El Albéitar expone retratos modelados y fotos de Charo Acera y Carlos González

Carlos González, Fran Kanya y Charo Acera

ileon.com

“Posa para mi” es el título del proyecto puesto en marcha por Charo Acera y Carlos González, con la colaboración de Kanya Enmarcación, que tras veinte meses de trabajo se ha plasmado en una preciosa exposición que ayer fue inaugurada y que se podrá visitar hasta el 19 de junio en dos espacios, las salas de El Albéitar (de lunes a viernes de 12 a 14 y de 18:30 a 20:30 horas), y en 'Kanya Enmarcación' (calle Monasterio nº5. De lunes a viernes de 10:30 a 14 y de 17 a 20:30 horas, y los sábados solo por las mañanas) lugar en el que posaron los más de sesenta voluntarios que se prestaron a participar.

La idea surgió hace un par de años en una conversación que mantuvo Charo con Fran, de Kanya Enmarcación, sobre cómo estaba la situación de la cultura en la ciudad, “un poco muerta, muy fría y todo muy concentrado en el centro”, -explica-, “por eso comentamos que sería bueno traer algo a ese barrio, y le propuse realizar modelados en su tienda. Empezamos con el primero, vino luego el segundo, ... y al final hemos hecho 65”. Todo el trabajo ha sido documentado fotográficamente por Carlos González, que expone también sus instantáneas, en las que se pueden ver juntos modelos y modelados. Es una serie en blanco y negro con tonos virados al sepia que sirve de perfecto complemento a unas esculturas que se presentan a los ojos del espectador en diferentes tonalidades, agrupadas aleatoriamente y colocadas a diferentes alturas.

Al recorrer la sala y observar los retratos modelados es fácil reconocer rostros de personas populares (Manolo Martínez, Eduardo Aguirre, Juan García Campal,...), que comparten espacio con otros muchos desconocidos, de personas que se prestaron a posar en respuesta a la solicitud que se formulaba en algunos carteles. “No ha habido selección, sino voluntariado, -explica Charo Acera-, la gente tenía un teléfono, llamaba y le dábamos hora, como cuando vas al dentista”. Después de más de 20 meses de tarea “aprendiendo con las manos ... a mirar, modelando con barro ... a vivir, habitando el taller ... a soñar”, tal y como se explica en el programa de la exposición, la artista llegó a un momento “de saturación, de cansancio, no sé si voy continuar o no, pero ahora necesito un descanso”.

De momento, cada persona se llevará a su casa su retrato modelado. “Era una especie de intercambio, -apunta Charo Acera- posas para mí, pero luego te llevas a casa tu busto”. Quienes acudan a visitar la muestra, también se llevarán algo: la experiencia de observar expresiones, gestos y se diría que pensamientos y formas de ser y de actuar, magistralmente trasladados al barro y a la fotografía, por las manos de Charo Acera y el objetivo de Carlos González.

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