Un banco leonés único en España para muestras biológicas
La Universidad de León (ULE) ya dispone de una instalación única, no sólo en Castilla y León, sino también a nivel nacional, perfectamente preparada para el almacenamiento seguro de muestras biológicas. Se trata del Biobanco, que acaba de finalizar su equipamiento para prestar sus servicios, en un principio a los investigadores de la institución académica, aunque no se descarta tampoco la posibilidad de poder dar este servicio a terceros.
El Biobanco es una infraestructura de apoyo a la investigación que está pensada para el almacenamiento de muestras, fundamentalmente de las áreas de biomedicina y reproducción. Consta de dos módulos esenciales, uno primero que es el laboratorio de almacenamiento a 80 grados bajo cero, destinado especialmente a los biomateriales vegetales o muestras de origen vegetal, así como plasmas; por otro lado, el almacenamiento de células que intervienen en líneas de investigación de biomedicina y las destinadas a reproducción, tales como semen y embriones, se almacenan también en este laboratorio a 190 grados bajo cero con nitrógeno líquido.
Es esta la última parte que se ha puesto en marcha recientemente y que se encuentra en fase de observación para comprobar y tener la certeza absoluta de que los sistemas de seguridad establecidos funcionan correctamente. Son precisamente estos sistemas de seguridad algunos de los aspectos que hacen única a esta instalación, porque aunque hay otras infraestructuras de este tipo, pero cuentan con unos estándares de seguridad “más reducidos” y con menor capacidad de almacenamiento. “Normalmente son soluciones de almacenamiento locales o para pequeñas instalaciones, como podría ser un departamento o un centro de investigación”, reconoce el director del Biobanco, Paulino de Paz.
La capacidad de almacenamiento del Biobanco de la Universidad de León dependerá del volumen y del tipo de las muestras que reciba, y que normalmente se guardan de dos formas: en pajuelas –para muestras de semen y orientadas a la reproducción- o en unos crioviales de tres mililitros –para el almacenamiento de células para biomedicina-, de los que sería posible guardar “cientos de miles de muestras”, explica De Paz, que recuerda que no es aconsejable tampoco ocupar el 100 por ciento del espacio disponible.
Entre las muestras que es posible almacenar no se encuentran muestras humanas ya que para que esto fuera posible, habría que cumplir unos requisitos legales y unas exigencias concretas que tampoco se han contemplado porque no era la finalidad del Biobanco. De cualquier forma, se está planteando la posibilidad de poder colaborar con alguna entidad del entorno que trabaja con muestras humanas, aunque por el momento no se contempla esta alternativa.
La seguridad por encima de todo
De Paz resalta los elementos de seguridad con los que cuenta esta instalación. El “básico” es que los tanques no llegan a perder “nunca” los niveles de nitrógeno, con lo que la temperatura para el almacenamiento de las muestras es “óptima”. Para ello se dispone de un tanque general que avisa a la empresa encargada de una posible bajada de nivel. “Se viene a recargar y así aseguramos siempre un suministro de nitrógeno y que los tanques se están autocontrolando” para que las muestras estén en las condiciones que necesitan para mantener sus propiedades originales. “Está todo optimizado según los estándares más exigentes que ahora se manejan en este tipo de instalaciones”, insiste el director del Biobanco.
Pero además de para las muestras, también se cuenta con sistemas de seguridad para los usuarios. “El único elemento crítico son las fugas de nitrógeno líquido, que afectarían a la tasa de oxígeno en la atmósfera”, dice De Paz, que aclara que existen detectores y un sistema de ventilación que entra en funcionamiento y activa el sistema de renovación forzada en el momento en el que se detecta la bajada de oxígeno “a un nivel crítico”, aunque de forma programada se hacen cambios para renovar la atmósfera y asegurar que las condiciones de seguridad “son adecuadas”.
La forma de acceso también es un sistema de seguridad adicional, ya que será necesario disponer de una tarjeta acreditativa que permita la entrada a la instalación. “Como tendremos también usuarios externos, tendrán que pasar el control del servicio de microscopía”, recalca De Paz. También la videovigilancia ayuda a aportar mayor seguridad, con una instalación “constantemente monitorizada” para así tener la certeza del acceso exclusivo de las personas autorizadas y de que las maniobras responden a “buenas prácticas”.
Proyectos inmediatos
El primer objetivo del Biobanco es atender las necesidades y demandas que tienen los investigadores de la ULE, dado que hasta el momento cada grupo de investigación tenía su pequeño tanque para almacenar las muestras, aunque en algún caso estas se han perdido, en especial durante los meses de más calor. “La idea era responder a esas necesidades, de manera que la gente pudiera liberarse de esa carga”, añade De Paz.
Sin embargo, se ha aprovechado la posibilidad de llevar “al máximo” esta instalación para hacerla “lo más completa y segura” posible, por lo que la intención ahora es poder prestar servicio también a terceros e incluso promover un banco de referencia para especies animales silvestres “con muestras de algunas especies emblemáticas con las que se está trabajando con sus biomateriales”, explica el director del Biobanco. “Habrá que ir abriendo vías de colaboración con terceros, algo que será un proceso largo”, insiste.
Nombramiento regional
Incluso se aspira a poder conseguir el reconocimiento de Banco Regional de Biomateriales de interés para la biodiversidad, un nombramiento para que el que habría que contar con el respaldo de la Junta de Castilla y León, aunque es una petición aún en estudio. “Hay que estudiarlo, pero es un planteamiento que resultaría interesante”, dice De Paz, que espera estar “a pleno rendimiento” en los próximos meses después de que se incorporen a principios de este año las primeras muestras a este Biobanco 'Universidad de León'.