El celador de los Ancares defiende su inocencia
“Yo nunca he prendido fuego. Soy un amante de la naturaleza. No se me ocurriría en mi vida prender fuego al monte porque sé que se pone en riesgo la vida de quienes van a apagarlo. No se me pasaría por la cabeza”. Son palabras que Alberto García, el celador forestal de la Junta acusado de provocar el incendio que en octubre de 2011 arrasó 305 hectáreas en la reserva de Los Ancares, pronunció esta tarde con vehemencia durante su declaración en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León.
El acusado insistió en su inocencia en respuesta al interrogatorio del fiscal y las acusaciones. “Yo no he hecho nada”, reiteró en su declaración. Alberto García negó la autoría de los hechos y las argumentaciones del fiscal sobre que él fuese la única persona localizada en el lugar donde se registraron los dos focos del fuego en la franja horaria en la que se inició. Que los agentes medioambientales que se cruzasen con él únicamente le vieran a él, dijo, no significa que no hubiera nadie más porque hay varias direcciones a las que pueden dirigirse los vehículos que transiten por la zona entre los puntos 'clave' del caso.
También rechazó las imprecisiones o incoherencias horarias que le reprochaba el fiscal y argumentó en reiteradas ocasiones que no podía precisar más los tiempos o que pudo cometer algún error en sus primeras declaraciones. De la misma manera, negó haber proferido amenazas contra algunos vecinos. “No amenacé a nadie. Dije que estaba hasta las narices de que la gente le diera a la lengua sin motivo ni razón”, manifestó.
El respeto a la naturaleza que asegura tener Alberto García parece que no se lo reconoce a otros trabajadores medioambientales. Así, aseguró que al guarda mayor de La Reserva “le decían El Chispas. ¿Ustedes por qué creen?”, cuestionó. La vehemencia empleada por el acusado en sus explicaciones también quedó de manifiesto cuando aludió al encuentro que asegura haber mantenido con una amiga el día de los hechos. “Si quiere le digo también en qué postura estábamos”, le espetó al fiscal.
El celador se enfrenta a una petición de pena de cárcel de cinco años por parte de la fiscalía y las acusaciones de la Junta de Castilla y León, Fundación Oso Pardo mientras varias organizaciones ecologistas reclaman 18 años de prisión. También se pide una indemnización a la Junta por los daños y perjuicios causados y por los gastos de extinción del incendio que asciende a 295.775 euros.
La defensa reclama la libre absolución y niega que se intentase un acuerdo con las partes. “Mi cliente es absolutamente inocente de cuantos hechos se le imputan y nunca ha existido ningún tipo de negociación. Se negocia cuando hay algún sentimiento de culpabilidad, cuando hay inocencia, no se negocia”, señaló el letrado Enrique Beamud antes de subrayar que existen unas 40 declaraciones, “y ninguna involucra directamente a mi representado en la producción de esos incendios. Parece ser que fue una temporada en la que se produjeron muchos incendios en la zona y había necesidad de buscar algún culpable y le tocó a Alberto García”.
El incendio por el que se juzga a este guarda afectó al municipio de Villafranca del Bierzo y a las entidades locales menores de Porcarizas, Villar de Acero y Campo del Agua, en los parajes de Valiña Grande y Ouru. La totalidad de la superficie quemada se encuentra incluida en las figuras de Espacios Protegidos Red Natura 2000, es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) 'Sierra de los Ancares'y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) 'Sierra de los Ancares'. El espacio natural 'Sierra de Ancares' también está incluido en el Plan de Espacios Naturales Protegidos de Castilla y León.