Once motivos para ‘veranear’ en un pueblo de León

Commons León

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En julio comienza el éxodo, pero el éxodo a la inversa: las ciudades se van despoblando y muchos vuelven “al pueblo”, donde cambia el ritmo, donde todo se hace más cercano, más sano, más divertido. Commons León ha recopilado en su estupendo blog algunos motivos de peso para explicar por qué el pueblo causa furor en este tiempo de verano. Son estos:

  • 1. El descanso está garantizado

Por lo general, la vida en los pueblos transcurre de forma tranquila. No hay nada que altere los horarios y no hay coches, sirenas de ambulancias o ruidos estridentes. Eso sí, hay gallos que cantan o perros que ladran, pero eso forma parte del hilo musical.

  • 2. Se come bien

En los pueblos la gente sigue produciendo buena parte de los alimentos que consume. Por lo general, si no eres un rata, los vecinos te regalan lechugas, patatas, tomates, huevos, judías verdes, chorizos, manzanas y otras cosas producidas por ellos. Ahora bien, esto suele funcionar gracias a unas reglas de reciprocidad no escritas (p.e. tu le sintonizas los canales en la tv a la vecina, y ella te lleva unas lechugas; pero has de tener en cuenta que si no das nada, no esperes nada).

Ah! También hay restaurantes....

  • 3. Son sitios seguros

A diferencia de las playas y otros destinos turísticos, en los pueblos no acostumbra a haber delincuencia (la Guardia Civil suele tener muy controlados a los malhechores). Lejos quedan los tiempos en los que se dejaba la llave en la puerta e incluso las ventanas abiertas por mor del calor, pero nada que ver con lo que pasa en las ciudades.

  • 4. Todo es más barato

Por lo que te cuestan dos cervezas en el centro de cualquier capital, en un pueblo invitas a una ronda a los 8-10 paisanos que haya en el bar: pagando menos, quedas como un burgués... Y cuando decimos que 'todo' es más barato, es 'todo lo que habitualmente' se puede comprar en los pueblos.

5. Te puedes olvidar del móvil...

... entre otras razones porque no hay cobertura. Si eres de un operador raro, lo lógico es que no haya cobertura. Si eres de un operador conocido, de esos que continuamente te estafan, pues te sentirás aún más estafado: o has ido a veranear a un pueblo que está en una 'zona de sombra' y no hay cobertura; y si la hay, las redes están saturadas. Por supuesto: olvídate del 3G, del wi-fi y de todas esas modernidades...

  • 6. Cada día es fiesta en el pueblo de 'al lado'

Desde el 24 de junio (San Juan) hasta mediados de septiembre hay fiesta en 'el pueblo de al lado'; eso sí, hay que preguntar a los locales que son los que controlan el calendario.

  • 7. Puedes volver a practicar deporte o aficiones que tenías abandonadas

Si has elegido ir a veranear al pueblo, es el momento de vivir ese momento indescriptible de ponerte las zapatillas y el pantalón de deporte, correr cien metros y tumbarte al lado del río a la sombra porque estás asfixiado... Y sí, también hay hobbies menos exigentes: pasear, recolectar mariposas, hacer fotos, leer un libro, seguir los corros de lucha leonesa...

  • 8. Se respira aire puro...

Por lo general, y si no tienes una central térmica al lado, en los pueblos se respira aire puro.

  • 9. Es el momento de 'hacer sociales'

En el pueblo hay muchos espacios y momentos para conversar con los 'indígenas' y conocer otras formas de vida. Todo parece dado para la charla amigable; precisamente, una buena costumbre que aún se mantiene es, una vez oscurece, 'salir al fresco' y charlar con los vecinos.

  • 10. En algunos pueblos queda naturaleza...

Eso. En el campo hay ríos, bosques, bichos, animales salvajes... lo peor es que a estos últimos te los puedes encontrar de noche cuando vienes con el coche de la fiesta del 'pueblo de al lado'.

  • 11. Puedes participar de costumbres y tradiciones milenarias.

Concejos, hacenderas, fiestas patronales... son tradiciones que tienen miles de años y que aún se conservan en los pueblos ¿no es increíble?

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