El acusado de matar a su expareja en Mansilla de las Mulas dice no recordar lo ocurrido y lo achaca a las drogas

Juicio contra un joven por el asesinato de su pareja en Mansilla de las Mulas en abril de 2021.

Redacción ILEÓN / Miriam Badiola / Agencia ICAL

“No sé lo que pasó, no sé si fui yo el que lo hizo o si había alguien más allí. Sé que fui a su casa pero no sé qué pasó allí, aunque sí tengo un vago recuerdo de hacer un gesto con un cuchillo cuando ella estaba frente a mí, cara a cara”. Con estas palabras, JC.G.D., un exfutbolista de 30 años de edad que ya tenía antecedentes por violencia de género, relató este lunes su versión de lo ocurrido en la noche en la que, presuntamente, le quitó la vida con tres puñaladas a la que era su pareja, Paula M. “No lo niego, lo que digo es que no recuerdo lo que pasó, pero vivo con que una persona perdió la vida y estoy dispuesto a hacerme cargo del daño que haya podido causar y no tengo ningún problema en pedir perdón por lo que haya podido pasar”, enfatizó.

Así lo apuntó durante su declaración en la Audiencia Provincial de León, donde se celebrará hasta la próxima semana el juicio en el que se le acusa de los delitos de leve daño, maltrato en el ámbito familiar, daños continuados, allanamiento de morada y asesinato por, presuntamente, haber matado a la que era su pareja, Paula M. de 36 años, en abril de 2021 en su domicilio de la localidad leonesa de Mansilla de las Mulas.

“Yo no he tenido intención de causar daño a nadie y estoy muy arrepentido de todo lo que haya podido pasar. No me acuerdo de ese día y en ningún momento soy consciente de lo que pasó; a día de hoy intento entender qué pasó y el porqué y no logro comprenderlo, así que no sé si luego lo reconocí o no, seguramente dijese que no sabía lo que había pasado, porque es la verdad”, insistió.

En sus respuestas a preguntas de todas las partes, el acusado insistió en que “nunca” mantuvo una relación sentimental con Paula, sino que eran amigos que “alguna vez” mantenían relaciones sexuales “derivadas del consumo de alcohol y drogas”. “No es cierto que fuese novia, que la pudiese querer como algo más puede ser, pero no como novia y jamás tuvimos ninguna discusión por celos”, afirmó.

“Fruto del colocón”

Sobre el día de los hechos, JC.G.D. relató que quedó por la tarde con Paula y que, cuando se percató de que ella “estaba consumiendo en el baño de hombres de un bar”, él se enfadó. Más tarde, ella le dejó en León y se volvió a Mansilla de las Mulas. “Yo me quedé en mi casa y seguí drogándome, pero ya no recuerdo ni por qué me fui ni qué pasó”, dijo, convencido de que “no sé lo que escribí, lo que llamé, por qué marché de casa ni cómo llegué allí, pero estaba ofendido porque me sentí defraudado por su parte por no prestarme una ayuda que dijo que me iba a prestar”.

“No recuerdo nada, pero posiblemente si pasó todo eso fue fruto del ‘colocón’ que llevaba, porque cuando una persona se coloca no ve las cosas como son en realidad”, explicó JC.G.D., quien sí recuerda “luces y controles” en el trayecto de más de 20 kilómetros entre la ciudad de León y Mansilla de las Mulas. Una vez que llegó al edificio de la joven, él tiene el recuerdo de “haber roto un cristal y abrir la puerta del portal”, aunque no sabe cómo entró en casa, pero sí que estuvo allí, donde “vio las luces encendidas y a Paula en la habitación”, con quien “discutió un poco”.

“Seguimos discutiendo, yo estaba muy mal y no sé exactamente lo que pasó. Tengo un vago recuerdo de haber hecho un gesto con un cuchillo, pero no sé lo que pasó, porque en ningún momento he tenido intención de hacer daño a nadie ni de quitar la vida a nadie”, remarcó, al tiempo que expuso que bajó a la calle hablando por teléfono con su padre y diciéndole “está muerta”, aunque “no sabía si lo estaba o si seguía con vida”.

Preguntado por su propio letrado sobre la posibilidad de haber mantenido un forcejeo con otro hombre cuando entró a la casa de Paula, este insistió en que no recuerda nada, ni sabe si había otra persona en la vivienda, solo que cuando entró “estaban dadas todas las luces”.

“Consideraba que era suya”

Los hechos tuvieron lugar en la medianoche del domingo 18 al lunes 19 del mes de abril de 2021, cuando JC.G.D. se dirigió a casa de Paula convencido de que estaba con otro hombre. Una vez allí, según el escrito de calificación previa de la Fiscalía, rompió el cristal de la puerta del portal de una patada y accedió al interior, tras lo que hizo lo mismo con la puerta de la vivienda de la que era su pareja.

Ya en el interior del domicilio, comenzó una discusión con la mujer y buscó al supuesto hombre que estaba con ella, pero no encontró a nadie puesto que estaba sola. El joven, de 28 años en aquel momento, también le pidió a Paula su teléfono móvil e inició un forcejeó que terminó con el terminal roto en el suelo. Además, en el transcurso de esa discusión, el hombre le propinó un cabezazo a la mujer.

El acusado salió en ese momento de la vivienda y bajó a su vehículo, pero volvió a subir y, tras coger un cuchillo de la cocina, se dirigió a la habitación en la que estaba Paula, a la que empujó sobre la cama. Una vez incorporada, “sin más, con intención de causar su muerte y de forma sorpresiva, repentina y sin posibilidad alguna de defensa”, JC.G.D. le asestó tres puñaladas “mortales” a la víctima en la zona de la espalda, como consecuencia de lo que se fracturó el arma y la hoja quedó incrustada en su cuerpo. Así, sobre las 1.30 horas del día 19 de abril de 2021, se produjo la “muerte violenta” de Paula M. por “un shock hipovolémico causado por múltiples heridas por arma blanca”.

“La mató porque consideraba que era suya y no admitía que no quisiera estar con él”, aseguró la Fiscalía ante el jurado popular, en un relato en el que definió el suceso como “el caso más claro, típico y característico de asesinato machista”. Por este motivo, solicitó una pena total de 28 años y nueve meses de prisión como autor de los delitos de leve daño, maltrato en el ámbito familiar, daños continuados, allanamiento de morada y asesinato, así como 3.600 euros en multas e indemnizaciones por valor de 128.138 euros.

Un asesinato que, para la acusación particular se produjo “con alevosía” y se sumó al “maltrato en el ámbito de la violencia machista y maltrato habitual” del que además “fueron testigos los vecinos en varias ocasiones al escuchar varios episodios”.

“Intoxicación plena”

El letrado de JC.G.D. quiso dejar claro ante el jurado popular, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, que el acusado tenía problemas con el consumo de alcohol, cannabis y cocaína, así como con el juego. Concretamente, en el mes en el que se produjeron los hechos, en abril de 2021, tenía un episodio de “inestabilidad afectiva y agresividad” como consecuencia de “la dependencia de la cocaína”, que le causaba “rasgos límites personalidad” y que le obligó a someterse a un “tratamiento antidepresivo”.

“Ella tenía la intención de desquiciarle y hacerle enloquecer y esa tarde, bajo una psicosis paranoide provocada por la cocaína, fue a casa de Paula con una crisis total de angustia y confusión”, consideró el letrado, en defensa de que su cliente estaba en “un estado de intoxicación pleno que anula las capacidades”, de manera que las lesiones se produjeron “sin existir ni sentimiento de odio ni intención de quitarle la vida”.

Una vecina: “Que hiciéramos lo que quisiéramos”

“Fue todo muy rápido; en menos de diez minutos pasó todo y luego nos dijo a los vecinos algo como que estaba muerta o que la había matado y que hiciéramos lo que quisiéramos”, relató una vecina de Paula M., la joven de 36 años que perdió la vida el 19 de octubre de 2021 en su vivienda de la localidad leonesa de Mansilla de las Mulas, presuntamente a manos del que fuera su pareja, JC.G.D., que tenía 28 años en ese momento.

La vecina contó que ella estaba regando las plantas en la terraza cuando escuchó “una patada muy fuerte en el portal”, con la que el acusado rompió el cristal y subió hasta el piso de Paula, donde también rompió de patadas la puerta de la vivienda y la de su habitación. “Le escuché gritar que con quién se había ido a casa y que dónde le tenía escondido, pero ella dijo que no sabía de qué le hablaba y él se marchó”, explicó.

Sin embargo, la mujer vio cómo el acusado abrió la puerta del coche para después volver a la casa de la joven. Tras ello, volvió a escuchar “patadas en las puertas” y al cuerpo de Paula “caer al suelo”, por lo que despertó a su marido, que ya estaba en la cama, para decirle que “creía que la había matado”. También llamó a los vecinos.

En ese tiempo, según el relato de la vecina de Paula, JC.G.D. bajó a la calle de nuevo, “no se supo a dónde fue” y, cuando regresó al edificio, los vecinos ya estaban en las escaleras. “Le vimos bajar con el móvil en las manos y las manos llenas de sangre y nos dijo algo como ‘ya está muerta o la he matado’ y ‘haced lo que queráis’”, detalló la vecina, que llamó al centro médico y a Emergencias Sanitarias.

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