La Fundación Oso Pardo apuesta por el turismo sostenible para dinamizar las economías locales
La presencia de osos en las montañas cantábricas es un aliciente de primer orden para los amantes de la naturaleza y para los turistas en general, atraídos por el objetivo de conocer su hábitat o ver algún ejemplar. Esta primavera, la Fundación Oso Pardo (FOP) comenzó a colaborar con la agencia de viajes 'Wildwatching Spain', formada por veteranos conservacionistas y en su último boletín publicado hace un balance positivo de la experiencia.
Las patrullas de la FOP acompañaron a los clientes de esta agencia para darles a conocer el trabajo de conservación que realizan, descubrirles el hábitat osero, y observar con ellos indicios y ejemplares en libertad. La actividad se llevó a cabo con grupos pequeños de no más de ocho personas y se pudieron ver osos en el 91 por ciento de las salidas. Los visitantes, según destaca la Fundación, mostraron “un entusiasmo y una sensibilidad exquisita hacia los valores naturales y culturales de la Cordillera Cantábrica”.
La FOP deja claro que no pretende poner en marcha una agencia de viajes, como legal y legítimamente han hecho asociaciones conservacionistas nacionales y locales, y apunta que solamente quiere contribuir a demostrar “el interés y la viabilidad del ecoturismo con osos, apoyando un proyecto y a una empresa que nos ofrecen todas las garantías de sensibilidad y prudencia con las especies”.
“Más allá de nuestra experiencia particular, las áreas oseras han sido visitadas por numerosos observadores que, desde determinados puntos, han podido disfrutar con la experiencia de ver osos. Vienen de diferentes lugares de nuestra geografía y de otros países, muchos ya conocen los mejores sitios y las épocas de observación gracias a las redes sociales o a su propia experiencia, y son varias las empresas de turismo de naturaleza, tanto nacionales o locales como inglesas y francesas, las que traen clientes a ver osos en primavera y a finales del verano”, explican en su boletín.
Se trata, añaden, de un fenómeno imparable, que crece y se populariza por sí mismo, como ocurre con los lobos en la sierra de la Culebra (Zamora) o en Riaño (León) y con los linces en Sierra Morena. Son muchos los naturalistas y las empresas que se desplazan de una sierra a otra intentando observar a los tres emblemáticos carnívoros. La FOP insiste en su apuesta por la promoción de actividades turísticas sostenibles, entre las que se encuentra la observación de osos, “porque creemos que pueden contribuir a dinamizar las economías rurales y a mejorar la aceptación social de la especie”. Eso sí, ven necesario abordar una adecuada regulación y la consiguiente vigilancia que impida masificaciones en lugares inadecuados, la presencia de observadores en áreas sensibles o aproximaciones a los osos a distancias imprudentes. “No puede haber impacto alguno sobre la especie”, concluyen.