campaña.

La situación de abandono y destrozo del firme de estas tres carreteras nacionales de alta montaña es tan clamorosa que también UPL y Ciudadanos han realizado varias preguntas y reclamaciones sobre su estado y planes de reparación. Literalmente se están deshaciendo sin que se haga nada más que reparar cuando, más o menos cada dos años, se producen enormes argayos que las bloquean en Asturias o cada vez que hay una crecida de aguas se desploman y uno de los carriles desaparece del trazado al hundirse el terreno. Las únicas inversiones que efectúa el Ministerio de Transportes -antes de Fomento- en éstas son las de emergencia porque si no, no se puede pasar.

Menos de un millón para el principio de la Montaña de Riaño

En las respuestas al senador Santiago que se le enviaron en abril de 2020 se le informa de que en 2019 se licitó y adjudicó el 'proceso de modificación de acceso para implantación de centro de Conservación de Carreteras en San Cipriano de Rueda' por 200.000 euros. No es ni siquiera una obra para la calzada y está a muchos kilómetros de lo duro de la Montaña Oriental leonesa.

En aquellos momentos estaba “en proceso de redacción” la 'rehabilitación superficial y puntualmente estructural del firme en la carretera N-625 entre Mansilla de las Mulas y Cistierna', con presupuesto de 8.67.721 euros. Un recorrido que tampoco es de alta montaña, sino que transcurre por el valle del Esla como la anterior obra, y del que nada se sabe.

En los tramos ya del comienzo de la alta montaña (pero no en pleno de ella) el Gobierno informó de dos proyectos, en la salida de Cistierna hacia Vidanes, que habrían supuesto un gasto de un millón de euros; pero que se han paralizado “por la situación de crisis sanitaria ocasionada por la covid-19”.

“Y ese millón no es más que simple mantenimento, parcheado y demás. Nada de reasfaltado y fresado que es lo que necesita”, afirma el senador popular.

“Lo único que he podido conseguir con estas preguntas –explica el senador del PP y alcalde de Almanza, un municipio en la vera del Esla a los pies de la Montaña Oriental de León– es que de haber gastos, porque hay que esperar a después de la pandemia, serán de mantenimiento y una pequeña actuación, nada que ver con lo que el Gobierno socialista va a invertir en Asturias y Cantabria y lo que está invirtiendo en Galicia”.

“Han dejado de lado completamente a León. Mucho se llenan la boca en Madrid de luchar contra la despoblación y así, olvidando las infraestructuras por que están una provincia que tienen completamente olvidada, condenan a zonas como estas a que no quede nadie; y como sigan así estas carreteras, ni terminen llegando los turistas por que ya es un peligro circular por ellas”, critica.

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