El Ayuntamiento de Villaquilambre urbaniza el entorno de la Casa Consistorial
El entorno de la Casa Consistorial de Villaquilambre ha cambiado este miércoles el aspecto que ha tenido durante años con la ejecución del proyecto de urbanización que ha supuesto el asfaltado de las tres calles adyacentes, después de que, previamente, se eliminaran las casetas de obra que albergaban el Archivo Municipal desde hace casi diez años, se eliminaran los escombros que obstruían e inutilizaban por completo la calle trasera, se construyeran nuevas plazas de aparcamiento y se arreglara la vecina plaza que, por otra parte, se ha dedicado a los luchadores Ubaldo y Felipe León. Tras los retrasos que, en buena parte, han ocasionado las esporádicas lluvias del otoño, las máquinas entraron a primera hora de este miércoles, bajo la supervisión del alcalde de Villaquilambre, Manuel García, y el concejal de Infraestructuras, Manuel Rodríguez Almuzara, completando su trabajo a lo largo de la jornada, en la que también se ha llevado a cabo el asfaltado de tres calles del municipio que se encontraban en muy mal estado.
Manuel García se congratula de esta obra “que era muy necesaria, pues el entorno resultaba ya casi impracticable y la parte trasera había sido convertida en un solar en tal estado de abandono que incluso podía provocar problemas higiénicos y sanitarios en la zona”.
Con un presupuesto de 40.000 euros, se ha rehecho la calle posterior, calle Bermudo, construyendo calzada, aceras y plazas de aparcamiento; se ha reformado y concluido la lateral calle del Valle y la plaza que está junto a ella, incluyendo plazas de aparcamiento para minusválidos y pasos de peatones. Ahora, “sólo falta instalar los puntos de luz”, según explica el concejal de Infraestructuras.
Paralelamente, continúan las obras para concluir el edificio de la ampliación de la Casa Consistorial, que el anterior gobierno municipal comenzó a hacer, con un presupuesto de más de tres millones de euros, que han terminado convirtiéndose en casi cinco millones y que dejó a medias y con una deuda de millón y medio. “El tiempo ha ido haciendo mella en la obra y si no vamos hacia delante todo ese dinero público se perderá, porque ya se detectaba un deterioro preocupante en lo construido, sobre todo en elementos como la calefacción o las conducciones”, señala el alcalde.
El proyecto, con la que se concluirá esta obra, ha sido ya publicado en el Boletín Oficial de la Provincia y recibirá propuestas hasta el día 11 de noviembre, de modo que la obra pueda ser adjudicada antes de que finalice el año. El proyecto que sale a concurso ha sido rebajado en más de 250.000 euros, pasando del presupuesto inicial de 796.841 euros a 542.396 euros, “lo que supone una rebaja para el erario de más de un treinta por ciento, del que nos sentimos orgullosos”, señala el alcalde, Manuel García.
La obra, no obstante, sale a concurso por una cantidad aún menor, 300.000 euros con los 542.396 euros como tope máximo para incluir mejoras. Esos 300.000 euros “están ya en la caja, por decirlo de un modo gráfico”, explica el concejal de Urbanismo y Patrimonio, Javier María Fernández, y provienen, en parte (128.000 euros) de una subvención de la Diputación Provincial. “Como no vamos a agotar los 542.000 euros, nos quedará un remanente para abordar la última fase de la obra, que se acometa el próximo año, además, esperemos, de alguna otra subvención con la que rematarla”. Así las cosas, el alcalde asegura que “el próximo año habremos podido terminar la obra al completo”.
La ampliación de la Casa Consistorial ha sido la mayor rémora con la que el gobierno popular y cívico ha contado, dado que, en su toma de posesión, “nos encontramos con que el gobierno anterior había llevado a cabo más o menos la mitad de la obra, cuyo presupuesto había pasado de algo menos de tres millones de euros a más de cinco, contando la imprescindible urbanización del entorno, pero estaba prácticamente sin pagar, de modo que teníamos un edificio a medio construir y una deuda de millón y medio de euros que empezaba a generar intereses”.
Las negociaciones con entidades bancarias para obtener los créditos precisos y la ayuda de otras instituciones ha permitido pagar la deuda y poder continuar con la obra, necesaria porque la actual, construida en los años 80, no cuenta con espacio suficiente para gestionar un municipio que, desde entonces, ha cuadriplicado con creces su población, pasando de los 4.200 habitantes a los cerca de veinte mil. La ampliación dota al edificio actual de otros 2.500 metros cuadrados de superficie que permitirán, en primer lugar, que el Consistorio cuente con un Salón de Plenos, pues actualmente los plenos deben celebrarse en la Casa de Cultura de Villaquilambre, contar con despachos para el grupo de Gobierno y para la oposición –actualmente, la oposición dispone de un despacho en la Casa de Cultura y el grupo de gobierno comparte los tres únicos despachos disponibles- y reunir servicios municipales ahora dispersos, como los Juzgados, la Policía Local o Protección Civil, “lo que, sin duda, facilitará mucho las gestiones a la ciudadanía”.
A pesar de su necesidad, el alcalde considera que “en los tiempos que corren, nosotros no la habríamos abordado”, pero se hizo imprescindible al comprobar que “no hacerlo sería tirar el dinero público ya invertido, adeudado y que nosotros hemos tenido que pagar”, dado que el deterioro de la obra llevada a cabo a media se iba haciendo palpable: humedades y filtraciones, rotura de materiales a causa del vandalismo, zonas de la obra sin protección que resultaban peligrosas, decadencia de algunos materiales y, en general, “una degradación del inmueble que podría suponernos, a la larga, un sobrecoste en reparaciones, además de que podría ofrecer problemas de seguridad”, añade Javier María Fernández.
No obstante, “terminar esta obra habría sido, seguramente, imposible, si no conseguimos abaratar el coste”. Para ello, el Ayuntamiento ha llevado a cabo un exhaustivo trabajo para aquilatar los precios que, en general, han consistido, explica el alcalde, “en suprimir lujos innecesarios y nada acordes con la austeridad que debe presidir una gestión municipal responsable”. Así y entre otras cosas, se han sustituido las mamparas a medida por otras estándar, los armarios reforzados por otros normales o las maderas nobles por maderas de uso común. El ahorro en acabados se ha llevado a cabo en prácticamente todos los capítulos, siendo los más notables los que conciernen a la carpintería de madera, el vidrio y la pintura; también serán menos lujosos los techos, los suelos y la entrada, “pero el edificio será, en todo caso, plenamente funcional”, concluye Manuel García.