Del papel al voto electrónico
La actual ley electoral española exige que en cada colegio electoral figuren papeletas de cada partido como si todos los votantes fueran a votar a ese partido, lo que supone un dispendio de papel enorme. Pero hay una solución para eliminar ese gasto económico y medioambiental: el voto electrónico.
En la Universidad de León existe un Observatorio del Voto Electrónico que analiza los procesos electorales que ya van aplicando este nuevo sistema de voto implantado total o parcialmente en países como Argentina o Brasil. Según indican desde el observatorio, la implantación masiva de este sistema requeriría una inversion grande pero el ahorro también sería importante al prescindir de las papeletas.
El mecanismo es sencillo. La persona acude a votar y primero demuestra que está censado y se identifica. Le dan un código único que pasa por la banda de la máquina y accede a la votación. Entonces elige su opción y la información se acumula en el sistema. Además, la máquina imprime un resguardo que verifica la opción y la guarda en una urna convencional por si hubiera algún problema.
Desde el observatorio apuntan a que es un sistema más ecológico y mejora la accesibilidad para personas con alguna dificultad mediante audio o pantallas especiales. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué este tipo de votación no encuentra asiento en nuestro país? El principal obstáculo radicaría en la falta de confianza del usuario y de los responsables políticos. Además implantar el sistema de forma masiva requeriría de reformas políticas de calado, incluso constitucionales, que de momento no parecen querer llevar a cabo los políticos.
Los cambios en los electores y el ahorro económico seguro que acabarán implantando algún sistema de voto electrónico porque está claro: ¿a que molaría votar el domingo desayunando unos croissants y delante de la pantalla de tu ordenador? Tiempo al tiempo.
