Juan Carlos Monedero: “Izquierda Unida sigue siendo rehén de análisis antiguos”

Juan Carlos Monedero impulsor de Podemos

Pablo Batalla Cueto | Asturias24.es

Había un personaje de Molière que hablaba en prosa sin saberlo. Juan Carlos Monedero habla prosa sabiéndolo. En sus entrevistas, cavila con sumo detenimiento sus respuestas, como si teclease el texto en un Microsoft Word instalado en su cabeza antes de imprimirlo pronunciándolo. Cuando lo hace, lo hace circundando con un pequeño foso de silencio cada palabra, como si el lenguaje fuese una jungla repleta de trampas y cepos de la que hubiera que tantear con el pie cada palmo de suelo antes de pisarlo. Si, en medio de una oración, Monedero repara en que la siguiente palabra que va a emitir no va a ser la palabra precisa, se queda callado unos segundos y rastrea el diccionario en su busca hasta que la localiza. Nada hay de improvisado o de espontáneo, aunque pueda parecer todo lo contrario —«Si en vez de ser pajaritos fuéramos tigres Bengala...»—, en el Juan Carlos Monedero público, como no lo hay en el partido que contribuyó a fundar y en el que, aunque ya no desempeñe ningún cargo, sigue siendo un barón principalísimo.

¿Fue la dimisión de sus cargos en Podemos una decisión unilateral, o una maniobra consensuada con la cúpula del partido destinada a hacer creíble la estrategia de moderación del partido?

No, no somos tan estrategas. La dimisión tiene que ver con un acumulado de situaciones y de reflexiones que van haciéndome ver que mi espacio no es un espacio de dirección de partido, que hice un esfuerzo personal muy fuerte a construir Podemos asumiendo cargos de dirección y representación del partido, pero que eso cada vez iba estrechando más mi ámbito de actuación. Y no me sentía a gusto, y eso también se iba traduciendo en que dentro de la propia Ejecutiva había personas que entendían que tenía que disciplinarme más respecto de determinadas decisiones. A mí me costaba, y en un momento decidí que iba a trabajar por aquello que había ayudado a construir desde fuera de la dirección. Creo que se ha demostrado que fue una decisión correcta.

¿Gestionó bien el partido, lo gestionó bien usted, el llamado caso Monedero?

No, lo gestionamos muy mal, sobre todo porque estuvimos casi tres semanas sin dar explicaciones y dimos credibilidad a algo que no tenía nada detrás, como luego se ha demostrado. En todos estos meses hemos recibido muchísimos ataques y todos se quedan en nada. Formaba parte de una estrategia de intentar debilitar a una formación política que el poder no controla y que al poder le asusta.

¿Está perdiendo fuelle Podemos? ¿Ha tocado techo?

Creo que todo lo contrario. Creo que Podemos nace para las elecciones generales y que es en las elecciones generales donde va a demostrar su fortaleza y su músculo. Las elecciones europeas fueron unas elecciones de puesta en marcha y las demás elecciones las hemos visto como retos que nos reclamaban más tiempo para enfrentarnos a ellos. Unas elecciones municipales, unas elecciones autonómicas, te exigen una mayor implantación en los territorios, una mayor experiencia, y por lo tanto las enfrentamos con las posibilidades que teníamos pero sabiendo que no eran el espacio para el cual nosotros habíamos nacido, que es el de las elecciones generales. No valen las comparaciones entre las municipales y las generales: es otra lógica. En las generales la gente vota a un presidente del Gobierno y a una idea de equipo; en las municipales vota otra cosa.

¿Es el electorado más caudillista en unas generales que en unas municipales?

La expresión es un poco fuerte. Lo que sí es es más presidencialista. La gente no vota caudillos, pero sí vota presidentes. Volviendo a la pregunta anterior, la lógica Podemos es una lógica que impugna la incapacidad de la vieja política de seguir cumpliendo con el pacto del ascenso social a cambio del orden social. Nuestra crítica a las insuficiencias de la Monarquía, nuestra crítica a las insuficiencias de Europa, nuestra crítica a la conversión de la política en una suerte de mafia empresarial más atenta a los intereses particulares que a los generales, donde cobra toda su fuerza es en unas elecciones generales, y por eso creo que la recepción que vamos a tener va a ser muy, muy grande y también que se ha roto algo que era una constante en la política española, y era que las campañas no influían. Ahora las elecciones sí influyen muchísimo y nosotros vamos a demostrar en estos meses que la promesa de Podemos tiene mucha fuerza porque elanhelo de cambio sigue siendo un grito urgente en este país.

IU no entendió el 15-M y sigue siendo rehén de análisis antiguos

¿Por qué son Podemos e Izquierda Unida como el agua y el aceite, como ha dicho en alguna ocasión?

Porque Izquierda Unida sigue siendo rehén de análisis antiguos, porque tiene mucho peso biográfico, porque se ha ido acostumbrando durante demasiado tiempo a ser la muleta del PSOE, porque no ha entendido que el lugar antaño llamado izquierda hay que reconstruirlo, porque por su propia trayectoria tiene muchas dificultades para que se incorpore nadie que no pueda exhibir un certificado de pureza de sangre ideológica, porque ha cometido demasiados errores en los últimos años, porque no entendió al 15-M, porque no termina de entender las insuficiencias de la Transición y porque sigue haciendo una lectura de la realidad europea y mundial demasiado deudora de la guerra fría. Y es absolutamente indudable que, después de las elecciones, para reconstruir el espacio de la emancipación vamos a hablar con Izquierda Unida, con lo que significa, con sus gentes, pero todo esto que te he contado dificulta mucho llegar a acuerdos antes de las elecciones. El agua y el aceite se hacen especialmente incompatibles en la cercanía electoral. Luego se puede llegar a fórmulas de emulsión, pero las elecciones aceleran e intensifican las lógicas de partido. Y es muy difícil que Izquierda Unida pueda hacer en dos meses el trabajo que no ha hecho en dos años.

¿Por qué valoran negativamente la iniciativa bautizada como Ahora en Común y auspiciada por Alberto Garzón? Ya ha dado alguna idea al respecto antes, pero, ¿por qué no vale para las generales lo que sí vale para Madrid, Barcelona y otras ciudades?

Las elecciones municipales son elecciones donde hay una referencia de trabajo en común para solventar problemas locales. En las elecciones generales la gente no quiere 52 cantones, sino votar a una fuerza política que tenga una fuerza interna y una determinación capaz de poner en marcha un programa político, y eso es lo que impide que lo que vale en las municipales no valga en las generales. Lo cual no quita que tengamos que encontrar una forma que permita sumar a Podemos lo mejor de las candidaturas municipales. Yo planteé hace dos meses la fórmula Podemos-En Común, Podemos-Sí Se Puede o cualquier otra que consiga las dos cosas que yo creo que son esenciales: mantener intacta la máquina electoral con capacidad de cambiar este país, que es Podemos y que es Pablo Iglesias como candidato a la presidencia del Gobierno, pero también activar la voluntad popular a través de las mareas, de los movimientos sociales, etcétera, lo cual es esencial para ir a las elecciones generales con un plus de alegría y de ilusión que tenemos que reconstruir. En cuanto a la primera pregunta, de Ahora en Común yo creo que es una apuesta llena de buenas intenciones pero que tenemos que mirar las respuestas que genera.

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