El negocio del brezo en León: de la explotación laboral a los robos a las juntas vecinales

Instalaciones de León Brezo Ecológico en Brañuelas

Abel Aparicio/Antonio Vega

A finales de noviembre de 2018 se congregó con motivo de la proyección de un trabajo sobre el brezo a los vecinos y vecinas del Ayuntamiento de Villagatón que quisieran informarse sobre los beneficios —tanto económicos como medioambientales— que aportaría trabajar las decenas de hectáreas de brezo de las que disfruta el municipio.

La idea a priori no admitía duda: se limpiaban los montes, se utilizaban recursos naturales para una industria que traería trabajo a una zona deprimida y se situaría a Brañuelas como ejemplo de desarrollo sostenible. Un claro ejemplo de economía circular.

Meses más tarde, un empresario, Benjamín Rubio, anunció que levantaría una empresa en la localidad de Brañuelas que usaría el brezo como materia prima con la experiencia adquirida en un proyecto similar en Girona. La promesa de unos veinte puestos de trabajo hizo que la gente del ayuntamiento se ilusionase ante este proyecto. El carbón hacía ya años que solo era un recuerdo y esto suponía un rayo de luz.

Hoy la empresa que montó, León Brezo Ecológico SL, está bajo una doble sospecha. Por un lado, aprovecharse de las juntas vecinales sin pagar lo que debe. Y por otro, explotar presuntamente a trabajadores ilegales, en ambos casos bajo investigación judicial. Este periódico ha intentado contactar con Benjamín Rubio sin que fuera posible conocer su versión de las acusaciones en el momento de la publicación del artículo.

El ayuntamiento cepedano se reunió entonces con las juntas vecinales que forman el municipio: Culebros, Requejo, Corús, Los Barrios de Nistoso, Ucedo, Villagatón, Brañuelas, La Silva, Montealegre, Mananal y Valbuena de la Encomienda.

En ese encuentro, desde el consistorio se solicitó a las juntas vecinales que, si lo veían bien, cedieran durante dos años el brezo que se extrajera de los montes de utilidad pública para que esta empresa pudiera asentarse. Sería a partir del tercer año cuando la empresa empezara a pagarles por hectárea. Con algunas excepciones y algún contrato con varias cláusulas, la mayoría accedió. Nada hacía presagiar lo que vendría dos años más tarde.

Denuncias por brezo recogido de forma ilegal

El pasado mes de enero la Junta Vecinal de Castro de Cepeda, del vecino municipio de Quintana del Castillo, cursó una denuncia contra la empresa León Brezo Ecológico, ya que entre la última semana de diciembre y la primera de enero, trabajadores de dicha empresa cortaron brezo sin permiso en terrero de la junta vecinal.

Alertado por varios vecinos del pueblo, el presidente llamó al puesto de la Guardia Civil de Astorga y presentó la correspondiente denuncia. Según su versión aún con la denuncia hecha, la empresa siguió cargando el remolque con el que transportaban lo recogido hasta la fábrica de Brañuelas.

Entre los 30 del mes de diciembre del año pasado hasta el 4 de enero, operarios de la entidad denunciada habrían sustraído numeroso material derivado de las plantas leñosas (brezo) que se encuentran en una finca de 47 hectáreas. A pesar de que avisados por representantes locales, se personan agentes de la Guardia Civil para detener su actuación. No obstante los operarios se desentiendieron del aviso continuando en los siguientes días.

El presidente de Castro de Cepeda, en declaraciones a este medio insistió en que “si Benjamín hubiera llamado a la junta vecinal y hubiera hecho las cosas bien, esto es, un contrato firmado con número de hectáreas a trabajar y un precio por hectárea, no tendríamos ningún problema en tratarlo, pero llegar a un lugar y ponerse a trabajar sin permiso es lo que no puede ser”, indicó.

La Junta Vecinal solicitó que un perito se acercase al terreno y tasara el daño producido por esta empresa, ya que algunos pinos, aún pequeños, fueron destrozados durante el proceso de extracción de brezo. La denuncia de Castro de Cepeda sigue su curso en el Juzgado de Astorga, que inicialmente la archivó pero la Audiencia Provincial obligó a reabrir, para delimitar la responsabilidad de la empresa en estos hechos y cuantificar el daño causado.

Pero la Junta Vecinal de Castro de Cepeda no ha sido la única en denunciar a León Brezo Ecológico por sus actuaciones. La Junta Vecinal de Manzanal presentó una denuncia en la comandancia de la Guardia Civil de Bembibre el mes de septiembre del año pasado por los mismos hechos que ocurrieron en Castro de Cepeda, es decir, un presunto robo de brezo sin las autorizaciones pertinentes.

Las juntas vecinales de Manzanal, Montealegre y La Silva tienen el monte mancomunado y rescindieron el contrato que tenían con la empresa León Brezo Ecológico por incumplimiento del mismo. Al igual que en Castro de Cepeda, la Junta Vecinal de Manzanal presentó una primera denuncia el 18 de septiembre y una nueva el día 23 del mismo mes, ya que aún con la denuncia puesta siguieron cortando brezo sin autorización ni permiso.

No con mujeres

“Cuando hablé con Benjamín Rubio para comentarle las condiciones de un posible nuevo contrato me dijo que él no cerraba negocios con mujeres”. Quien habla así es María Eugenia Nogueria Fernández, presidenta de la Junta Vecinal de Manzanal. La presidenta destaca que “sabiendo que no tienen contrato y que no les dejamos cortar urz en nuestros montes, vienen y lo hacen igual. Le ponemos una denuncia ante la Guardia Civil de Bembibre y siguen cortando. No es normal la impunidad con la que actúa esta empresa”, finaliza.

Presunta explotación ilegal de trabajadores

El pasado mes de febrero la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de León y la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social realizaron una inspección conjunta a la empresa León Brezo Ecológico y se incluyó en la inspección de trabajadores 'in situ' en tareas de cortado de brezo en áreas forestales de monte.

Durante el operativo, se detectó la presencia de cinco trabajadores extranjeros que carecían de permiso de trabajo, cuatro de los cuales se encontraban en situación irregular en España, lo que provocó la detención de dos personas y las correspondientes denuncias.

La Policía Judicial inició las investigaciones para tratar de determinar la existencia de indicios de supuestos delitos contra los derechos de los trabajadores y/o trata de seres humanos con fines de explotación laboral aprovechándose de la situación de vulnerabilidad de las cinco presuntas víctimas por parte las responsables de dicha empresa. Un caso que sigue su curso en los Juzgados de Astorga.

Las condiciones de trabajo

Un trabajador de la empresa León Brezo Ecológico, que prefiere mantener su anonimato, ha explicado a ILEÓN cuáles son las condiciones tanto suyas como de sus compañeros. “Nos levantamos a las cinco y media y entramos a trabajar a las seis. Tenemos la casa helada porque no funciona la calefacción”, explicaba al finalizar el pasado invierno. Según su versión “trabajamos doce horas al día y tenemos cuarenta minutos para comer. De lunes a sábado, algunas semanas de lunes a domingo”.

Este trabajador relata cómo viven los trabajadores, en la vivienda de Brañuelas (donde han llegado a estar catorce personas) o la de Corús (en la que han vivido once personas). “Cuando terminamos vamos a casa. Vivimos catorce. Nos duchamos con agua fría, no tenemos calefacción. Le decimos al encargado que no funciona pero él nos dice: otro día otro día, pero nunca la arregla”, explica.

“Hay meses que nos pagan el día uno, dos, tres, incluso el nueve o el once. No tienes dinero y quieres cobrar, preguntas, pero no responden”, señala. Cuestionado si tanto al monte como a la fábrica no han ido la Policía Nacional o la Guardia Civil responde: “Sí, pero que hay gente vigilando y cuando un coche se acerca a los que no tienen papeles les mandan marchar corriendo sin que la policía los vea. Cuando llega la policía solo quedan los que tienen papeles y enseñan el carnet”. La operación policial del pasado mes de febrero detectó cinco personas sin contrato y cuatro de ellas sin residencia legal en España.

A los trabajadores del monte los suben en un vehículo, los dejan solos y a la hora convenida suben a buscarlos. Es gente que no conoce la zona, no conocen los pueblos y apenas conocen el idioma. Es vox populi que más de un vecino los ha encontrado en algún lugar del monte desorientados y los bajan a su casa, ya sea la de Brañuelas o la de Corús.

Sobre el salario, explican, cobran 80 céntimos por manojo de urz -brezo en asturllionés- pero después de una pequeña protesta consiguieron que se lo subieran a 85 céntimos, eso sí, son los propios trabajadores los que tienen que pagar la cuerda con las que atarlos.

Cobran por manojo, si cogen vacaciones no cobran, si están enfermos no cobran. Este trabajador incide que en Cataluña, de donde vino la empresa, tenían mejores condiciones: “Aquí si trabajas paga, si no trabajas, no paga”.

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