El adiós de Azucarera en La Bañeza cinco meses después: sin alternativas, menos siembra y la empresa con más cierres

Planta de Azucarera de La Bañeza.

Antonio Vega

Los carteles de 'No al cierre de la azucarera' siguen colgados por las calles de La Bañeza cinco meses después de que la compañía AB Azucarera Iberia S.L.U. anunciara un ajuste de trabajadores en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha acabado suponiendo el fin de la histórica factoría, en funcionamiento desde 1931.

Más de 120 despidos pusieron final a la industria del azúcar en la provincia de León, que nació con fuerza tras la pérdida de Cuba por España a finales del S. XIX. Desde entonces hasta aquí León se convirtió, en cifras del 2024, en la provincia que más remolacha sembró aunque este año las cifras han bajado notablemente según los avances de siembras.

Los sindicatos, con una profunda división, pactaron al final un ERE para 194 personas, que afectaron básicamente al cierre de la factoría leonesa, además de un plan de traslados para algunos afectados y un supuesto compromiso de estudiar una alternativa industrial a su fábrica de La Bañeza. De momento los sindicatos han denunciado que Azucarera ha rechazado dos propuestas para la factoría bañezana elevadas por la Junta de Castilla y León por supuestamente no ser viables. La conclusión para los sindicatos es letal: “un fracaso total, parece ser que para León nadie se pone las pilas de forma sería y real. La desindustrialización de la provincia es un hecho, y a nadie le importa”, se lamentaban desde UGT.

Azucarera opera en España en régimen de duopolio en la molturación de la remolacha, donde solo tiene un competidor, la cooperativa vallisoletana Acor que asume la producción de 4.500 socios de varias provincias de Castilla y León. Los bajos precios del mercado europeo del azúcar y la bajada de ventas han sido los argumentos para realizar un gran ajustes de personal y factorías en España.

Hace dos semanas Azucarera anunciaba un nuevo recorte no previsto, el cierre de la fábrica de molturación de Jerez de la Frontera y que su factoría de Toro asuma la producción de toda España. Entre ambas localidades hay más de 620 kilómetros, lo que, según los sindicatos andaluces, abocan al fin de la remolacha en el sur del país. Una advertencia que ya hicieron los sindicatos leoneses ante el cierre de fábrica de La Bañeza.

De momento la siembra ha bajado notablemente según los datos globales del Ministerio de Agricultura, “Para la remolacha de verano, las primeras estimaciones de la campaña 2025-2026, muestran un descenso del 16,6 % en su superficie y de un 8,2 % en su producción respecto a los datos de la campaña precedente. En cuanto a las primeras estimaciones de superficie de la remolacha de invierno, muestran un descenso del 28,3 % respecto a los datos de cierre de la campaña 2024”. En Castilla y León las solicitudes de la PAC 2025 relacionadas con la remolacha fueron de 19.242 hectáreas (13.082 menos que un año antes), de ellas 6.242 en la provincia leonesa cuando en 2024 fueron 10.041 hectáreas.

La justificación del cierre de Jerez es el mismo que el de La Bañeza, la falta de rentabilidad y los precios bajos del azúcar en Europa. En sus informes AB Foods espera que en 2026 haya “alguna mejora en la rentabilidad del azúcar” y se mitiguen las pérdidas tras los ajustes en su negocio, fundamalmente en España. Además cree que “si bien nos beneficiaremos de haber contratado precios más bajos de la remolacha en Europa, los precios del azúcar se mantienen por debajo de nuestras expectativas anteriores y retrasarán la recuperación de la rentabilidad del azúcar”. Asaja denunció a principios de año que esos bajos precios ponían en peligro el futuro de muchos agricultores y solicitó que se pudieran cancelar anticipadamente, sin éxito.

El plan de Azucarera para Europa es “generar una buena rentabilidad y flujo de efectivo a lo largo del ciclo. Hacemos esto a través de relaciones duraderas con los clientes, que se basan en la alta calidad de nuestros productos y la seguridad de nuestro suministro”. Nada respecto al futuro de sus fábricas cerradas.

De Reino Unido a África

La antigua Sociedad General Azucarera de España, ahora 'Azucarera' a secas, es una filial del grupo británico Associated British Foods (AB Foods), una multinacional gigante dueño de otras marcas como la popular 'low cost' textil Primark. Además posee en régimen de monopolio British Sugar, la única industria de molturación de remolacha para azúcar en la isla británica. Azucarera pasó a manos inglesas en el año 2008 tras su venta por el entonces grupo Azucarera Ebro por más de 500 millones de euros.

En su último informe financiero al mercado AB Foods evalua en 200 millones de libras (unos 230 millones de euros) el coste del ajuste de su negocio europeo del azúcar. España se ha llevado la peor parte ya que en Reino Unido no ha habido cierres de factorías ni ajustes de plantilla más allá del cierre de una filial de bioetanol, pero por estar afectada por los vaivenes de los aranceles con Estados Unidos. El azúcar aporta el 13% del negocio y el 10% de los beneficios del grupo británico.

Las cuatros fábricas de British Sugar en Reino Unido ya han comenzado la recepción de la remolacha azucarera de esta campaña durante los meses de septiembre y octubre. La compañía es el único procesador remolacha de azúcar en el país, con capacidad para producir hasta 1,2 millones de toneladas de azúcar al año.

A mediados del mes de agosto British Sugar anunció el único ajuste de momento en Reino Unido, pese a que en sus informes anuales reconoce tantos vaivenes económicos como en el mercado español. Ha sido el cierre de Vivergo, una planta de producción de bioetanol que también produce alimento para animales para las granjas del Reino Unido. La causa ha sido la falta de rentabilidad “porque la viabilidad comercial de Vivergo se vio socavada por la forma en que se aplicaban las regulaciones del Reino Unido para favorecer a los productores extranjeros, un problema que posteriormente empeoró mucho por la decisión del Gobierno en mayo de eliminar los aranceles sobre el bioetanol estadounidense que ingresa al mercado del Reino Unido”. La compañía echa la culpa al gobierno laborista británico por el acuerdo arancelario con los Estados Unidos de Donald Trump, que permite que el bioetanol norteamericano entre sin costes adicionales. Las pérdidas, unos 40 millones de libras.

El nuevo acuerdo marco con los 2.300 agricultores de remolacha británicos contiene, señala la compañía, una ayuda de transporte hasta 60 millas (96 kilómetros). Entre La Bañeza y Toro hay 126 kilómetros, aunque Azucarera se ha comprometido a asumir costes de transporte de las próximas campañas tras el cierre bañezano. Luego ya se verá en las negociaciones de los contratos de producción.

En su negocio africano AB Foods, basado en la caña de azúcar, mantiene una apuesta de “crecimiento sostenible a largo plazo, basándonos en nuestras sólidas posiciones en el mercado”. En el año 2024, AB Food cerró su negocio de azúcar en China y apostó por mantener sus otros mercados, señalando que en África el rendimiento es diverso por circunstancias como las sequías en Zambia y Sudáfrica. Pero pondrá en marcha una nueva fábrica en la primera mitad del 2026. La multinacional británica anunciará el 4 de noviembre los resultados correspondientes a su ejercicio fiscal 2025 (que comienza y termina en el mes de septiembre).

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