El Gobierno deniega a la Junta la rebaja del toque de queda a las ocho de la tarde

La consejera de Sanidad de la Junta, Verónica Casado, con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en Valladolid / ICAL

El Gobierno rechaza de plano el adelanto del toque de queda en Castilla y León de las 20.00 horas porque “no tiene cabida” dentro del estado de alarma vigente.

Así lo acaba de comunicar la Delegación del Gobierno en Castila y León a los medios de comunicación tras conocer el endurecimiento de las medidas restrictivas acordado por la Junta de manera urgente esta mañana y que anunció para su entrada en vigor mañana sábado 16 de enero.

En este sentido, el Ministerio de Sanidad recuerda que el Real Decreto del estado de alarma establece la obligación de comunicar previamente al Ministerio de Sanidad las medidas que dicta el presidente de cada autonomía como autoridad delegada, algo que no se habría hecho hoy.

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y portavoz autonómico, Francisco Igea, ha anunciado el límite de movilidad en horario nocturno a partir de las 20.00 horas y no de las 22.00 como lleva desde noviembre para controlar los nuevos casos de Covid-19 detectados en los últimos días. “El horario nocturno es, según nuestros servicios jurídicos, desde el ocaso hasta el amanecer”, había defendido Igea esta mañana para justificarlo.

También se había acordado reducir a un máximo cuatro personas no convivientes las reuniones en domicilios particulares, así como el cierre perimetral por provincias, medida esta última que en principio sí podría adoptar la Junta sin problema competencial.

El secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, respaldó, por su parte, esta mañana el toque de queda de las 20.00 horas aunque ha reconoía que “Hay alguna duda jurídica”.

El actual estado de alarma contempla un toque de queda entre las 23.00 y las 6.00 horas, aunque permitía que las autonomías modificaran este margen entre las 22.00 y la medianoche o entre las 5.00 y las 7.00 horas. Castilla y León, junto a Galicia y País Vasco, pone sobre la mesa esta ampliación del toque de queda en horario nocturno, que no pueden ejecutar si el Gobierno no habilita una herramienta legal nueva que así lo permita.

También se reducirá en toda Castilla y León el aforo para las reuniones, celebraciones y encuentros religiosos a un tercio de su aforo, con un máximo de 25 personas.

Esta no es la única iniciativa de la Junta de Castilla y León que el Gobierno de Pedro Sánchez ha rechazado en las últimas semanas. El día 6 de enero, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, volvió a pedir una herramienta legal para poder realizar un confinamiento domiciliario, que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, rechazó al día siguiente.

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