Los pantanos leoneses pasan sed extrema al bajar del 30% de su capacidad

Pedrosa del Rey bajo las aguas del pantano de Riaño

Sed como pocas vces. Esto es lo que están sufriendo en estas fechas los cinco principales pantanos de la provincia de León en un año hidrológico que comienza a considerarse extraordinario por la falta de recursos hídricos en las reservas que suponen los embalses de Barrios de Luna, Porma, Riaño y Villameca, en la cuenca del Duero; y el pantano de Bárcena en la cuenca del Sil.

La media de los cinco parajes de los que dependen, en la mayor parte de los casos, riegos y hasta el consumo humano de agua de algunas poblaciones importantes, está descendiendo de media por debajo del 30% de la capacidad total máxima que tienen los cinco pantanos. Una sed extrema que contrasta con más del 53% que por ejemplo el año pasado a estas alturas sumaban las cuatro presas de la cuenta del Duero.

Hay que remontarse muchos años atrás para observar una situación tan preocupante en las reservas de agua de la provincia, aunque no resulta fácil cuantificar exactamente los años porque ni la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ni la del Sil publican en sus respectivas webs oficials todos los datos históricos para establecer una comparativa.

En todo caso, hay situaciones más graves que otras. La peor parte se la lleva con mucho el embalse de Villameca, situado al norte de la comarca de la Cepeda, que en el último recuento oficial de ayer miércoles contabilizaba únicamente 3 hectómetros cúbicos de líquido, cuando su capacidad total se eleva a 20, lo que arroja un saldo de apenas un 18% de agua. Y claro, una estampa de sequía que pocas veces se ha podido observar en la zona.

No mucho mejor van los casos de Los Barrios de Luna y el pantano berciano de Bárcena, ambos exactamente al 25% de su capacidad total. Luna conserva poco más de 78 hectómetros cúbicos de los 308 que puede albergar, mientras Bárcena suma sólo 88,91.

Algo mejor, dentro de la gravedad, lo llevan los pantanos del Porma y Riaño en las montañas central y oriental de León. El primero de ellos arroja hoy un 31,5% de capacidad, sumando exactamente 100 hectómetros cúbicos de los 317 disponibles cuando el embalse está completamente lleno; y el de Riaño alcanza los 242,2 hectómetros de los 651 que suma en total, lo que significa que se e ncuentra al 37,2%. No tan grave como los demás pantanos, pero lo suficiente para dejar estampas tan poco habituales como el puente de Pedrosa del Rey totalmente a la vista, algo que ocurre en los años en los que la sequía azota con más virulencia.

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