Los capilotes retornarán el amarillo a Riaño
Este sábado Riaño volverá a engalanarse de su tradicional color amarillo que anuncia la explosión de la primavera, un color que otorgan los capilotes, es decir, los narcisos de esta intensa tonalidad que rodean el valle y que remiten al aspecto original de este municipio que fue anegado por el pantano. Se trata de la llamada Fiesta del Capilote, una celebración que sucumbió bajo el agua y que fue recuperada, no sin esfuerzo, a partir del año 1996.
Este año la Fiesta del Capilote llega con una emotiva y tradicional novedad. Se trata de la inauguración oficial de dos nuevos pendones rescatados del olvido por iniciativa del Ayuntamiento de Riaño, contando para ello con la subvención del Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la Diputación de León.
Es muy simbólico que los pendones recuperados del olvido sean de dos localidades, Salio y Huelde, de las que quedaron anegadas por las aguas del embalse en el año 1987 y que sea precisamente en la Fiesta del Capilote, con orígenes reivindicativos y de resistencia al embalse, donde luzcan al viento de nuevo.
El acto tendrá lugar por la mañana, cuando desde la Iglesía Parroquial se desfile hasta la cercana Plaza de Los Pueblos, donde se podrán contemplar hasta bien entrada la tarde. Este año los organizadores de la Fiesta del Capilote han colocado unos soportes de hierro en dicha plaza, para que los nuevos pendones puedan ondear al viento.
La jornada arrancará a las diez de la mañana, con la recogida de capilotes y el engalanamiento de las principales calles del pueblo. Tras la misa y el el vermú habrá tiempo para la pausa culinaria, muy autóctona también, con chorizo y morcilla de la zona, parrillada de carne y queso con miel, acompañado de pan y regado con buen vino. Por la tarde, a partir de las cinco, llegarán los juegos tradicionales, un pasacalles y la degustación en la Avenida Valcayo de las 'tapas capilote' que se irán elaborando. La noche será el momento de la música, con verbena, concurso de baile y entrega de premios.
