La discriminación a la plantilla del Hospital de León: casi sin plazas de aparcamiento a pesar de un parking semivacío
Rebelión entre los trabajadores del Hospital de León por el caos y la doble vara de medir que los más de 3.000 empleados sanitarios del centro hospitalario más grande de toda la Comunidad sufren a diario a la hora de aparcar para acudir a su trabajo, cuando además el parking aledaño, de propiedad municipal pero entregado a una concesión privada, mantiene una de sus dos plantas cerradas a cal y canto, sin uso alguno y a oscuras.
Se trata de un problema mucho más serio de lo que parece, según resaltan fuentes de la Junta de Personal que agrupa a todos los sindicatos sanitarios con representación, y que exigen por un lado a la Gerencia de Sanidad Castilla y León (Sacyl) de la Junta, y al Ayuntamiento de León, por otro, que tomen cartas en el asunto antes de que la presión laboral aumente o quién sabe si incluso no se produce algún accidente serio.
Y es que los sindicatos no sólo argumentan el “muy elevado coste”, de cientos de euros mensuales, que le supone a los empleados hospitalarios verse obligados casi todos los días a usar la única mitad del parking subterráneo que permanece disponible. Va más allá, porque aunque se dispone desde hace poco más de una década de un espacio interior acotado para que los trabajadores aparquen, lo cierto es que “no cabe casi nadie”. Estiman que existen unas 396 plazas en general y otra treintena, como mucho, junto al antiguo hospital San Antonio Abad, para más de 3.000 de plantilla. Esto es, aproximadamente para un 15% de trabajadores. “Sólo en un turno de mañana rondamos los 1.800” acudiendo a un único turno, cifran.
Las alternativas fuera de este espacio interior, como puede comprobar cualquier ciudadano que acuda al Hospital a una consulta o a visitar a alguien ingresado, no son más que 'pasar por caja' en el parking, cuya propiedad pertenece al Ayuntamiento pero que fue privatizado a través de una jugosa concesión de 40 años, primero en 2004 a la fallida constructora Leocasa, de los empresarios José Luis Ulibarri y Vitorino González, y recayendo después en manos de una UTE formada por Empark -socia de la ORA con el Consistorio leonés- el grupo Hosteleón.
Como recuerdan los sindicatos pero también cualquier vecino de León o usuario del Hospital, desde que el aparcamiento subterráneo comenzó a funcionar, el Consistorio se encargó de convertir el resto de la zona exterior en un campo de obstáculos que siguen impidiendo estacionar en zona alguna.
Se trata de auténticas e intencionadas “barreras automovilísticas” que, además, se convierten “peor aún, en barreras también arquitectónicas”, lamentan las fuentes sindicales. No es raro, de hecho, ver en el entorno de un gran centro hospitalario como el leonés a personas sde movilidad reducida e incluso en silla de ruedas “teniendo que ir por la carretera”, dentro y fuera del único espacio de aparcamiento laboral , con el “gran riesgo” que esto conlleva. Un potencial disgusto ronda la zona cada día.
La excepción en Castilla y León
A esto se añade el hecho del agravio que la plantilla leonesa debe sufrir, porque “en el resto de hospitales disponen de espacio de aparcamiento para todos”, léase en el Hospital de Salamanca, el Río Hortega de Valladolid o el HUBO de Burgos. Y los dos que no disponen de él, como Soria o Ávila, sí tienen amplias explanadas cercanas con espacio suficiente, no un parking en desuso y de pago forzado, como en León. Un parking, por cierto, abonado al escándalo, como cuando en 2016 se intentó imponer un 'tarifazo' del 76% de subida de precio, que sólo una campaña en contra frenó, pero sin impedir nuevos intentos posteriores y recientes, criticados por algunos partidos.
Y para más inri, cada pequeña mejora de infraestructuras sanitarias, como el búnker del nuevo acelerador lineal o la prometida ampliación de zona y camas UCI -que la Junta ha ejecutado en toda la Comunidad, menos en el Hospital de León-, se ejecuta a costa de reducir aún más el menguado y peligroso espacio interno de aparcamiento.
Así las cosas, la Junta de Personal hospitalaria leonesa ha conseguido mantener un primer encuentro con el alcalde de León, José antonio Diez, que de momento se ha comprometido apenas a celebrar otra reunión en la que ya participe la empresa concesionaria del parking para saber si se puede conseguir por ejemplo el uso de la segunda planta, hoy clausurada, en condiciones más ventajosas o con alguna bonificación. El regidor sin embargo insiste en que, aunque dice apoyar la reivindicación, es una decisión empresarial, obviando que el parking es público y es municipal, aunque privatizado.
'Ultimatum' a la gerencia Regional de Salud
Por otro lado, la solución compete a la Junta de Castilla y León, que gestiona la sanidad y que “como empleador es el responsable de mejorar las condiciones de trabajo” de todos los sanitarios. Así lo han entendido “muchos gerentes en estos años, pero sin que nadie haya adoptado ninguna medida”, lamentan los sindicatos.
Por eso, la Junta de Personal ahora exigirá una reunión urgente con la Gerencia Regional de Salud, y en concreto con su nueva responsable, María Jesús Violeta Martínez Pindado, para que ponga en marcha una solución “urgente”, la más factible de las cuales sería negociar con la empresa parking el alquiler de la planta clausurada en condiciones ventajosas. Y advierten de la “hartura” de años en los que acudir con el vehículo propio ha sido no sólo muy costoso económicamente sino “misión imposible”.
Más alternativas de manos del Ayuntamiento
Otros aspectos disuasorios y de mejora de la movilidad tratados con el alcalde leonés, con los que en principio Diez se habría comprometido, según la Junta de Personal, es situar en el Hospital de León un punto de alquiler de bicicletas dentro de la red del reciente servicio, a pesar de que el Ayuntamiento también lo ha privatizado, e incluso un aparcabicis cubierto como otros piloto colocados en varios emplazamientos de la ciudad, igualmente en manos de empresas.
También se estudiará la posible modificación de los horarios de autobuses, para tratar de aquilatarlos mejor a turnos de trabajo en el Hospital, e incluso la posibilidad de poner un refuerzo si no llegará a cubrir las necesidades, aunque todo esto lógicamente supeditado a que esos buses a mayores cosechen una afluencia satisfactoria.
De lo que se trata, insisten
los sindicatos, es que acudir a trabajar al mayor Hospital de la Comunidad deje de suponer una penalización en muchos sentidos para una plantilla que lleva aguantando una situación de discriminación durante años.