Alimentación para el Camino de Santiago

Camino de Santiago en Calzadilla de los Hermanillos.

👉 Viene de la decimotercera parte

A la hora de planificar nuestro desayuno surgen las primeras dudas. ¿Es mejor que sea abundante y energético, o algo liviano para caminar más ligeros? La respuesta la encontramos en el equilibrio, es decir, ni mucho ni poco, un término medio. Ni es bueno llenarnos como si no hubiera un mañana antes de empezar a andar, ni tampoco tomar únicamente un zumo y un café. Debe ser energético pero no contundente. Y deberá contener los siguientes elementos: 

  • Hidratos (pan, tostadas, cereales...)
  • Lácteos, como leche o yogur.
  • Algo de proteína (lonchas de pavo, jamón, queso, huevo...)
  • Azúcares naturales, lo mejor es la fruta.
  • Grasas saludables, como las que contienen los frutos secos o el aceite de oliva.

Mezclando adecuadamente estos elementos conseguiremos un desayuno equilibrado y sano para empezar la ruta con energía. Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, la cafetería del albergue no estará todavía abierta a esas horas tan tempranas, por lo que es recomendable aprovisionarnos el día anterior con algo de fruta o fiambre para tomar a primera hora de la mañana y esperar hasta llegar a un pueblo con bar para tomarnos un buen café con tostadas, por ejemplo. Lo que nunca debemos hacer es empezar a caminar con el estómago vacío. Es mejor esperar y salir más tarde que arriesgarse a un desfallecimiento por no haber desayunado.

Durante la etapa

Para tomar durante el camino lo mejor es sin duda la fruta. Siempre es recomendable llevar en nuestra mochila alguna pieza de fruta a mano, nos proporcionará los elementos que el cuerpo necesita para el esfuerzo. También son ideales para tomar mientras caminamos los frutos secos o las barritas energéticas. También conviene hacer una parada a media mañana en un bar o una pequeña tienda para tomar un bocadillo, una tapa o un café.

La comida

Lo normal es que hayamos madrugado y, después de caminar 5 ó 6 horas, lleguemos a comer a nuestro destino. En ese caso es el momento de darse un buen homenaje. Encontraremos numerosos lugares con menús económicamente asequibles y especialmente pensados para el peregrino. Es una forma también de cultura, de probar los productos típicos de cada lugar y aprender a valorar la increíble y rica variedad gastronómica de nuestro país. Llegaremos con una hambre canina después de todo el gasto energético que hemos sufrido. Y sentarse delante de un buen menú del peregrino será uno de los mejores momentos del día. Pero si por alguna razón vamos a continuar la marcha por la tarde, deberemos evitar las comidas copiosas y dejar el disfrute culinario para la cena. Nunca es recomendable caminar con el estómago lleno.

La cena

La cena, al igual que se aconseja en nuestra vida diaria, no debe ser muy copiosa para que podamos descansar adecuadamente. Aunque si hemos caminado por la tarde y nuestra comida no ha sido muy contundente también puede ser el momento de darnos el gustazo de un buen menú. En cualquier caso es recomendable cenar verduras, ensaladas, pasta o carnes blancas como pollo o pescado. De este modo aportaremos proteína a nuestra dieta y evitaremos digestiones pesadas que nos impidan descansar adecuadamente por la noche.

La hidratación

Una hidratación adecuada es fundamental, especialmente en los meses más calurosos. Lo recomendable es parar a beber agua en pequeños tragos cada hora y sin esperar a tener sed. De nuevo la prevención es muy importante y nunca debemos olvidar hidratarnos correctamente. La fruta también nos proporcionará una buena cantidad de líquidos. En cuanto a los refrescos es mejor evitarlos, son bombas azucaradas que a la larga no nos harán ningún bien. Por no hablar de las bebidas energéticas, un mal muy común especialmente entre los más jóvenes y unos productos que nos darán una energía extra en un primer momento, pero que a la larga no son nada aconsejables.

👉 Sigue en la decimoquinta parte

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