La vara de medir leonesismo del señor Quiñones

Juan Carlos Suárez-Quiñones presidirá la gestora del PP de León.

Como diría un niño leonés alborozado ante la llegada de los Reyes Magos: “¡Me la pido!”. Yo, con la resabiada inocencia de un niño mayor, al menos pido verla, y si me satisface, “iré allá donde las vendan”, a por una… ¡Para la historia!

Podía haber empezado por el regodeo que muestra el señor Súarez-Quiñones, al ser elegido por el señor Mañueco para transitoriamente presidir en la provincia de León a las filas políticas del PP. Momento en el que toma, como han dicho en los medios, la batuta que es inherente al cargo de presidente. Pero hete aquí que hay que saber manejarla para dirigir la orquesta política conservadora, en su caso una gestora, en tanto, incluso él, hace méritos para que suene unificada con sones partidistas y le afiancen. Puede ser un plan.

Como militante de base, como reconoce haber sido siempre, es harto difícil conocer los entresijos del manejo de un partido. Y sin curtirse, hay que dudar de la enseñanza que le pueda aportar la sencillez de ser un número. Mas, no soy yo quien ha de valorarlo, pues ni tan siquiera he sido simpatizante, y mucho menos votante del que hoy llaman Partido Popular.

Pero tampoco soy, entiéndalo así, señor Suárez-Quiñones, detractor suyo porque sí, le sigo en su papel de consejero autonómico, y como leonés sufro, dadas las muestras de su servicial proceder en cuanto a los manejos del ente autonómico que nos viene aprisionando y degradando.

La planta de biomasa en el cementerio de León

En días venideros hablaremos de bicicletas, rutas y nuestro patrimonio geográfico y de montaña, que hay tela que cortar. Sin perjuicio de mayor abundamiento hoy citaremos algo sobre “la quema de leña”, eso que llaman biomasa, allá donde los legionenses estamos enterrando a nuestros muertos.

Por supuesto rechazado por el vecindario y con muy mal informe técnico, pero eso sí, con el beneplácito paternal del ente autonómico, precisamente ese al que en Medio Ambiente. Pues bien, ahí contraviento y marea, el ente nos obsequiará con un incensario de humos, en el lugar que ellos consideran adecuado y oportuno, para eso mandan. Su proceder, el de “yo sigo con el f(j)uego”, no es otro que el de se ejecutará la obra. ¡Y en ello están!

Contemplado lo anterior, como bagaje a ofrecer al electorado, y con ánimo de gestionar transitoriamente a sus compañeros ejercientes en política, local y provincial, ha encajado con agrado, por no decir emoción, el reto que le ha colocado el gran jefe Mañueco.

Momento éste, en el que ya empieza poniendo la razón de todos los males leoneses, en el gobierno de la nación dónde Sánchez, les sobra. Para lo provincial, su mayor ámbito como gestor de partido, anuncia, como visión personal que “hay que abrirlo a la sociedad leonesa”...

Ester Muñoz ha 'volado' a Madrid

Ester Muñoz, la que ha dejado el sillón vacante, ha volado hacia Madrid, claro, tomando el vuelo desde del despejado ambiente de Villanubla; el aeropuerto de León no les ha merecido ni una consideración especial, ni el apoyo autonómico. El gobierno de Sánchez es el culpable de todos los males, y para entender los bienes logísticos que a raudales entran en Valladolid, por ejemplo... ¿Dónde hay que poner la mirada?

Los socialistas en la Diputación, para la que el Muñoz de turno no consiguió alcanzar la presidencia, ya por votos, ya porque con diatribas internas no negociaron con UPL, están mostrando flojera en el pacto. ¿Acaso piensa, como gestor PP provincial, iniciar conversaciones para cambiar las tornas?

Con cierta ironía o suave sorna, le digo, puede estar pensando en mantener guardado el ábaco de medir leonesismo, político en este caso, para que no interfiera en lo que como jugada política les pueda ofrecer, como negociador discreto, en el estatus provincial a repartir con la formación UPL. ¿O se ha de esperar a que el oráculo autonomista hable y dé una orden?

Lo pergeñado aquí viene a ser como una muestra de lo que a los leoneses nos viene ocurriendo desde que la unión aberrante PP/PSOE se llegó a dar, y sigue en lo autonómico, y siempre, siempre, con perjuicio de los leoneses.

¡Ah! Aue el medidor de leonesismo, entelequia de un modus operandi, viene dado por saber vivir y laborar aquí en lo territorial que ha de controlar el ente, como si la calidad del trabajo desarrollado no importara, y sí el cumplimiento y pretensiones emanadas del poder autonómico.

Si esto es su proceder... ¡Voto a bríos! Estamos en la clara muestra del colaboracionismo.

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