La lluvia no impide la cacerolada de los 'indignados'

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David Gorgojo

Los 'indignados' se congregaron nuevamente este miércoles en Botines para protestar contra el sistema político actual. A las nueve de la noche la lluvia había hecho acto de presencia y la organización de la acampada había modificado la hora de comienzo de la cacerolada de nueve a nueve y media. Antes de la nueva hora los leoneses congregados allí comenzaron a hacer sonar tímidamente sus silbatos y tambores. Poco a poco los ánimos se fueron elevando y la cacerolada comenzó antes de las nueve y media sin que todo el mundo hubiera llegado todavía.

El número de 'indignados' fue creciendo, hasta alcanzar cerca de 200 leoneses, al igual que la lluvia que caía sobre la capital que se fue haciendo más intensa, pero que no impidió que de manera espontánea la cacerolada se dirigiera hacía la Catedral. La calle Ancha fue paso previo antes de llegar a la Pulchra Leonina a la que los 'indignados' quisieron hacer partícipe de sus protestas.

Por entonces, un coche de la Policía Municipal ya se había desplazado hasta las inmediaciones ante cualquier imprevisto que se produjera. Otro vehículo municipal hizo acto de presencia cuando la cacerolada ponía rumbo de vuelta hacia Botines. Ningún imprevisto ocurrió durante la protesta y no tuvieron más que vigilar a los manifestantes.

Cualquier elemento era bueno para hacerse notar. Palmadas, cazuelas, llaves, silbatos o tambores, cualquier herramienta o útil que hiciera ruido fue utilizado en la cacerola, incluso en algún caso aislado mobiliario público.

Al final, más de cuarenta y cinco minutos de ruido para demostrar que el movimiento 15M sigue vivo, así como sus reivindicaciones, entre las que están listas abiertas, transparencia y reforma del sistema electoral. El número de tiendas de campaña sigue creciendo cuando se cumple ya una semana desde que los 'indignados' acamparan en Botines.

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