Corresponsales de mina: los que escribieron la crónica de la muerte anunciada del carbón

De izquierda a derecha y de arriba abajo, Manuel Enríquez, José María Campos, Estefanía Niño, Mari Ángeles Cebrones, Luis Álvarez y Héctor Keudell.

César Fernández

Había veces en que un corresponsal de cuenca minera podría parecer de guerra. La imagen es de 1994. No son los Balcanes, sino Montearenas (Ponferrada). Por entonces la Nacional VI también era territorio comanche. Había fuego cruzado. “Fue la única vez que me pilló despistado”, dice Manuel Enríquez, que empezó en 1986 en Fabero a contar a qué precio iban las térmicas a comprar el carbón en el nuevo marco europeo para Diario de León y Radio Bierzo. Siempre se colocaba detrás de la Guardia Civil. Pero aquel día quedó en el medio. Levantó las manos: en una el carné de prensa y en la otra la grabadora. Santa Bárbara, que se celebra este 4 de diciembre, todavía era de aquella un día de fiesta y reivindicación.

Todos tienen alguna 'batallita'. Hay 'heridas de guerra' superficiales y otras que se llevan dentro. Luis Álvarez empezó en 1982 a hacer crónicas deportivas para Diario de León desde Villablino. Con el paso del tiempo, la emoción de los campos de fútbol se quedó corta en comparación con las tensiones de una catarata de encierros, huelgas, desalojos y hasta plenos con declaraciones de personas 'non gratas'. Dejó la corresponsalía agradecido por el trato con compañeros como Javier Tascón, Camino Gallego u Óscar Campillo, quien lo convenció para retomarla con La Crónica de León en 1992. “Más curtido” entonces, pasó a disfrutar del oficio hasta que en el bienio 1994-1995 se sumó la batalla política municipal a la reconversión minera. El cóctel era explosivo.

José María Campos relató en 1991 el cierre de la minería en Sabero cuando el sector acaparaba de manera directa o indirecta el 90% del empleo en la Montaña Oriental. Fue el primero en tener que contar cómo una cuenca se asoma al precipicio; luego le tocaría a los demás

Otras veces era la propia cuenca la que quedaba herida de muerte. Así sucedió en el Montaña Oriental Leonesa con el cierre en 1991 de Hulleras de Sabero. José María Campos había comenzado a escribir en 1984 desde Cistierna para Diario de León, su único medio desde entonces más allá de alguna otra colaboración puntual. “Ya desde el principio se hablaba de un posible cierre, pero nunca llegaba...”, dice para explicar cómo era su trabajo en la década de los ochenta, cuando la mina acaparaba el empleo directo e indirecto del 90% de la población de la zona. Los propios trabajadores de Hulleras aceptaron en votaciones el cierre a cambio de indemnizaciones y una promesa de reindustrialización. “El problema fue que se forzó la situación sin ofrecer alternativas”, dice. Campos fue el primero en tener que contar cómo una cuenca se asoma al precipicio; luego le tocaría a los demás.

Hubo compañeras que se asomaron al oficio en período de entreguerras. Mari Ángeles Cebrones, que años después tendría que llevar al médico a un minero herido por un pelotazo en su Seat Ibiza también magullado en plena batalla, comenzó su andadura en Diario de León y FM Bierzo en 1998 con la firma del primer Plan del carbón desde Bembibre para todo el Bierzo Alto. Y tuvo que familiarizarse con aquella terminología de recolocaciones y fondos adicionales hasta seguir el hilo de proyectos que nunca pasaron del papel al cemento. Estefanía Niño, que luego vería cómo le reventaba un zapato cuando un proyectil salió en la dirección equivocada, se incorporó a La Crónica de León en 2007 en La Robla para la Montaña Central Leonesa. Al lenguaje a veces codificado de los Fondos Miner se unió otro trabalenguas: el de los ERE (Expedientes de Regulación de Empleo) y concursos de acreedores que levantaron las costuras de una empresa que “parecía fuerte y modelo” como la Hullera Vasco Leonesa.

Mari Ángeles Cebrones y Estefanía Niño se asomaron al oficio en período de entreguerras. Tuvieron que familiarizarse con la terminología de recolocaciones y fondos adicionales del Plan de carbón. Y a aquel lenguaje a veces codificado se unió luego el trabalenguas de los ERE y los concursos de acreedores

Y otros colegas llegaron en plena asonada. Héctor Keudell lo hizo a la corresponsalía de Bembibre del por entonces El Mundo-La Crónica de León el 1 de octubre de 2005. Sin tiempo para digerirlo, se enfrentó a un encierro en el Pozo Malabá de Torre del Bierzo para forzar la firma del segundo Plan del carbón. Vedado el paso a los periodistas, tuvo una dosis de ingenio que habría hecho palidecer a Walter Burns, el sagaz director de periódico magistralmente encarnado por Walter Matthau en 'Primera plana': coló una cámara personal con la que le hicieron las fotos de los mineros encerrados que luego serían imagen de portada del rotativo. Keudell, que un día tendría que refugiarse en un bar en San Román de Bembibre por una intoxicación de gas cuando entrevistaba en la calle a un líder sindical, todavía recuerda las “fiestas espectaculares” de la Santa Bárbara de su infancia. Hoy la patrona, con el sector cerrado a cal y canto, ya no está ni para la reivindicación.

Titulares que fueron premonitorios

Santa Bárbara empezó a ser festivo local en Fabero precisamente a raíz de una huelga, cuenta Manuel Enríquez, que tiene en la cabeza algunos de los titulares que marcaron el devenir de la cuenca Fabero-Sil en las sucesivas reconversiones. Uno de ellos presagiaba en 1988 que el cielo abierto de la Gran Corta, que aguantó su actividad hasta cerrar la misma semana de noviembre de 2018 que el Pozo Salgueiro en Torre del Bierzo para enterrar el sector en la comarca, sería el revulsivo de la zona. “Siempre que había problemas de minería, me mandaban a mí”, dice para recordar las horas que echó en el cruce de Cubillos del Sil con la Comarcal-631, donde los mineros le confiaban las llaves que les quitaban a los camioneros.

La memoria de Enríquez aporta otro titular premonitorio: “La sombra de Victorino Alonso planea sobre Antracitas de Fabero”. Luis Álvarez, que fue cocinero antes que fraile, podría escribir un libro sobre el apodado 'rey del carbón', pero al menos divide en tres las fases de su 'régimen' en Laciana: “aterrizaje bondadoso”, “transición a peor” y “elefantiosis destructiva”. Aunque Álvarez recuerda que se vendió como un “éxito periodístico” la primera entrevista que el magnate concedió a Diario de León, lo cierto es que el hermetismo de los patronos mineros convertía a los comités de empresa en las principales fuentes de información, señala Enríquez. Lo confirma también desde La Robla Estefanía Niño al constatar que la Hullera Vasco Leonesa apenas accedía a trasladar a la prensa aquello que quería 'vender' a la opinión pública.

Siempre que había problemas de minería, me mandaban a mí, cuenta desde Fabero Manuel Enríquez para recordar las horas que echó en el cruce de Cubillos del Sil con la Comarcal-631, donde los mineros le confiaban las llaves que les quitaban a los camioneros

Ser absolutamente neutral al narrar la conflictividad en la cuenca minera propia es casi imposible, reconocen los seis. “Yo puedo ser objetiva para informar sobre un Pleno municipal, pero aquí se trata de defender algo tuyo también”, dice Cebrones, que luego se incorporaría a Radio Bierzo, Televisión Ponferrada y Bierzo 7. “Al final barres un poco para casa”, añade Niño. “Cuando tú vives, sabes y sientes la situación, percibes el problema social”, aporta Campos. “La implicación es absoluta. Y, al principio, es ciega porque ves que el sector está en peligro. Hoy quizá se podría hacer otra lectura. Si volviera a darse la situación, lo afrontaría con más cautela”, precisa Keudell, ahora a los mandos en FM Bierzo y Bembibre Digital, a la vez que corresponsal de Infobierzo.

La autocrítica que esboza Keudell la deja patente Luis Álvarez, que ejerció como corresponsal de La Crónica hasta que se prejubiló en 2000 y desde el verano de 2017 lo hace para ILEON.COM con algunos compañeros del diario desaparecido como Carlos J. Domínguez y Jesús María López de Uribe. Y tras reconocer que antes se usaba un tono complaciente en aquellos especiales de Santa Bárbara que eran “la venta de ilusiones de futuro” para el sector, apunta y dispara: “Nuestra parte de culpa tenemos en todo lo que ha pasado, como generadores de opinión y servicio público que desempeñamos. Cada vez siento más la necesidad de ser crítico con lo que creo que no se hace bien”.

La implicación desde el punto de vista informativo con la minería es absoluta. Y, al principio, es ciega porque ves que el sector está en peligro. Hoy quizá se podría hacer otra lectura. Si volviera a darse la situación, lo afrontaría con más cautela, precisa Héctor Keudell desde el Bierzo Alto

De las huelgas contra los patronos a las huelgas con los patronos

La narrativa minera tuvo, en cualquier caso, dos etapas diferentes. Las primeras huelgas eran contra los patronos con los convenios y la seguridad laboral como frentes de batalla. “Y luego ya estaban propiciadas por los empresarios contra los gobiernos”, afirma Enríquez para señalar el cambio de foco hacia las administraciones públicas también al confluir los intereses de trabajadores y empresas. Álvarez cita a los sindicatos como “colaboradores necesarios” en episodios como el cierre del Grupo María de la Minero Siderúrgica de Ponferrada. Y, ya en la última etapa, Keudell aporta otro matiz al contrastar la permisividad de las fuerzas de seguridad en cortes de hasta varias horas en la A-6 con el Gobierno de Zapatero con la postura inflexible del Ejecutivo de Rajoy y las cargas “muy violentas” a la llegada a Madrid de la tercera Marcha Negra en 2012, el canto del cisne de las reivindicaciones mineras.

También cabe diferenciar el tono. No es lo mismo el ruido de una manifestación que la alarma de un accidente o el silencio y la emoción contenida de un funeral. Las movilizaciones dan hasta para anécdotas divertidas como aquella vez que Mari Ángeles Cebrones bajó de Brañuelas a Bembibre a comprar pintura cuando el periódico sugirió hacer un 'Full Monty' a lo minero en la segunda Marcha Negra en 2010. Ella misma se recuerda impactada por otras secuencias como los días de guardia en los que apenas fue a casa a ducharse y a por café con mineros atrapados en Antracitas de la Granja con la imagen imborrable de las lágrimas del presidente de la Brigada de Salvamento Minero del Bierzo Alto, Federico Fernández, o jornadas de emoción desbordada con el entonces alcalde de Bembibre, Jesús Esteban, cantando entera 'Santa Bárbara bendita' al paso de los mineros.

Tras reconocer que antes se usaba un tono complaciente en aquellos especiales de Santa Bárbara que eran la venta de ilusiones de futuro para el sector, Luis Álvarez apunta y dispara desde Villablino: Nuestra parte de culpa tenemos en todo lo que ha pasado, como generadores de opinión y servicio público que desempeñamos

Los accidentes con final trágico son complicados de gestionar desde el punto de vista informativo también por la cercanía emocional. “Si no tratas a la familia, al menos la conoces de vista”, apunta Estefanía Niño, que no cubrió el escape de grisú que en 2013 se cobró la vida de seis mineros en el Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco Leonesa por coincidir con la transición entre dejar el oficio por el cierre de La Crónica de León y retomarlo por el nacimiento de La Nueva Crónica. Y Keudell recuerda el sonido del teléfono avisándole de un accidente en el Pozo San Antonio de Torre del Bierzo que se cobró la vida del padre de un amigo: “Fue más horrible porque conoces a la persona”.

Los corresponsales en cuencas mineras han servido de apoyo a las redacciones ante episodios como la quiebra de la MSP en la que Luis Álvarez añadía enfoques locales a la información capitaneada desde León por Fulgencio Fernández y Juanjo Valverde, así como episodios como la vez que los mineros de la Montaña Oriental fueron a cortar la carretera al paso de la Vuelta Ciclista a España, reseña José María Campos. Fueron también testigos en la carrera de relevos que acabaron siendo las marchas negras, acreditan Mari Ángeles Cebrones y Estefanía Niño, que aseguran que nunca sufrieron ninguna discriminación (si acaso 'positiva') en un mundo de hombres (trabajadores, sindicalistas, empresarios y la mayoría de alcaldes mineros) en el que las mujeres también tuvieron su cuota de protagonismo desde las que lucharon por que saldaran el dinero adeudado a sus maridos en Combustibles de Fabero hasta las que se sumaron a las movilizaciones de 2012.

A llenar la agenda informativa con la Transición Justa

Ahora, tras el vacío del carbón, toca llenar la agenda informativa. Campos ya tiene experiencia desde 1991 en la Montaña Oriental. Las cooperativas textiles “sacaron a muchas familias adelante” y llenaron páginas de periódico junto a informaciones sobre la implantación de empresas en polígonos industriales. “Pero aquello no fraguó porque la apuesta industrial en esta Comunidad Autónoma ha sido por el eje de Valladolid. La historia lo ha puesto de manifiesto”, afea con el ejemplo de la calle central del polígono de Cistierna bautizada con el nombre del fallecido vicepresidente autonómico Tomás Villanueva sin mayor implicación. “Fue un engaño total”, ratifica.

El carbón estaba tan omnipresente que hasta ha podido solapar otras historias que ahora tendrían más cancha como los perfiles humanos, defiende Cebrones desde el Bierzo Alto, el mismo sitio desde donde Keudell dice ver en peligro de extinción la propia figura del corresponsal ante el bombardeo de notas de prensa de organismos públicos. Sacar informaciones diarias de relevancia cuesta, añade desde la óptica de tratar de renovar la portada de Bembibre Digital. “Antes la información la palpabas en los bares y ahora está en las redes sociales”, contrasta. Sin ir más lejos, ya no hubo corresponsales para cubrir hace unos días la voladura de la chimenea de la central térmica de Anllares del Sil (Páramo del Sil), hito en la historia mineroenergética de la zona.

El carbón estaba tan omnipresente que hasta ha podido solapar otras historias que ahora tendrían más cancha como los perfiles humanos, dice Cebrones desde el Bierzo Alto, desde donde Keudell ve en peligro de extinción la propia figura del corresponsal ante el bombardeo de notas de prensa de los organismos públicos

La Transición Justa copa ahora los titulares dos años después del fin del carbón. “En 1992 era evidente el final de la minería y se nos dijo”, cuenta primero Luis Álvarez desde Laciana. “No lo quería ver nadie”, añade Manuel Enríquez, que ya en 1993 escribió que a Fabero “le quedaría el papel de ciudad dormitorio”, en 2011 se retiró y en 2020 no augura llegada de empresas a un municipio que en décadas de Fondos Miner sólo recibió una propuesta de implantación industrial: la de una fábrica de ruedas... de Victorino Alonso. “Y lo echamos abajo porque era un proyecto cazarrecompensas”, advierte.

Mari Ángeles Cebrones tampoco presagia asentamientos de grandes empresas habida cuenta de que apenas hay disponibilidad de parcelas de gran tamaño en las áreas industriales del Bierzo Alto, una zona que llegó a contar con 7.000 trabajadores mineros, por lo que la compensación se vuelve inabordable. No obstante, cree que tocará evaluar la viabilidad de otro tipo de alternativas como las iniciativas turísticas, cuenta en primera persona desde su experiencia laboral desde junio de 2019 en la Fundación Cultura Minera de Torre del Bierzo, que compatibiliza con una corresponsalía desde la que en otras Santa Bárbara tenía que 'subcontratar' a personas de confianza fotos de actos festivos a horas coincidentes en distintas localidades de la cuenca.

El turismo y la cultura como pivote de la reconversión ya es terreno conocido para José María Campos gracias al Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero. Y tras citar al par de empresas multinacionales que todavía mantienen centenares de puestos de trabajo, sostiene que el futuro pasará por contar proyectos turísticos al calor de los fondos para la Transición Justa a los que la Montaña Oriental se acogió in extremis. “Yo soy bastante incrédula. Hasta que no lo vea no lo creeré”, admite desde la Montaña Central Estefanía Niño poniéndole una vela a Santa Bárbara para que “haya un cambio de mentalidad hacia proyectos de turismo sostenible”.

Santa Bárbara también se 'prejubiló' hace algunos años cuando los retiros subsidiados fueron anestesiando el proverbial espíritu reivindicativo del sector con significativas caídas de miles a cientos de participantes en las movilizaciones. Ahora la patrona está en el 'geriátrico', bromea Luis Álvarez, cuyas primeras crónicas (según la urgencia) las dictaba por teléfono o las mandaba por el autobús, el medio por el que siguieron transitando las fotos incluso tras la llegada del fax y el ordenador hasta la revolución de la cámara digital y el paso del blanco y negro al color para contar la historia de unas cuencas que, paradójicamente, se fueron progresivamente apagando hasta que los titulares fueron tan negros como el propio carbón.

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