El asturiano que ha pasado 13 años pedaleando por el mundo aprendiendo a vivir en la incertidumbre

Álvaro Neil en la plaza de la Catedral de León

13 años de viaje por el mundo a lomos de una bicicleta. Esa es la aventura que el asturiano Álvaro Neil ha llevado a cabo desde el año 2004 y a la que este domingo 19 de noviembre pone fin llegando al punto de donde salió, Oviedo. Este jueves era la capital leonesa la que acogía a este 'peregrino del mundo' que afronta por tierras leonesas sus últimas etapas de un largo viaje, haciendo el viaje de vuelta hacia su Asturias natal.

La Catedral de León fue el escenario de la parada de Neil en su trayecto, acompañado de dos amigos, Mauricio, un brasileño que conoció en 2003 y que ha recorrido con él estas últimas etapas y el catalán Alex, otro peregrino del mundo que se ha unido al tramo final de la aventura. Este viernes el recorrido es desde León hacia La Robla y el sábado tocará superar el Puerto de Pajares hasta Campomanes. El domingo será un último tramo festivo hasta Oviedo con un centenar de participantes que pondrán fin a esta gran aventura denominada 'Miles of Smiles around the World' (que podría traducirse por kilómetros de sonrisas alrededor del mundo).

Porque además de viajar en bicicleta Álvaro Neil lo ha hecho con una motivación, 'hacerle cosquillas a la Tierra en favor de las personas más humildes con sus espectáculos gratuitos de clown'. De ahí el nombre con que es más conocido en internet y las redes sociales: Biciclown.

Hasta Cimanes de la Vega ha sido el primer tramo leonés de este final de viaje que ha supuesto recorrer 117 países y hacer en bicicletas más de 200.000 kilómetros. Neil no había vuelto a España hasta octubre de este año y ha realizado un recorrido que le ha llevado hasta Portugal con los 80 kilos de peso que lleva en su cuarta bicicleta de todos estos años.

Neil: He aprendido a vivir con la incertidumbre, a disfrutarla y a gozarla, y así llevo desde el 2001

Tras recorrer Sudamérica entre 2001 y 2003 con la motivación de realizar espectáculos de payaso para la gente más humilde este licenciado en Derecho decide abandonar los convencionalismos y meterse en este largo viaje que ahora concluye. “El primer proyecto fue para saber si yo valía, si me adaptaba a esta vida, a estar solo”, explica valorando que “uno no se puede aburrir de esta vida”, recordando su noche acampados en Cimanes de la Vega mirando las estrellas, “uno se aburriría de ir a comprar cada poco el iphone pero de esta vida nunca te aburres”.

Neil salió de Oviedo bajo una premisa, “voy a pedalear hasta que me canse”, y con satisfacción señala que “no la voy a cumplir” porque no se ha aburrido hasta finalizar este viaje. Pero reconoce que está “satisfecho” porque al mirar el mapa del mundo ve que ha recorrido bastante y ya no tiene inquietud por hacerlo mucho más.

Su truco para todos estos años ha sido saber llevar bien la incertidumbre, “he aprendido a vivir con ella, a disfrutarla y a gozarla, y así llevo desde el 2001”. Lo resume en que “cuando vives día a día, todo es un juego”. Asegura Neil que en este viaje “he tratado de llegar al ser humano”, reconociendo que “todos buscamos la felicidad, aunque algunos por un camino muy raro”. Lo que más valora es haber tenido tiempo, o más bien haberlo sabido usar de otra manera.

En su vuelta a España considera que nuestra sociedad está en la liga del primer mundo en “desconfianza”, al valorar como se vive en un mundo de etiquetas y bloques. No obstante en León capital ha sido un seguidor, Javier, quién ha acogido a Álvaro y a sus dos acompañantes antes de emprender sus últimos recorridos.

Sus objetivos inmediatos, aunque no sabe todavía dónde dormirá el domingo, es dar charlas por escuelas y motivacionales y escribir el que será su séptimo libro. Lo resume en una frase que es toda una filosofía de vida, “lo bonito de la vida es que nada es previsto”.

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