Cuando planearon “hacer navegable el Bernesga a su paso por León”... y otros proyectos singulares
¿El Bernesga navegable entre San Marcos y el Puente de los Leones? ¿El Gobierno Civil en la plaza de las Cortes? Sobre el urbanismo de un León que pudo ser y no ha sido, los archivos públicos y privados rebosan información. Hay decenas de proyectos olvidados que hoy solo son quimeras, pero que habrían cambiado notablemente el plano de la ciudad.
Como, por ejemplo, la creación de una gran avenida desde el actual jardín del Cid hasta la mismísima fachada oeste de la Catedral, o la construcción de varios e imponentes edificios para sede del Gobierno Civil, Audiencia y Hacienda en lo que posteriormente ha sido la plaza de las Cortes Leonesas. No se llegó a hacer.
Muchos de estos proyectos fueron planificados antes de la Guerra Civil. En tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. Alguno sí se realizó arquitectónicamente, aunque se les terminó por dar diferente uso para el que fueron concebidos. Como la Facultad Veterinaria, sobre una idea previa para haber albergado uno de los grupos escolares más novedosos de la España de entonces, que en principio se iba a denominar 'Grupo Escolar Primo de Rivera', pero que la República cambió de nombre en honor al jurista leonés Gumersindo de Azcárate. La Guerra Civil fue la causante de que varios de estos proyectos se frustraran…
El propio alcalde Miguel Castaño planificaba un León distinto en la Segunda República. En una carta al secretario del Ayuntamiento Antonio Marco Rico, daba cuenta de sus conversaciones con Azaña para la utilización y permuta de terrenos e instalaciones del Ejército y la construcción de grupos escolares en terrenos del Ayuntamiento. Nada de esto se cumplió…
Recién terminada la guerra, mientras poco a poco iban sucumbiendo algunos de los chalets u hoteles que habían sido parte de una preciosa ciudad modernista, la ciudad de León se iría expandiendo por todos sus puntos cardinales, en particular hacia la ribera de su río Bernesga.
Uno de los leoneses más determinantes, quien estaría estrechísimamente ligado al Colegio de Aparejadores y a la Cámara de la Propiedad Urbana, fue Mariano González Flórez, quien participó en innumerables obras como la construcción de los colegios de los Maristas, los Jesuitas, La Asunción, San Juan de la Cruz, iglesia de San Claudio, Complejo Hospitalario San Juan de Dios, plaza de la Inmaculada, e innumerables construcciones en el barrio del Ejido y en toda la zona de Burgo Nuevo y República Argentina que no es posible citar en este artículo.
De Mariano González Flórez –que fuera concejal del Ayuntamiento de León entre 1958 y 1961– fue la propuesta de prolongar Ordoño II. El proyecto planteaba subir la cota de la calzada, a partir del puente de la estación, pasando por encima de las vías del tren y de la avenida del Doctor Fleming, para salir a la carretera de Alfageme y continuar por la calle la Raya de Trobajo del Camino hasta la carretera de circunvalación. Esta propuesta que, en aquel momento de la década de los sesenta, era posible por la escasa edificación existente en la zona, pero no salió adelante por falta de presupuesto para acometerla.
Mariano González Flórez y el Bernesga
Mariano González Flórez, presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana de León desde el 26 de abril de 1986 hasta el 23 de agosto de 1989, fue otro de los planificadores de proyectos que a día de hoy parecerían bien notorios a los habitantes de la capital leonesa en el siglo XXI. Procedente de la Escuela Industrial de Obreros de Sierra Pambley en la especialidad de carpintería, posteriormente se hizo aparejador; estrechamente vinculado a Ramón Cañas del Río, Ángel Panero Buceta y Juan Torbado Franco. También perteneció a diferentes corporaciones municipales como concejal y llego a ser teniente de alcalde de León.
De aquellos años fue una de sus propuestas más llamativas: hacer navegable, para pequeñas barcas, el río Bernesga entre el puente de San Marcos y el de la Estación (hoy conocido como Puente de los Leones). Sin embargo, no fue aprobada por la Corporación municipal de aquella época, aunque la familia conserva la perspectiva, realizada a plumilla a tinta china y coloreada a lápiz, presentada a tal fin en el Ayuntamiento de León.
Estas propuestas de Mariano González Flórez, que en sus días fueron fallidas, confirman que en León siempre ha habido hombres con visión de futuro para su ciudad, como lo demuestra el hecho de que con el paso del tiempo varias de dichas obras han sido realizadas de forma no muy diferente a su propuesta original.
