El ayuntamiento sin PP ni PSOE, sólo con independientes, y con alcalde condenado en la Audiencia Nacional por 'Púnica'

Pedro Vicente Sánchez, alcalde de Puebla de Lillo, en el juicio de Púnica en la Audiencia Nacional.

Carlos J. Domínguez

28M. Todos los municipios de Castilla y León están ocupados por concejales de los grandes partidos políticos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles montañeses resiste, todavía y como siempre, al 'invasor'. Pocos cambios hacen falta en la mítica frase de arranque de los cómics de Ásterix el Galo para que en vez de describir a la resistencia franca en tiempos de Julio César nos refiramos a la 'independencia' de un pequeño municipio de la Montaña de León.

Independencia, sí. Porque en Puebla de Lillo tras la contienda electoral del pasado domingo no queda ni rastro de ningún concejal de las formaciones mayoritarias, ni de PP ni de PSOE. Tampoco de Unión del Pueblo Leonés (UPL) que en estos comicios municipales ha sido la principal sorpresa creciente en toda la provincia leonesa y particularmente en el Partido Judicial de Cistierna al que Lillo pertenece.

Esta situación ha dejado solo espacio para que las actas de concejal de este ayuntamiento montañés recaigan en exclusiva de cara al próximo mandato en dos formaciones que acapararán todo el arco plenario, ambas listas independientes, que son las que han confrontado y recibido el respaldo casi exclusivo de los vecinos.

El alucinante reparto de los votos

Para comprender la dimensión de su éxito, baste decir que la Agrupación Independiente de Puebla de Lillo (AIPL) ha conseguido alzarse con la victoria y cuatro concejales -es decir, una nueva mayoría absoluta- con 254 votos (prácticamente el 50% del total), mientras que la recién nacida Agrupación Independiente por la Montaña del Alto Porma (AIMAP) fue apoyada por 186 vecinos. El tercero en liza, el PSOE, apenas consiguió 57. Y el Partido Popular, formación a la que perteneció el alcalde de Puebla de Lillo, Pedro Vicente Sánchez, hasta su expulsión en 2014, tuvo cuatro.

Con el resultado en la mano, y pese a que otros independientes liderados por un joven llamado Carlos López Fernández, le han pisado los talones como nadie nunca antes, Sánchez sería alcalde incontestable de nuevo, como lo lleva siendo ininterrumpidamente desde la década de los años 90 del pasado siglo.

Pero esta vez hay un condicionante: pocas horas después de la euforia electoral del domingo, la Sección Primera de la Audiencia Nacional ha condenado a Pedro Vicente Sánchez a ocho años y medio de inhabilitación especial para ocupar cargo público o empleo público por un delito continuado de prevaricación administrativa.

El impacto de una retrasada sentencia

Se trata de la sentencia del Caso Púnica, en la pieza separada referida a la Diputación de León donde Sánchez era Coordinador de Presidencia, cargo eventual de confianza primero de la presidenta Isabel Carrasco, hasta su asesinato en 2014, y también con su sustituto, Marcos Martínez Barazón, fulminantemente detenido por 'Púnica' ese mismo año y ahora igualmente condenado, como el exinterventor de la institución provincial, Jesús 'Suso' López.

Los tres quedan al final exentos de prisión, ya que el Tribunal de la Audiencia Nacional les exime de los demás delitos penales de los que se les acusaba y por los que se le pedían hasta 8 años de cárcel. Pero al atribuirles prevaricación administrativa, sí quedan condenados a inhabilitación en sus labores profesionales, ya que todos ellos son funcionarios públicos. Y en el caso de Sánchez y Martínez Barazón condiciona su futuro político como alcaldes.

Cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo, y es de prever que lo ejercerán para ganar más tiempo a los casi nueve años transcurridos, tiempo que les ha puesto encima la constante espada de Damocles de la sospecha de corrupción, pero que también les ha acabado beneficiando, ya que la condena es más benigna con ellos por “dilaciones indebidas”. Pero más tarde o más temprano, si no hay cambios en la condena, tendrán que abandonar sus respectivas alcaldías y dejar paso al siguiente de la lista para gobernar en Lillo como en Cuadros, donde siempre han seguido arrasando.

“El hombre de las nieves”

Será entonces el definitivo fin de dos políticos que ostentaron gran poder dentro del PP antes de Púnica. En concreto, Pedro Vicente Sánchez, apodado como 'El hombre de las nieves' por el recién fallecido Matías Llorente, veterano diputado y sindicalista muerto precisamente horas después de las elecciones, había sido presidente comarcal de los populares, así como diputado provincial en dos mandatos. De hecho, dirigió el área de Turismo, del que entre otras cosas dependían las estaciones de esquí como la de San Isidro en el Puebla de Lillo, de donde ya era un alcalde incontestable.

Según su propio testimonio ante el juez, primero, y en el juicio de la pieza separada de Púnica en León, cayó en desgracia de la presidenta Carrasco por oponerse a ciertas intenciones de ésta de obtener prebendas y beneficios, presuntamente irregulares, con la línea eléctrica de alta tensión que tendió por más de 12 millones de euros públicos hacia la estación de esquí, donde ella misma o el entonces interventor tenían propiedades a título personal, todo ello demostrado en la investigación y el juicio.

Cuando dejó de ser elegido diputado fue cuando continuó en la institución pero ya como cargo eventual de confianza, máximo responsable de Presidencia, con un sueldo de 42.000 euros al año por llevar papeles “de un lado pa'otro”, según testificó ante el juez de Púnica para tratar de demostrar su inocencia, añadiendo que él no ha sabido manejar el ordenador “hasta el año pasado”.

Una plaza de secretario municipal, ahora en el aire

A pesar de ello, desde 2017, compaginando con su labor como regidor, Sánchez obtuvo una plaza como secretario municipal en dos ayuntamientos de la zona, Burón y Maraña. Llamó la atención que pasara a encargarse desde entonces supervisar la legalidad en ambos consistorios, pendiente como estaba del juicio en la Audiencia Nacional. Pero nada se lo impedía. Hasta ahora, que de ratificarse en última instancia la condena de inhabilitación también para empleo público deberá abandonar tanto la Alcaldía como su trabajo, al igual que Martínez Barazón en Cuadros y en los Juzgados, donde es funcionario.

Mientras eso pase, Puebla de Lillo seguirá estando bajo los designios políticos de formaciones exclusivamente independientes, en espera de que alguna vez tras el 'tsunami' de Púnica, los grandes partidos puedan soñar con volver a tener representación en ese espectacular y particular rincón de la Montaña de León.

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