La rutina facial perfecta para el invierno: pasos a seguir
El invierno exige un extra de esfuerzo para tener en perfecto estado el cutis. Sin duda, el frío, las calefacciones y factores como el viento y la sequedad ambiental ponen en serio peligro los rostros, especialmente los más delicados, pues afecciones como la dermatitis atópica o la rosácea se agravan llegados estos meses.
No obstante, hay una serie de pasos imprescindibles que, si bien son cruciales durante todo el año, con el invierno todavía adquieren una mayor importancia.
Piel limpia
No podemos faltar a nuestra cita diaria con la limpieza del cutis, que ha de ser tanto por la mañana como antes de dormir, siendo ésta especialmente importante. De lo contrario, los cuidados y los productos que apliquemos caerán en saco roto, pues la dermis ha de estar limpia para que todos estos beneficiosos ingredientes penetren adecuadamente y la piel pueda oxigenarse y regenerarse. Este paso cobra especial relevancia si la piel, además, está maquillada.
Exfoliación
Entre una o dos veces a la semana, tras practicar una limpieza, conviene intercalar un segundo ritual cuyos beneficios para la piel están fuera de toda discusión. Sí, hablamos de la exfoliación, pero no conviene excederse, y se deben tener presentes las características de los cutis. En concreto, urge ceñirse a las siguientes recomendaciones:
Las pieles secas deben utilizar un exfoliante suave una vez a la semana. Las mixtas o grasas pueden someterse a estos rituales cada 10 o 15 días, empleando un producto suave que no descuide los poros.
Hidratación
Por supuesto, no puede faltar la hidratación, pues esto ayuda a la piel a mantenerse elástica y sana. Así, se debe emplear una crema hidratante para cuidado diurno y otra específica para el cuidado nocturno. De hecho, es un error utilizar la misma para ambas situaciones, ya que las necesidades de la piel varían. Así, durante el día requiere protección contra la polución y las agresiones ambientales, mientras que la noche exige nutrición.
Conviene resaltar que la piel aprovecha las horas nocturnas para su puesta a punto, pues se regenera y, por lo tanto, es el mejor momento para aplicar los cosméticos de tratamiento más intensivo.
Protección solar
En el invierno no se debe bajar la guardia con el sol. Aunque su incidencia es menor, dado que se encuentra más alejado de la Tierra, sí que puede dañar la dermis y ocasionar un envejecimiento prematuro con las consabidas manchas y arrugas.