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Los acusados del crimen de Larralde defienden su inocencia antes de la deliberación del jurado

El juicio por el asesinato de Roberto Larralde afrontará la próxima semana su última fase, en la que el jurado iniciará la deliberación para que el veredicto pueda emitirse en los próximos días, después de que los acusados tuvieran hoy ocasión de emitir sus últimas palabras ante quienes les juzgan, en las que volvieron a dejar constancia de su inocencia y de su no participación en los hechos. Previamente, finalizaron las exposiciones por parte de los abogados defensores, que también pidieron la libre absolución de sus defendidos.
El abogado de Miriam, la viuda de Roberto Larralde, dijo no entender los motivos por los que se había acusado a su defendida por ser “inocente”, y estimó que son necesarios múltiples indicios, que no se han localizado, y que además tienen que ser “serios, rigurosos e inequívocos” para determinar la participación de Miriam en los hechos. Para el letrado, la investigación policial “no es chapucera” pero reconoció que tiene “errores” y explicó al jurado algunos de los fallos en la localización de las llamadas telefónicas.
A su juicio, se han producido errores telefónicos inducidos por Mari Mar, la amiga de Miriam con la que viajó a Madrid, que mintió ante la Policía y que llevó a considerar que fue la viuda quien había realizado una serie de llamadas, algo que según las localizaciones “es materialmente imposible”.
También el abogado de Carlos, la persona acusada de realizar varias llamadas por orden de su jefe Julio –acusado de ser el inductor de los hechos-, pidió para él su inocencia porque insistió en que actuó por “subordinación y dependencia económica de Julio”, de quien estaba acostumbrado a obedecer sus órdenes. “No fue conocedor de ningún tipo de plan para llevar a cabo ningún acto delictivo ni que las llamadas que tuvo que hacer tenían algún tipo de finalidad”, dijo.
El letrado también incidió en la “falta de investigación policial” al no tener en cuenta alguna línea y recalcó que su defendido no tenía ningún tipo de relación con Roberto Larralde, por lo que descartó cualquier tipo de motivación para participar en los hechos. Además, aseguró que lo único que obtuvo como compensación “fue el despido sin indemnización”, aseguró. “Su actuación es normal y a cualquiera le pudieran haber ocurrido circunstancias parecidas”, concluyó.
Durante sus últimas palabras, la viuda de Roberto Larralde se reiteró en todas sus declaraciones y en las preguntas respondidas, mientras que el acusado de inducir los hechos aseguró que no mandó matar a Roberto ni hacerle nada. El presunto autor material de la muerte del exboxeador recordó que Larralde era su amigo y negó haberle matado. “Lo juro por la vida de mis hijos, era mi amigo y yo no mato ni he matado nunca a nadie, al contrario de lo que se quiere hacer ver”, declaró.
El empleado acusado de hacer llamadas para deslocalizar el teléfono del supuesto autor material estimó haber sido “un buen obrero en la empresa” y aseguró no haber hecho nada. “Tengo las manos limpias y la conciencia muy tranquila, yo creo que mi jefe –en alusión a Julio- miente y miente con todo”. El presunto vendedor de la pistola dijo desconocer el plan para matar a Roberto Larralde, a quien se refirió como “un gran amigo mío” y dijo haber vendido la pistola por la adicción a la cocaína.
Por su parte, el propietario de la pistola aclaró que entregó el arma “por una deuda, era la única forma que la podía saldar” y dijo haber disparado con ella un vehículo que estaba vacío, al tiempo que recordó haber cooperado con la Justicia “desde el primer momento”. Por último, el detective al que se acusa de haber prestado asesoramiento para urdir el plan lamentó la investigación “incompleta” que se ha llevado a cabo porque, entre otras cosas, no se ha realizado una reconstrucción “ni del viaje ni del crimen”, concluyó.