Endesa asegura no haber pedido todavía el cierre de Compostilla pero asume que tendrá que hacerlo

César Sánchez / ICAL Central de Compostilla en Cubillos del Sil (León)

Antonio Vega

Endesa ha negado este juves que ya haya presentado una solicitud formal para el cierre de la central térmica de Compostilla en Cubillos del Sil, después de que El Confidencial publicara que el cierre de esta central y la de Andorra (Teruel) ya se ha comunicado de forma informal al Gobierno de España, quien debe autorizarlo.

“Nosotros no hemos presentado ninguna solicitud formal, ni oficial para el cierre”, aseguró un responsable de la eléctrica española propiedad del grupo italiano Enel a la Agencia Ical. Pero la compañía admite, en conversación con ILEÓN, que sin las inversiones necesarias para cumplir con la directiva europea de emisiones industriales están abocadas al cierre.

La normativa europea contempla que aquellas centrales que no se adapten deberán reducir notablemente su capacidad de producción a 30 de junio de 2020 y tres años después cerrar de forma definitiva, en el mejor de los casos.

Endesa presentará la próxima semana su nuevo Plan Estratégico que no incluirá, previsiblemente, ninguna inversión para las térmicas que consumen carbón nacional, tal y como recoge el actual plan estratégico en vigor (2017-2019), lo que supone que sólo se quedarán con las térmicas de As Pontes en A Coruña y de Litoral en Almería, y por tanto el cierre de las otras dos.

“El futuro de las centrales, no es nada nuevo, lleva desde hace mucho tiempo así. El año pasado ya dijimos que en estas condiciones no se iban a presentar inversiones para adaptar la central a la normativa europea, no había retorno”, explicaron fuentes de la eléctrica, quienes sin embargo no adelantaron ningún detalle sobre el nuevo Plan Estratégico.

La actual central de Compostilla, que se puso en marcha en 1972 sustituyendo a la de los años 40, tiene marcado en el calendario la fecha del 30 de junio de 2020 como límite impuesto por la multinacional italiana Enel para cesar la producción, después de que los responsables empresariales anunciaran que no acometerían las inversiones necesarias para adaptar las instalaciones a la nueva normativa ambiental europea.

El plan de cierre de Endesa de la térmica ubicada en la localidad berciana de Cubillos del Sil lleva años en marcha. En 2014 la compañía eléctrica ya dotó en sus cuentas los fondos necesarios para cerrar y desmantelar la central térmica. Los planes estratégicos tanto de Endesa, como de su principal accionista la italiana Enel, ya contemplaban el cierre de la mayoría de sus térmicas y dejar sólo en funcionamiento las que quemaban carbón de importación.

La autorización de cierre de la térmica depende del Gobierno central, y necesita una autorización ambiental previa. Hasta el momento en la provincia de León tiene esa autorización ambiental, aunque no la de cierre definitivo, la central de Anllares ubicada en el municipio de Páramo del Sil propiedad de Naturgy (Gas Natural Fenosa) y la propia Endesa.

El número dos del Ministerio de Transición Ecológica, el secretario de Estado de Energía, ya reconoció hace unos días que sólo quedarían abiertas en España cinco centrales térmicas en 2020, lo que supone, según lo que las propias eléctricas han expresado, que la única que sobreviviría en la provincia leonesa es la de La Robla, propiedad de Naturgy.

El cierre de la central térmica de Compostilla es toda una traición de Endesa a sus orígenes ya que esta planta es precisamente el origen de la compañía eléctrica en la década de los 40, cuando el gobierno de Franco promovió la construcción de la térmica, que le costó incluso un desconocido atentado desvelado por ILEÓN.

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