El 'pasillo intermodal' y la ventilación de las ideas

Entrada principal de la estación de autobuses de León.

Ya estamos los legionenses acostumbrados al frío en el rostro en cuanto que el azar meteorológico lo trae, lo impone y se lo lleva. Y así entrenados, el viento de la inoperancia política, ésa que enfría los ánimos, nos lleva a asumir socialmente otros aireamientos tal como el pasillo cubierto de Estación a Estación, y tiro porque lo manda la Junta, con el beneplácito del Ayuntamiento de León.

La Estación de autobuses que la Junta Autonómica ha remodelado, si uno lee con la debida atención y acepta credibilidad al sindicato USO, es un cúmulo de desaciertos, en primer lugar para las empresas de transporte de viajeros, y luego para los leoneses que nos colocan lo de “no quieres caldo” juntero autonómico, pues toma: ¡Letreros autonómicos por doquier! Un juego nada baladí con doble intencionalidad.

Recuerde el lector que la Estación de Autobuses de León es propiedad y fue construida por la Junta de Castilla y León, en terrenos municipales cuya cesión fue acordada entre el Consistorio y la Junta (socialista) en los años 1985-1986, estando Juan Morano de corregidor legionense (del 1979 al 1991 primero por el CDS, Independiente, AP y por último por el PP), con vicisitudes varias. 

Fue inaugurada en el año 1990, sufrido una pequeña reforma en 1996, algún arreglo posterior y se mantuvo en funcionamiento hasta 2021, que, muy deteriorada e insuficiente a todas luces, necesitaba actuaciones de mejora y modernización. Cosas éstas no conseguidas plenamente según los sindicalistas de USO de la gran operadora Alsa, que enumeran fallos, tal como menor número de dársenas, la mitad de las que tenía, y cortas de longitud a tenor de los más modernos autobuses.   

Y a partir de aquí entramos en las consideraciones siguientes. La Junta, titular de la parcela, acometió la nueva obra mediante una UTE, y según el proyecto y diseño de un Estudio de Arquitectos que posiblemente, dado el modus operandi del ente, atendió a sus consejos uniformistas. No consideraron oportuno conservar ningún elemento patrimonial de la anterior ni dar personalidad leonesa a la nueva. Quedando ésta subjetivamente trasladable a cualquier localización. 

¿Y los escudos de León capital?

En la derribada, ahí están las fotos y descripción en las hemerotecas, se podía observar que el letrero en la entrada principal decía: 'Estación de Autobuses', flanqueado por dos escudos de León capital. Y bien centrado en lo que pudiéramos considerar el frontispicio aparecía otro escudo de León en relieve… por cierto, no sabemos que rumbo los han dado, de ser la escombrera, conviene saber de quién partió la idea. Deberían haberlos conservado como el mural, salvando las distancias, a instancias de UPL (labor in vigilando), y que había sido donado por el leonés Carlos Álvarez de las Heras en 2007. 

Estas, que se pueden considerar como pequeñas cosas, tienen un valor anímico y sentimental que no debieron pasar por alto los munícipes legionenses del momento. Por ello y porque también pueden ser objeto de otras consideraciones.

Los trágala políticos municipales legionenses, empezaron a implantarse desde que la Junta autonómica pasó políticamente a manos conservadoras, y así las malas voluntades hacia León tomaron la condición de bipartidistas. Tal parece que, los representantes de los ciudadanos en el municipio, a partir de ese momento se inhibieron de todo compromiso, cuando deberían haber seguido siendo los supervisores de lo que allí se construyera. 

La Estación reformada, con los costillares al aire, se me antoja como el símbolo de los depauperados leoneses, sin personalidad ni datos integradores de nuestra ciudad. Puede que, cuando más, haya quedado funcional pero, volviendo a USO, no a satisfacción de los usuarios.

Falla la defensa de lo leonés

Destaco que la labor in vigilando de la política legionense ha fallado, no especialmente por capricho, sino, por la falta de consistencia para la defensa de lo leonés, eso que la Junta acoquina. Y luego, en más amplia visión, con el diseño de la ciudad que deberíamos tener hoy y a futuro. ¡¡¡La Junta domina!!! Y ahí entra también en juego la señalética. No podemos ahora sorprendernos de que la Junta sea la protagonista hasta el punto de tener que bebernos la profusión de logos manifiestamente autonomistas, de quien se siente amo y señor. Acaso nadie en el Consistorio, ante los planos, vio por donde venían desde el ente las ideas. ¡Y mira que han tenido años para ello! Luego… siguen fallando en sus obligaciones como políticos y como ciudadanos leoneses, dejando plena libertad a la Junta.

Ahora vamos a la aberración del pasillo. Eso que llaman intermodal cuando es, simplemente arreglar una acera y poner un tejadillo que, circunstancialmente, conectan las estaciones de tren y autobús porque a la Junta le ha convenido. Y va dicho esto necesariamente como peyorativo como contraposición al interés juntero de adornar lo escueto con la calificación de intermodal, a todas luces desproporcionado. No es la unión que eso requería ni la que se tenía prevista. De nuevo, el Consistorio, en conocimiento y cediendo terrenos, han fallado. No hay criterio, ni de ciudad, ni de espacio público, ni de consideración hacia la ciudadanía que va entregando sus poderes.

En conclusión, dos interrogantes: ¿Están satisfechos de cómo van a quedar las estaciones y su 'pasillo intermodal'? ¿Era el modelo que querían o el que les han obligado a querer

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