La felicidad de decir 'no'

Imagen creada por Chat GPT para ILEÓN.

Nuria V. Martín

El Día Internacional de la Felicidad se celebra el 20 de marzo, una jornada que fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2012. Este año coincide, además, con el inicio de la estación de la primavera.

Se trata de una fecha marcada en el calendario internacional busca reconocer la importancia del bienestar y la felicidad en nuestras vidas.

Desde León, dos experimentados psicólogo, Ruth Fernández Matía y Julio César Álvarez Arias, se centran esta vez en analizar si en pronunciar la palabra 'no', el hecho de negarse a algo -o a alguien- es importante para aportarnos cosas positivas en nuestra vida.

Ruth Fernández Matía, directora y psicóloga Sanitaria del Centro Matía desde 2005, lleva casi veinte años ejerciendo la práctica clínica e impartiendo cursos y talleres de formación.

Para ella, existen unos pilares fundamentales para ser feliz: “La primera clave está en buscar el propósito tu ‘para qué’, es decir encontrar significado en lo que haces”. Asegura que saber hacia dónde te diriges ayuda mucho a tener un enfoque claro. La segunda premisa es el equilibrio cuerpo-mente. “Llevar un estilo de vida saludable, fomentar tu autocuidado, meditación, ejercicio, gratitud…”, enumera todos los puntos que se deben alinear. Y una tercera clave: “Conexiones sociales positivas que te sumen y te aporten y tengas vías de escape cuando tu decidas detenerlas”.

Y es que “la felicidad es un concepto complejo y subjetivo, cada uno la percibimos de manera única. Lo que sí está claro que la felicidad sí está relacionada con la aceptación, la gratitud y los momentos compartidos, y en eso los leoneses sabemos tejer vínculos compartiendo relaciones auténticas llenas de compresión y apoyo”, remata.

Por su parte, Julio César Álvarez, psicólogo con el Máster en Psicología Clínica y Psicopatología y escritor, es director del centro especializado Valenda Psicólogos desde 2007. Para él, la felicidad es el algo mucho más difícil de definir de lo que podría parecer, especialmente por su carácter subjetivo.

“Como especie, llevamos miles de años reflexionando sobre ello y quizá hemos llegado a la conclusión de que es un estado de plenitud efímero y difícil de atrapar de manera permanente. Quizá aceptar que es transitorio sea parte estructural para lograrlo. A menudo he señalado en conferencias que la serenidad es un objetivo mucho más alcanzable y satisfactorio. La felicidad suele estar asociada a mucha frustración por su dificultad”, indica.

Criterios de una presunta felicidad 'a la leonesa'

La investigación sí sugiere que algunos componentes facilitarían o aumentarían la posibilidad de ser feliz. “Por ejemplo, casi todos los estudios infieren que uno de los mejores predictores es la calidad de las relaciones personales. También resulta crucial la actitud y la forma en que afrontamos las inevitables dificultades de la vida”, señala Julio César. Y hace referencia a un reciente estudio de Oxford que también hace hincapié en no dar excesivo valor a las cosas pequeñas.

León posee fama de ser una ciudad cómoda y accesible, y así es en cierta medida. Se tiende a percibir desde fuera a los leoneses como nobles o fiables (rasgos considerados a menudo muy positivos), aunque también se nos señala un cierto carácter hosco

Julio César Álvarez

Sin embargo, y como apunta el profesional, al final, diferenciar qué es verdaderamente importante siempre será un buen punto de partida. Por eso es complicado responder a la pregunta de si en general los leoneses son felices. Sin embargo, el observado psicólogo hace un análisis exhaustivo de la personalidad de la gente de la tierrina: “León posee fama de ser una ciudad cómoda y accesible, y así es en cierta medida. Se tiende a percibir desde fuera a los leoneses como nobles o fiables (rasgos considerados a menudo muy positivos), aunque también se nos señala un cierto carácter hosco. Existe también la tradición del tapeo como forma de relación social. Y también actos colectivos que fusionan a grupos de personas de todo tipo para cohesionar una visión colectiva. De todos modos, el leonés posee una identidad propia construida y asociada a su tierra natal. Eso da firmeza y raíces, y una forma única de percibir la realidad”, hace un análisis exhaustivo sobre los leoneses. Con todo eso, que cada cual que saque sus propias conclusiones sobre si los leoneses son felices.

La liberación de marcar límites

En una sociedad en la que se penaliza perder algo o no formar parte de un grupo, ser capaz de decir que no se convierte en una práctica de alto riesgo. Decir 'no' puede ser difícil por varias razones, y éstas pueden variar según la persona y la situación. Es muy común el miedo al rechazo y no poder agradar a los demás. También la baja autoestima contribuye bastante a esta dificultad ya que existe el miedo a ser rechazadas.

Sin embargo, “decir ‘no’ es esencial para establecer límites saludables. Ayuda centrarse en lo que realmente importa, preservando la energía para lo que realmente pueda hacerte feliz. Por eso es importante establecer límites, para proteger tu bienestar emocional y mantener un equilibrio en tu vida, es un acto de autocuidado y respeto a uno mismo”, ratifica Ruth.

Decir ‘no’ es esencial para establecer límites saludables. Ayuda centrarse en lo que realmente importa, preservando la energía para lo que realmente pueda hacerte feliz

Rith Fernández Matía

Hay que tener en cuenta que cuando alguien tiene la capacidad de decir no de manera asertiva, evita tomar responsabilidades excesivas o compromisos que podrían resultar abrumadores. “Esto también facilita la dedicación de tiempo y esfuerzo a actividades que aportan verdadera satisfacción, ya sea en relaciones personales, proyectos profesionales o actividades de ocio”, enfatiza la psicólga.

Practicar el 'no'

Saber decir no es una habilidad que se puede desarrollar con la práctica. Al hacerlo de manera respetuosa y consciente, puedes construir relaciones más saludables y mejorar tu calidad de vida. Ruth nos aconseja que para hacerlo de la mejor manera posible hay que ser claro y amable ofreciendo una explicación breve con un lenguaje asertivo. “Firme en tu respuesta y no te disculpes pues decir no es un derecho”, puntualiza la profesional que a menudo se encuentra en consulta con mucha falta de habilidades asertivas pues no saben cómo establecer límites ni decir según qué cosas.

Para Julio César decir 'no' puede dar la felicidad, en la misma medida que decir 's' constantemente, como patrón. “Creo que es una combinación equilibrada entre ambas posturas. Estamos diseñados cerebralmente para establecer conexiones con los demás, de hecho, somos una especie muy gregaria. Por tanto, en ocasiones debemos plantear un 'no' como límite a un abuso o una agresión. Combinando, ya digo, con la posibilidad de establecer una relación sana y recíproca con otras personas. Algo que nos ayudará a avanzar a todos hacia un estado más propicio para el desarrollo de las personas”, puntualiza el psicólogo. Y para él, analizar el contexto y la situación concreta ayuda mucho a poder dar un no por respuesta con seguridad y sin hostilidad.

El poder del diminutivo

“Siempre me ha encantado esa tendencia tan leonesa de emplear diminutivos para quitar hierro a cualquier asunto. En general, el otro se toma mejor un 'no' cuando no lleva asociada personalización o una alta carga emocional”, remarca el profesional.

Y siguiendo con su anterior análisis sobre el carácter leonés hace otra curiosa reflexión: “León posiblemente sea una comarca marcada por su climatología adversa. Cualquiera puede comprobar las enormes diferencias de comportamiento respecto a cualquier población más al sur. Es más, nunca me ha parecido casual que genere tantísimos escritores, y creo que se debe a que es un área donde se pasa mucho tiempo en los hogares. Eso es perfecto para escribir o leer, pero también para dar alguna vuelta de más a determinados pensamientos”. 

Síndrome FOMO

El síndrome FOMO, o miedo a perderse algo, es una patología psicológica caracterizada por la ansiedad y el deseo de estar constantemente conectado con las experiencias de los demás. Se relaciona con el uso excesivo de las redes sociales y la preocupación por no querer perderse ninguna actividad divertida.

A menudo las personas que experimentan el síndrome de FOMO sienten la necesidad de participar en todas las oportunidades sociales o actividades para no perderse experiencias, por lo que les lleva a aceptar compromisos o responsabilidades adicionales. “Esto puede generar ansiedad al hacer que las personas se sientan presionadas por la necesidad de estar constantemente conectadas, actualizadas y participando en eventos sociales”, indica Ruth.

Para Julio César tanto decir que 'sí' con frecuencia por temor a perderse algo a un 'no' frecuente como defensa nos alejan de una realidad cambiante que requiere reflexionar cada situación. “En general, venimos mayoritariamente de una educación que ha dado un enorme valor a la idea de comunidad, por lo que decir que 'no' estaba mal considerado. Así hemos ido exactamente al polo opuesto, donde colocamos un 'no' por delante sin ni siquiera haber escuchado una propuesta”, expone. De ahí que considere que es tan peligroso un 'sí' permanente como un 'no' perpetuo.

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