Presupuesto para hacer el Camino de Santiago
👉 Viene de la decimoquinta parte
Todo dependerá de nuestras posibilidades y de nuestra forma de abordar la experiencia, como turista o como peregrino. En el primer caso, la persona que se plantea una vivencia más cómoda y relajada, el turista gastronómico que no tendrá reparos en gastar su buen dinero en darse merecidos homenajes culinarios o en darle reposo a su fatiga en pequeños hoteles o casas rurales al finalizar sus etapas, estaremos hablando de un presupuesto mucho mayor.
Pero si se trata del peregrino más auténtico, aquel que quiere añadir a la aventura de caminar España el hecho de hacerlo despojado de lujos y aprendiendo el verdadero valor que tienen todas esas cosas que damos por hechas y que durante el viaje se antojan esenciales, como encontrar un buen plato de comida caliente o una modesta litera en la que descansar nuestro cuerpo cansado, las posibilidades se tornan mucho más económicas y accesibles para cualquier bolsillo. En cualquier caso, a la hora de elaborar nuestro presupuesto siempre tendremos que enfocarnos en los dos principales gastos que tendremos: alimentación y hospedaje.
Gastos de alimentación
El presupuesto para comidas variará mucho dependiendo de si podemos permitirnos comer al menos una vez al día en un buen restaurante o de si nos tenemos que ceñir a unos costes menores y abastecernos en supermercados para luego cocinar en los albergues. La mayoría de los albergues tienen cocina y todo lo necesario para cocinar, por lo que si cuentas con poco dinero será la mejor opción. También hay que tener en cuenta que los precios en los bares y tabernas que encontramos en el Camino suelen ser bastante accesibles. Calculando un presupuesto medio, lo ideal sería disfrutar de un buen desayuno (3 euros), un menú del peregrino en cualquiera de los numerosos restaurantes que lo ofrecen a lo largo de la ruta (12 euros) y un gasto para la cena de 10 euros. En total podríamos decir que con 25 euros al día podemos cubrir nuestras necesidades alimenticias. Hay que tener en cuenta que es muy recomendable aprovisionarse de fruta, frutos secos o barritas energéticas para recomponer energías durante la ruta.
Gastos de alojamiento
Aquí el presupuesto puede ser muy variable dependiendo de cuál de las muchas opciones que nos ofrece el Camino escojamos: albergues municipales, albergues privados, pensiones, hoteles, casas rurales…
En el caso más modesto de escoger el albergue municipal los precios oscilarán entre los 8 y 12 euros. Algunos de estos albergues solo piden la voluntad y desde aquí os remitimos a ser generosos y dar al menos 10 euros. Estos establecimientos viven de nuestra ayuda y una de las lecciones que nos enseña el Camino es la de ser agradecidos. Son muchos los caminantes que aseguran que pernoctar en estos lugares es la forma más genuina de ser peregrino. Si en cambio escogemos un albergue privado los precios oscilarán entre los 14 y 20 euros. Cualquiera de las otras opciones, hoteles o casas rurales, ya disparan nuestro gastos y son solo accesibles para los peregrinos más pudientes. Aunque también de forma ocasional, y cuando nuestro cuerpo necesite un profundo y reparador descanso, no está mal darnos un homenaje y dormir en uno de estos lugares que se antojan como auténticos lujos para el caminante que lleva días compartiendo litera y ronquidos con otros peregrinos.
Otros gastos
Siempre hay que contar con todos esos gastos imprevistos que surgen en la ruta, algunos de primera necesidad, como remedios para nuestras dolencias en la farmacia o el uso de lavadoras y secadoras automáticas; y otros simplemente pequeños lujos que nos podemos regalar de vez en cuando, como tomarse unas cañas con unas buenas tapas o las entradas para visitar museos y monumentos.
Presupuesto total por día
En resumen podemos decir que con un presupuesto de 35 euros diarios un peregrino puede cruzar el país y vivir esta aventura en plenitud. Esto supondría un gasto de unos 300 euros si nuestro peregrinaje fuera de una semana y de 1100 si durará un mes. Estos gastos por supuesto variarán dependiendo de las incidencias y los imprevistos que puedan surgir durante la ruta. Pero, en definitiva, podemos concluir que no es una experiencia vacacional especialmente cara, sobre todo teniendo en cuenta todo lo que nos ofrece el Camino a cambio: todo el tiempo del mundo para nosotros.
👉 Sigue en la decimoséptima parte