Colonización hostelera en el corazón de León: la plaza de San Marcelo multiplica sus terrazas por 10 en una década

Arriba, San Marcelo en 2014 con un bar a la vista y varios comercios; en 2024, cuatro hosteleros y ninguno comercial.

Carlos J. Domínguez

En 2014, la céntrica Plaza de San Marcelo albergaba apenas tres establecimientos de hostelería, una clara minoría respecto a los establecimientos comerciales. Hoy, una década después, en la también conocida popularmente como Plaza de las Palomas, ya son siete los bares y restaurantes que ofrecen sus servicios en el mismo espacio. Y tiendas ya no hay.

No hace falta aplicar matemáticas básicas para cifrar en un 133% el incremento del número de lugares donde tomar una tapa, picar algo o cenar ni para evidenciar que el comercio prácticamente ya ha desaparecido en los bajos de las viviendas de la zona, detrás de unas terrazas que crecen y crecen de manera exponencial.

Tan sólo bastaría un vistazo en persona o la revisión de fotografías comparativas como las que ilustran esta información y que dejan claro que la hostelería ha colonizado el corazón de la ciudad, siendo San Marcelo un buen ejemplo de ello, aunque no el único. De hecho, el acelerado proceso ha llegado a generar, en casos muy puntuales, algunas controversias e incluso conflictos que hasta han provocado sanciones por la instalación de veladores que incumplen algunas normas básicas.

En esa comparativa de imagen y memoria no resulta difícil recordar que hace diez años el lugar albergaba comercio textil (Yalex, en el Palacio de los Villafañe), peluquería, tiendas de regalos, un kiosco con productos de León, la franquicia de una conocida marca de telefonía, comercio de bisutería y joyas. Compartían espacio con establecimientos de solera como Los Pelayos y Casa Pozo, que tenían aparcamientos oficiales del Ayuntamiento enfrente donde hoy hay terrazas y veladores, así como El Capricho, que es el único bar y restaurante superviviente de aquella época.

Hoy por orden desde la confluencia de la Calle Ancha hasta Arco de Ánimas el listado es abrumador: Marcela, El Capricho, OFF, La Genuina, Kiosco de Pizza, MiMO y Sibuya.

Todos ellos, al contrario de lo que pasaba entonces, incorporan amplias terrazas al exterior, en gran parte porque la necesidad de terraza pegó un giro total desde la pandemia de coronavirus de 2020. Hay tantas terrazas ahora en total que la suma de los actuales veladores -una mesa más cuatro sillas- asciende a más de 94, o lo que es lo mismo, a más de 370 asientos sobre la vía pública. En cambio, hace una década eran sólo nueve veladores y 36 sillas: es decir, también en este cómputo los datos se han multiplicado por diez en este período. Y por contra, ya no se puede realizar ninguna compra en el lugar, exceptuando si se adquiere una pieza en la Galería de Arte existente o se hace negocio en el Compro Oro aledaño.

La nueva ordenanza santifica una ocupación del 23,2%

Tras más de una década de quedarse obsoleta, este año se ha aprobado por fin, no sin polémica, la nueva ordenanza municipal de terrazas. El texto, que ya ha entrado en vigor pero que el Ayuntamiento de León comenzará a aplicar con firmeza desde finales de año para permitir acostumbrarse a los cambios, hace especial hincapié en la saturación hostelera de las plazas públicas. Buen ejemplo fue el de la Plaza Mayor, con una propuesta inicial altamente invasiva que tuvo que reducirse a raíz de publicarse algunos detalles.

En el caso concreto de la Plaza de San Marcelo, la nueva ordenanza recoge una dimensión total de 2.852,17 metros cuadrados de superficie, permitiendo a los establecimientos como máximo poder ocupar con veladores 660,71 metros. El porcentaje en este caso sería del 23,2% de ocupación, según los técnicos.

En lo que sí esta emblemática plaza pública se ha convertido en un punto especial es en las polémicas y problemas que ha conllevado la proliferación descontrolada del tipo de terrazas por las que apuestan unos pocos hosteleros, de modo que en San Marcelo se han tenido que producir dos experientes sancionadores por parte de Patrimonio de la Junta por la instalación de enormes elementos casi fijos en áreas altamente protegidas, donde se prohíben de manera expresa.

Han sido los casos primero del restaurante y bar Marcela, y su ya bautizado como 'mamotreto' frente al palacio de los Villafañe donde se ubica, instalado hace casi tres años, y sancionados por Patrimonio por afectar de lleno al Camino de Santiago, que es Bien de Interés Cultural (BIC) y Patrimonio de la Humanidad. Eso ha conllevado un tortuoso proceso judicial y administrativo, el segundo de los cuales impuso una multa económica -cuya cuantía la Junta oculta- pero que sin embargo retrasa sin fecha la obligación de desmantelar los veladores cerrados sobre el pavimento.

En todo ese proceso, el Ayuntamiento siempre defendió la legalidad de la instalación -aunque hubo radicales cambios de informes-, y sin embargo la nueva ordenanza no los permitiría tras los últimos cambios introducidos.

Este mismo año se ha producido un segundo, y muy similar, caso de otro velador cerrado y estable, igualmente afectando al bien protegido del Camino de Santiago, que ha sido objeto de otro expediente infractor aún en marcha.

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