Un líder moldeado a fuerza de silencio y pragmatismo

Elecciones 20N Mariano Rajoy

Efe / ileon.com

Ha sabido resistir. Ha sabido perder. Y ahora está a un paso de convertirse en el próximo presidente de España. Probablemente, el que más poder logre acumular desde el advenimiento de la democracia, sobre todo por la cantidad de comunidades autónomas que acumula su partido y por la mayoría absoluta que se le vaticina, quizá en los niveles de las que lograra Felipe González en 1982 y 1986.

Nacido en Santiago de Compostela hace 56 años, Mariano Rajoy Brey se crió en una familia unida que giraba alrededor de su padre, un juez que iba de ciudad en ciudad cumpliendo su trabajo.Por eso, el niño Mariano pasó por un colegio de monjas de León, por donde también pasó Jose Luis Rodríguez Zapatero.

Se licenció en Derecho, y a los 24 años ingresó al bien remunerado cuerpo de Registradores de la Propiedad, donde todavía conserva el puesto. Entre octubre de 1981 y septiembre de 1987 fue elegido diputado autonómico de Alianza Popular, director general de Relaciones Institucionales de la Xunta de Galicia, concejal de Pontevedra, presidente de su Diputación y vicepresidente de la Xunta.

Tiene, como buen líder que se precie, un libro publicado, con el llamativo título de “En confianza. Mi vida y mi proyecto de cambio para España”.

Lo tenía fácil para ganar las elecciones de 2004, José Luis Rodríguez Zapatero parecía un rival empequeñecido, pero todo cambió después del 11M. En 2008 volvió a perder, y las críticas, sobre todo desde dentro de su partido, arreciaron. Una de las tantas incógnitas que ha generado su estilo político es saber si ahora, tras la previsible victoria, aplicará a su perfil algo de “revanchismo”.

Según ha publicado esta semana la agencia Efe, entre los que trabajan con él se sorprenden a sí mismos cuando no encuentran un único adjetivo que defina a Rajoy. Unos le consideran “una buena persona”, están los que le definen como “alguien que nunca te falla” y los que le conciben como un amigo que “cumple su palabra”. No faltan los que le ven como “un león con piel de cordero”, esa clase de líderes que “a la chita callando” impone su punto de vista.

El líder del PP es un tipo familiar, de gustos sencillos, discreto hasta en el barrio, por donde se ejercita cada día -alterna caminatas de una hora con el trabajo en la bici estática- y al que encanta pasar el rato con sus dos hijos.

Luego de la derrota de 2008 tuvo que enfrentar a dos “chicas” fuertes de su partido: Esperanza Aguirre y María San Gil, que clamaban por un cambio. Aquí es donde Rajoy cumple con creces la máxima “resiste y vencerás”. En silencio, con sus fieles en el trabajo subterráneo, acude al congreso de Valencia con el apoyo de todas las comunidades, menos Madrid, y de muchos más, y gana.

Fue un congreso turbulento en el que José María Aznar, quien antes le eligió para manejar su herencia, le saludó como quien entra en un ascensor y dice “hola” a gente que no conoce de nada.

Su estrategia consistió entonces en refugiarse en el perfil bajo, en no meterse en charcos y en perfeccionar un estilo moderado, más técnico que político. La imparable crisis económica haría el resto.

Etiquetas
stats