Pablo Barros, el carnicero que supo dónde había que romper

Pablo Barros padre (i) y Pablo Barros hijo (d), dos generaciones carniceras en Astorga.

Astorgaredaccion.com

La Asociación de Empresarios de Astorga y Comarca (Asemac) entrega esta noche el Premio Empresa del Año 2013 a 'Cárnicas Pablo', una firma que ha ido abriendo brecha en el importante sector cárnico de Astorga. Decir el nombre de Pablo Barros en Astorga es hablar de un empresario muy 'peleón' e innovador, que comenzó de cero en 1977 y 30 años después está dejando a sus hijos el testigo de una empresa con 53 trabajadores, entre 'Cecinas Pablo' y las tiendas, y 7 millones de euros de facturación.

La clave del éxito de 'Cárnicas Pablo' se encuentra en haber sabido contrapuntear la innovación con la tradición, salpicando la mezcla con grandes dosis de intuición para conectar con los clientes. No cabe duda que detrás ha habido un gran conocimiento del oficio, que Pablo Barros y su mujer aprendieron en la Carnicería de Toribio, pero a diferencia de la mayoría, el patriarca de la empresa familiar supo dónde había que romper. “Cárnicas Pablo empieza en los sótanos de la carnicería de la Calle García Prieto, donde comenzaron a fabricar embutidos, después llegó Barros que fue una innovación porque era charcutería, tienda gourmet con quesos de exportación, patés..., cosas que aquí no se habían visto, y a pesar de que chocó un poco, funcionó. Lo mismo ocurrió con la carnicería, con los productos a la vista, grande, con todo en mármol, fue una innovación muy fuerte”, detalla Pablo hijo, que a sus 33 años y con una licenciatura en Administración y Dirección de Empresas, está tomando las riendas del negocio con el colchón bien mullido que proporciona toda la experiencia y el saber hacer de su progenitor.

La marca Pablo ha quedado definitivamente ligada desde 1993 a la cecina, un producto conocido desde siempre en los pueblos pero que en la cabeza del fundador de la empresa comenzó a transformarse en sinónimo de calidad. El empujón definitivo para la creación del marchamo de calidad 'Cecina de León' llegó cuando Pablo Barros estuvo en la directiva de la Cámara de Comercio de Astorga. “Fue uno de los iniciadores”, apunta el hijo, “uno de los promotores desde la Cámara de Comercio. Por cuestiones políticas la marca no pudo ser Cecina de Astorga, sino que tuvo que ser de León. Formamos parte durante muchos años de la IGP, pero nos salimos porque no estábamos de acuerdo, entendíamos que lo que teníamos que hacer era otra cosa. Nos salimos con mucho dolor”.

A pesar de no tener un departamento de I+D como tal, “las pequeñas y medianas empresas no nos lo podemos permitir”, explica Pablo Barros, lo suplantan con “orginalidad, los nuevos productos surgen pensando” y ensayando hasta dar con la clave. Así surgió la crema de cecina que tanto éxito está teniendo, y así se está preparando el último producto que ya se ha observado su comportamiento en las tiendas durante esta Navidad, y que está a punto de salir rumbo a los más importantes mercados. Se trata de la crema de cecina, con queso de Valdeón, chocolate de Astorga y membrillo.

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