Y todos muy felices, en Villafeliz
Un ensayo en rústica de la lectura del Fuero de León en Villafeliz, el día 19 de julio. Esta localidad había quedado reflejada formando parte del alfoz de Legio en la época redactora de los Fueros de León, entre 1017 y 1020.
Luego, el viernes, semana adelante, sería la lectura en la Pulchra Leonina, en papel couché, tarjeta de visita con dominio y a todo color, mediante instituciones que lo han hecho funcionar con los acoplamientos oportunos. ¡Ah! Los que releen lo mejor de los preceptos, no pueden ignorar que la esencia de los mismos está en la derivada cotidianeidad del pueblo leonés, lo quieran o no admitir en el ente autonómico siempre maniobrero, conduciendo entre líneas. Y, sin tratar de faltar a nadie, mediante personajes interpuestos.
Va pues, de lectura de acontecimientos pasados, escritos y bien escritos, pero con mala saña guardados, con celo de silencio o de una más rotunda omertá, y hoy, desempolvados, precisamente cuando el mundo ha empezado a 'descubrir' el momento histórico de 1188 y el parlamentarismo, al ser anunciado por la Unesco. Pero estoy aludiendo hoy a los Fueros de León, que al socaire juntero empezaron a ser leídos en la Catedral, por “las fuerzas vivas, civiles y militares… y... el pueblo”
Mención aparte merece el Consistorio legionense que en parte organiza el especial recuerdo. No es el Ayuntamiento bajo mazas, digamos que participa el Consistorio, bueno más bien el alcalde, aferrado a las tradiciones para que no nos muerdan en la nuez capitalina gente de la hierba mala. Resulta un especial recuerdo para la ciudad regía que tuvo su fuero reinando Alfonso V, quien lo había otorgado también al reino.
Los fueros: leyes pioneras del Reino de León
La mantenedora nombrada, pues este año fue mujer, Ana del Ser López, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Con su ponencia 'Leyes Pioneras del Reino de León', para la ocasión, marcó situación primera y principal.
Me permito dejar como destacadas algunas de sus expresiones más didácticas: “Los Fueros nos hablan de identidad, de conciencia y de memoria”, que si lo enlazamos, sin otro ánimo más que el de fidelidad al acto, con: “No hay identidad sin conciencia”. Y, remarcamos, “la conciencia es lo que nos hace pueblo y la memoria lo que nos hace perdurar”. Sin duda estamos ante un estímulo docto para preservar lo leonés... del centralismo autonomista, añado con todo respeto.
El nombramiento citado, y la parafernalia correspondiente supone el paso previo a un desfile de las personas participantes, que caminando van por la vía Principalis de Legio hasta el claustro catedralicio.
Acompaña o abre marcha de la comitiva, que a pie se desplaza a nuestro primer templo, una pareja con apariencia de lugareños, bien ataviados a la antigua usanza, tocando dos instrumentos: dulzaina y tamborín; sones muy sugestivos como alerta y anuncio de lo que sigue.
Tal como se ha podido ver el consistorio organiza su parte. Preside el acto, como ya he dicho, el alcalde, y tiene lugar en el Palacio de la Poridad, un acogedor e histórico punto de partida.
Vamos a la lectura. Ambiente muy distinto en uno y otro lugar. En la Sobarriba, sí, sí, la de “botones de abajo arriba… ‘por el pueblo llano provincial’ y con regocijo, puede que por aquello de la más amplia y coloquial expresión: ”Qué buenas son las hermanas ursulinas que no llevan de excursión…“ Tan expresivo es el dicho, que se canta (explica) por sí solo. Un pueblo no exento de nostalgia: de concejos y libertades…
Aquí, que yo sepa, no hubo mantenedor, pero Suárez-Quiñones, vino a mostrar, no per se, entiendo yo, sino luciendo la potestas de su cargo, pasando así a tomar el acto otro cariz. A quien, por cierto, no conseguí ver este año en la lectura capitalina.
Para la gran lectura catedralicia, aparentando impulso revitalizador, está bien medido el acto con el “desembarco” de personajes y políticos leoneses incardinados hasta las trancas en el ente autonómico. Y no lo digo en cuanto personalidad, pues requeriría otro tratamiento escrito, sino porque su comparecencia, viene a marcar apariencia leonesa, pero quien controla es el ente mediante cabeza mandante superior autonomista.
En mi condición de observador, de lector de noticias, crónicas, reportajes y otras fuentes, con riesgo medido de equivocarme, creo ver un mayor control progresivo consistorial capitalino. José Antonio Díez es... “¡Muy legionense y mucho alcalde!”.