La estudiante con beca rural que consigue “despertar en la juventud el interés por la apicultura”

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La experiencia de un amigo que había disfrutado de una beca Ralbar el pasado año hizo que se interesara por el tema y pensara en la manera de optar al programa para este verano.

Su proyecto, centrado en la apicultura, la conciencia medioambiental y el impulso al medio rural, fue seleccionado de entre 24 proyectos presentados a la convocatoria de becas Ralbar, impulsadas por la Universidad de León y Fundación Banco Sabadell, y que ha desarrollado en julio y agosto en Llamas de la Ribera.

Lidia Fernández Morais, estudiante de 5º curso de Grado en Veterinaria, explica que con su trabajo 'Jornadas de concienciación medioambiental y de divulgación de la apicultura', trata de “dar a conocer la importancia de las abejas en el mundo agrario no solo a los agricultores, también a la gente joven, para así concienciar a la población de la importancia de cuidar el medioambiente”.

Además de concienciar, también instruye en la posibilidad de emprender como apicultor, “ayudando así tanto a la población joven a tener ideas de futuro, como al medioambiente aumentando el número de abejas en España”.

Más allá del entretenimiento que haya podido brindar a la gente del pueblo, esta joven que presentará su Trabajo de Fin de Grado en septiembre, asegura que su proyecto “ha servido para aportar luz a un tema que se está dejando un poco de lado hoy en día, que es la preservación del medioambiente manteniendo vivas a las abejas. Concienciar a la gente en este sentido es primordial para lograr mantener la flora y fauna que conocemos hoy en día, de modo que, aparte de cumplir dos de los objetivos de la agenda 2030, también amplío la visión de empleo del mundo rural”.

Para el desarrollo de su propuesta, Lidia Fernández ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Llamas de la Ribera, el apicultor Enrique Mazón, propietario de la empresa Apícola Mazón y las áreas de Tecnología de los Alimentos y Botánica de la ULE.

Tras un primer periodo de trabajo de campo y recogida de muestras de las colmenas y colmenares y posterior análisis y estudio palinológico de las muestras de miel obtenidas, ha impartido una serie de charlas y catas de mieles en los cuatro pueblos del municipio (Quintanilla de Sollamas, Llamas de la Ribera, San Román de los Caballeros y Villaviciosa de la Ribera), y también en otros ayuntamientos como Onzonilla y Villasabariego.

“Es posible vivir en un pueblo y tener futuro laboral”

Aunque las jornadas iban dirigidas a todo el vecindario, el público que ha asistido mayormente fueron niños de entre 4 y 15 años. “Fue una grata sorpresa, mostraron por el tema un interés mayor que los adultos y eso me lleva a pensar que las futuras generaciones se preocupan por preservar el medioambiente más que los adultos. Considero que he conseguido afianzar conocimientos, que algunos de ellos ya tenían, además de despertar interés por la apicultura en la juventud”, detalla Lidia Fernández.

Confirma que la experiencia de la beca Ralbar está siendo “muy positiva, no solo me ha servido para informarme y conocer más a fondo un tema del que ya tenía conocimientos, sino que me ha permitido exponerlos, llegar a personas que también se interesan por el tema y me ha dado la oportunidad de conocer a gente muy interesante, demostrándome que todos los días se aprende algo nuevo y que la gente de los pueblos tiene mucho que ofrecer”, revela Lidia Fernández.

Además, puntualiza que el mayor logro de este proyecto sería “mostrar a los jóvenes que pertenecen al mundo rural, y concretamente a los pueblos a los que voy a dar las charlas, que es posible vivir en un pueblo y tener futuro laboral, que no es necesario vivir en un entorno urbano para ganarse la vida”.

Tiene claro que repetiría la experiencia sin dudarlo, no obstante, lo haría con otro enfoque “tratando de llegar más a la gente joven de los pueblos porque me ha resultado difícil atraer a más gente a mis charlas, la gente se ha mostrado un poco reacia y no me lo esperaba”. Un hándicap al que se ha sumado la falta de un horario fijo al tratarse de un proyecto muy dinámico donde la gran parte era trabajo de campo, “sin embargo, lo mejor de la beca es que escoges el tema sobre el que quieres trabajar, de modo que partes de una libertad inicial que te posibilita hacer algo que quieres y te gusta, haciendo que cumplas tu trabajo con mayor motivación”.

Además de inculcar la importancia de las abejas para el medioambiente y divulgar uno de los trabajos con más auge en las zonas rurales en los últimos años como es la apicultura, las jornadas impulsadas en Llamas de la Ribera por esta joven estudiante están relacionadas con dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la acción por el clima (O13) y el mantenimiento de la vida de ecosistemas terrestres (O15).

“El concienciar sobre la importancia de las abejas y su influencia en el medio ambiente da lugar a que la gente tenga más poder a la hora de actuar sobre el clima y a que, gracias a un mejor conocimiento del equilibrio de los ecosistemas terrestres, ayuden a reducir el impacto humano y mantener el equilibrio en los mismos”, concluye.

Desarrollo sostenible en entornos naturales

Las becas Ralbar, desean fomentar que los jóvenes se impliquen en la búsqueda de opciones para un desarrollo sostenible en los entornos rurales y, a la vez, adquieran una conexión emocional con ellos, concibiéndolos como lugares en los que poder desarrollar proyectos laborales y vitales. La Universidad de León (ULE), con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell, convocó este año la segunda edición de estas becas consistentes en la realización de prácticas extracurriculares estivales en municipios rurales de la provincia de León, destinadas a la ejecución de proyectos de dinamización territorial que contribuyan a activar estos espacios social, económica o culturalmente, en colaboración con empresas, entidades o instituciones locales.

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