La editorial Rimpego sale el mercado bajo una premisa; “lo universal es lo local sin paredes”

El rimpego es el nombre que recibe en la fauna leonesa el pequeño alcaudón real, una especie diminuta de ademanes rapaces que destaca por su capacidad previsora; en vez de devorarlas, cuelga las piezas que cobra en pequeños espinos para que las nuevas generaciones, a punto de nacer, tengan la despensa a mano. Y esta alegoría encierra la filosofía que ha conducido a Joaquín Alegre Alonso, (León, 1963) a concebir Rimpego, una propuesta editorial en un momento tan complejo.

Conoce como pocos el mundo editorial y, pese a su condición de biólogo, siempre se ha sentido atrapado por la capacidad creativa que implica una editorial, ha trabajado en Edilesa casi 20 años, y la ilustración, de la que dejó buen poso en sus colaboraciones en la Crónica, mano a mano con algunos de los nombres más relevantes de la reprogramación del evolucionismo darwiniano. La hemeroteca del rotativo guarda sus trabajos de ilustración sobre esas pequeñas flores de diminutos pétalos con pelillos que son las artemisas.

Nunca sintió la pulsión empresarial pero de buenas a primeras el ciclo de la economía les dejó, a él y unos cuantos compañeros de la editorial, Edilesa, fuera del mercado, después de casi dos décadas y había que tomar decisiones. Porque ante esta situación, la peor de las soluciones es la inacción, proclama Joaquín, casado y padre de una hija que estudia medicina.

“Soy empresario en legítima defensa”, reclama el creador de Rimpego, una apuesta que quiere incidir en la universalidad de lo local, lo universal es lo local sin paredes“, todo una declaración de propósitos que encierra su máxima de generar en esta tierra una nueva vía abierta a la creatividad editorial sin fronteras.

La idea que se ha hecho realidad en el registro el pasado uno de mayo, es el fruto de muchos años acariciando una idea muy en consonancia con una tierra fértil en producción literaria, pero muy proclive a fagocitarse entre sí, un matiz muy revelador de su idiosincrasia; “debemos aprender a estimar un potencial intelectual mucho mejor valorado fuera de los confines de la provincia, como ha sucedido recientemente en la feria del libro de Valladolid en donde esta realidad no pasa desapercibida.

Menos densidad

Una vez concebida la idea, Joaquín hubo de sumergirse en el complejo entramado de la administración que le cuesta concebir para qué y cuál es el propósito de una editorial. Pese a una ventanilla única en un departamento de la Cámara de Comercio, la densidad administrativa y los altos costes del proceso, que en el caso de una editorial tarda en ver la luz, no son los mejores alicientes para seguir adelante.

Pero Joaquín Alegre ha sabido sortear con perspicacia y paciencia todos esos obstáculos, además de contar con la ayuda inestimable, entre otros, de una compañera, Camino Vega, también inmersa en la misma situación, aunque en su caso haya optado por la vertiente de la asesoría.

En este ideario de la microempresa una habitación de su casa, un arma de doble filo, reconoce, se ha convertido en el centro de trabajo donde ya ha visto la luz la primera de las entregas que ya esta en el mercado, Leyendas de León“ ya en las vitrinas, pero a expensas de presentación en sociedad en septiembre, cuando la vorágine del verano dé paso a la relativa calma de la vuelta al ritmo normal que marca el retorno a las aulas. ”Leyendas de León“ está imbricado en el imaginario leonés tan fértil, dice Joaquín, e influenciado por el legado celta o la cercanía de la magia asturiana y es el resultado de un concilio de amigos en el que se entremezclan 36 historias de nombres encumbrados, Julio Llamazares, José María Merino o Luis Mateo Díez, entre otros, con otros noveles de una fuerza tremenda, que Joaquín está seguro que no pasarán desapercibidos.

Dos casos

Joaquín Alegre está satisfecho de los primeros ecos que ha recibido de la obra que apenas ha comenzado su recorrido, y destaca, entre otros, dos nombres de mujer cuyos relatos le han sorprendido y no duda en estimar que están a la altura de los mejores; Sol Fernández Martín y Lola Figueira Moure.

En ambos casos, la referencia le llegó por terceras personas y no duda en calificar de extraordinario el descubrimiento de Sol Fernández Martín, “uno de los mejores” y hermana de uno de los dibujantes españoles de mayor trayectoria internacional, Miguel Angel Martín, una circunstancia que Joaquín Alegre desconocía incluso después de la publicación del libro.

Tampoco ha ahorrado elogios sobre el trabajo de Lola Figueira; “que como en el caso de Sol, también es estratosférica, de nivelazo”. Esta simbiosis de alta calidad que ha logrado reunir en “Leyendas de León” le lleva incluso a preguntarse, con cierta sorpresa, cómo le ha dejado otras editoriales adentrarse en un territorio con tanta capacidad creativa. Como broche a esta propuesta, Joaquín reconoce y quiere dejar evidencia testimonial del impagable trabajo entre bambalinas de José María Merino y del lacianiego Luis Mateo Díez.

La ruleta sigue

Pero la ruleta del juego sigue girando siempre y con una apuesta fuerte sobre el tablero de las oportunidades; “en este negocio no se pueden hacer las cosas de otra manera”, atestigua Joaquín, y por eso en la cartera de trabajo ya se conjugan otros 24 títulos, cada uno al ritmo que marca la propia producción.

El segundo en la lista, un libro alimenta al siguiente, también declina la localidad con miras a lo universal o la universalidad desde lo local sin barreras y sin paredes: una guía de León en varios idiomas, con textos cuidados hasta el mínimo detalle y toda una nueva propuesta concebida para este propósito; la fotografía más antigua es de apenas hace unos meses.

No tiene tics contractuales frente a las nuevas tecnologías, dispone de página web, www.rimpego.com, pero concibe que el libro sobrevivirá porque es una obra perfecta, tal y como expuso en su día en la biblioteca de Alejandría Humberto Eco.

No tengo duda: “tenemos que hacer lo que sabemos hacer y Rimpego es el resultado de esa apuesta. Ahora la palabra la tienen los lectores”.

Editorial Rimpego

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