Los desalojados del Laboratorio Social no descartan nuevas ocupaciones

“El proyecto del Laboratorio Social no termina aquí”. Así se expresaba Guillermo Martínez, uno de los manifestantes que esta tarde protestaban frente a Botines por el cierre repentino por parte de la Junta del edificio que llevaban ocupando durante tres meses. La administración autonómica les había remitido una notificación de desalojo, pero antes de concluir los plazos dados por la propia Junta, entraron sin previo aviso y precintaron con cadenas todas las puertas.

Por este motivo, cerca de dos centenares de personas se han concentrado en repulsa de este acto y también por el hecho de que no les dejen utilizar para toda la sociedad un edificio que actualmente no tiene un uso definido y que llevaba cuatro años sin ser utilizado. “Las puertas se encadenan, los pensamientos no”, rezaba la pancarta que llevaban entre varios.

Los integrantes del Laboratorio Social esperan ahora a que algún miembro de la Junta se ponga en contacto con ellos para que puedan acceder al edificio y recuperar sus pertenencias, pero Martínez asegura que “esos enseres que han sido donados para construir un centro autogestionado”, por lo que irán destinados a este objetivo.

Por ello, no descarta la ocupación de otros edificios públicos que actualmente no se están utilizando,aunque reconoce que también están abiertos a la negociación con las autoridades para crear algo. “Hemos abierto un proceso de reflexión”, comenta.