Asaja defiende que la presencia del lobo es “incompatible” con la ganadería extensiva

Ical

El sindicato Asaja en León alertó hoy del “alarmante crecimiento demográfico” del lobo como consecuencia de la política de la Junta de Castilla y León que, además de “consolidar” la presencia del animal en las zonas en las que ha estado tradicionalmente, ha generado ese incremento y favorecido que el lobo haya “conquistado” todo el territorio de la provincia. Desde Asaja se aclaró a través de un comunicado de que se defiende que la presencia del lobo es “incompatible” con la ganadería extensiva, en particular con las especies de vacuno y equino que pasan “a campo abierto” sin la vigilancia de los dueños, al contrario de lo que ocurre con el ganado ovino, que sale acompañado por el pastor.

El sindicato informó el último censo oficial sobre el lobo elaborado por la Junta de Castilla y León que asciende, en el caso de la provincia de León, a 54 manadas de lobos, lo que representa el 30 por ciento e las 179 manadas avistadas en toda la comunidad. la Junta estima que hay en total 1.600 lobos en Castilla y León, y que la población es “especialmente próspera” en las reservas regionales de caza del noroeste y noreste de la provincia de León.

En 2013, la Junta de Castilla y León tramitó favorablemente 170 ataques de lobo a la ganadería leonesa, afectando a 126 cabezas de ganado mayor y 115 de ovino. El número de ataques se incrementó el 48 por ciento respecto a los registrados en 2012, unos ataques que se refieren a los ocurridos en las reservas de caza o en el Parque Nacional de Picos de Europa, así como a ganaderías que disponen de un seguro ganadero, ya que el resto de los casos las denuncias no se resuelven favorablemente y la mayoría de los siniestros ni siquiera son comunicados a la Junta.

Por ello, según Asaja, los daños oficiales son únicamente “la punta del iceberg” de un problema “cada vez mayor” que pone en peligro la ganadería extensiva y que cuesta cada año millones de euros en pérdidas directas e indirectas. Desde Asaja se insistió a la hora de defender la presencia del lobo “únicamente en los territorios donde ha estado presente históricamente” con un control de censos que garantice la conservación, pero no la proliferación de la especie, y exigió a la Junta que asuma los daños “como daños patrimoniales”, valorándolos “en su justa medida” y pagando las indemnizaciones “en plazos razonables”.

Igualmente, y con una postura “de respeto”, desde Asaja se consideró que por encima de los pensamientos “medioambientalistas” tiene que estar “la defensa de los ganaderos como personas que ocupan el territorio, generan empleo y riqueza y son garantía de la preservación del medio ambiente y el medio rural”, añadieron.

Por otra parte, Asaja denunció que cada año se produce un incumplimiento del plan cinegético para esta especie, y que en 2013 tan solo se abatieron en la provincia de León 32 ejemplares de lobos, escasamente el 60 por ciento de los inicialmente previstos. Los lobos abatidos en acciones de caza en la provincia representaron en 42 por ciento de todos los capturados en Castilla y León.

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