Comida a domicilio, acompañamiento, terapia y cuidado personal a mayores en Valdefresno

Taurino, 92 años, usuario de este servicio.

Personas mayores y vecinos de un total de 20 pequeños pueblos que conforman el municipio de Valdelfresno, a escasos kilómetros de León capital, son los primeros usuarios del servicio llamado 'Contigo en casa' y que desarrolla un equipo de profesionales de Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores y/o dependientes que la Fundación Santa María la Real gestiona en León.

Desde hace unos meses, el municipio cuenta con un nuevo servicio de atención a domicilio, que no solo ofrece comida, sino también y más importante, compañía y atención. Se trata de resolver un problema que ocurre en otros muchos territorios rurales de nuestra geografía, en casi todos ellos viven pocos vecinos y de edad avanzada. Personas, como Taurino, que vivió en Paradilla de la Sobarriba hasta cumplir los 92.

“Nuestro reto es lograr que las personas puedan permanecer el mayor tiempo posible en sus casas, en su entorno más cercano”, explica Marta Prieto, directora de Tercera Actividad León. Por eso, gracias a la buena disposición del Ayuntamiento de Valdelfresno, especialmente de Montserrat Fuertes, concejala de Bienestar Social, pusieron en marcha el servicio 'Contigo en Casa', con el que facilitan comida a domicilio, acompañamiento a consultas médicas, actividades terapéuticas, lavandería, cuidado personal o asesoramiento.

“Desde el propio ayuntamiento nos comentaron la necesidad que existía de contar con un servicio de este tipo, fundamentalmente destinado a ofrecer una dieta sana, variada y de calidad a las personas del municipio”. Dicho y hecho. Se pusieron manos a la obra y, tras diversas pruebas, desde enero el servicio funciona con total regularidad.

Menús personalizados

Cada mañana, en las cocinas de Tercera Actividad se preparan, dependiendo de los días, hasta 16 menús específicos, uno para cada usuario del servicio de comida a domicilio. “Sus necesidades son distintas y contamos con una experta nutricionista que se encarga de elaborar los menús semanales personalizados que, además, cuentan con la supervisión de nuestro equipo médico”, comenta Prieto.

Una vez elaborados se colocan en fiambreras individuales con el nombre de cada destinatario y, Alain, responsable de mantenimiento de Tercera Actividad, se ocupa de distribuirlos por los pueblos de la comarca de lunes a viernes, mientras que Lidia, responsable de servicios generales, realiza el reparto los sábados.

Así, comenzaron a llegar hace meses a la casa de Taurino, que a sus 92 años cumplidos, vivía solo en Paradilla de la Sobarriba. Natural de Santa Olaja del Porma, cuenta su sobrina Marta que durante toda su vida se dedicó al cuidado de otros familiares y siempre ha sido “una bellísima persona, muy independiente y organizada”.

Al cumplir los 90 años sus sobrinos vieron conveniente que Taurino contase con un apoyo básico para poder permanecer en su hogar e iniciaron algunos trámites para gestionar la ayuda a domicilio y el servicio de comidas. Durante varios meses fue suficiente, pero el tiempo no pasa en vano y, finalmente, Taurino ingresó en Tercera Actividad a comienzos de este año.

Su sobrina explica que así se sienten mucho más tranquilos, sabiendo que Taurino recibe los cuidados adecuados. “Ahora él está siempre acompañado. El equipo del centro vela por su seguridad, su correcta alimentación y supervisa la toma de medicación”. Gracias a ello, asegura, “su calidad de vida ha mejorado indudablemente”.

Antonia y Selina: mucho más que comida

No todos los casos son como el de Taurino. Antonia, por ejemplo, contrató el servicio de comida a domicilio para mejorar su alimentación y disponer de más tiempo. Hoy agradece más que la comida, el hecho de poder charlar un rato con Alain o con Lidia, profesionales que, además, están pendientes de ella y que en un momento dado, pueden aconsejarle o ayudarle a mantener su autonomía e independencia.

Algo similar le ocurre a Selina. Inicialmente fue su marido, Lope, quien solicitó el servicio, pero tras sufrir una caída, ella también lo requirió como un apoyo hasta recuperarse del todo. Del trato diario con el equipo de Tercera Actividad surgen nuevas ideas y así, se ha ofrecido como voluntaria para impartir un taller de mimbre y manualidades en el centro cuando finalice el verano.

Al fin y al cabo, de eso se trata, explica la directora del centro, “de estar en contacto con el entorno, de compartir experiencias y, sobre todo, de procurar que las personas puedan permanecer el mayor tiempo posible en sus casas, mejorando su calidad de vida”. “Y no solo hablamos de mayores”, recalca, “sino también de quienes se están recuperando de una convalecencia, quienes tienen un tiempo más limitado o unas capacidades diferentes. Cualquiera de nosotros puede ser en un momento dado usuario de un servicio de atención a domicilio”. Quizá, por eso, en Tercera Actividad tienen muy claro que las personas a las que atienden son “nuestro mayor cuidado”.

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