Leyendo y acotando sobre leonesismo

Una concentración leonesista.

Desde el título 'El leonesismo de mañana', a mí –más que diletante del sentimiento leonesista... ¡Sufridor!–, dadas las imposiciones autonómicas castellanas, me ha parecido interesante el escrito en su conjunto, mas, para la ocasión, he puesto “el ojo” en algunos conceptos, ideas o apreciaciones, que si las planteo y tiene a bien contestar el autor, no a mí, sino en plan no polemista sí explicativo y divulgador, puntualizando, supongo que será interesante… para el leonesismo, en todas sus vertientes. Máxime si conocidos leonesistas van mostrando aquí también sus opiniones y mejor criterio.

Pero antes de proseguir, para mi tranquilidad y sin dogmatismos que me quedan grandes, dejo recogidas dos apreciaciones: Entiendo que habla del leonesismo, como movimiento social. Y la otra, en la que coincidimos: No es momento de “historias” para defendernos, sino de proceder al arreglo de las desigualdades económicas. Y añado, de las tres provincias leonesas aunadas, (tan maltratadas por el ente autonómico) al ritmo que proceda para cada una. 

Dadas las circunstancias devenidas, sea pues la vertiente economicista la que nos aúne; base y fundamento para el mejor acercamiento y comprensión popular leonesa. La cuestión está en el cómo. No quiere esto decir que se haya de olvidar o suprimir “el filosofare”. Prueba de ello, es el punto desde el que salgo a la opinión pública con estas letras. 

Creo que deberíamos poner el primer interés, en dejar puntualizado qué entendemos por leonesismo. Personalmente, aun cuando no sea más que a título informativo, siempre lo he valorado como un sentimiento. Algo anímico y vivificador de lo leonés. Podemos decir que fluye del “ser leonés”.  Y a propósito de esto, añadir que en algún momento hice una somera disquisición entre ser leonés y ser de León, pura elucubración sobre comportamientos. 

Así que hablaríamos de leonesismo social, de igual manera que podríamos hacerlo, digamos, cual empuje social leonés de fuerte compromiso. También hemos de aludir al movimiento político leonesista, cuando el sentimiento citado nos empuja, defensivamente, a entrar en el juego político de forma diferenciada, de modo especial en el ámbito autonómico. Que lo hayan, o hayamos hecho mal, o pero, eso es otra cosa. 

Como quiera que el leonesismo no tiene mano política, debemos estar en guardia, a título personal y también colectivamente, para que no nos lo sofoquen o ahoguen las ideologías, o el mal entendido partidismo, que exhiben los grandes partidos de ámbito nacional.

Acotando lo que hacer para el futuro

El pueblo leonés podremos decir que existe, en tanto el territorio en el que sus componentes se identifican culturalmente como tal, sea reconocido como regional leonés. El ente, que hoy nos domina, no sólo no lo contempla, sino que desde los orígenes ha tratado de asfixiarnos como pueblo. Dado el afán autonomista de crear un pueblo único del imposible amecido castellanoleonés. Es necesario, y con ello no descubro nada que no se sepa, dejar dicho que la presión castellanizadora sobre Zamora y Salamanca, viene de muy atrás y con tolerancia, no así en León, donde prima el rechazo pero nunca en  stricto sensu.

La vinculación unitarista de contenido leonés, en la que estén participando las tres provincias, determinadas como región desde 1833, antes formando parte del territorio leonés, que fue reino, hoy no existe, como tal.  En la medida que no están unidas, ni fraternal, (socioculturalmente) ni interesadamente, (acuerdos políticos) por mor autonómico defensivo triprovincial. De ser admitido plenamente como cierto esto, en cómo revertirlo está la clave.

El leonesismo como movimiento social, ha consolidado al pueblo leonés. Dice. Vamos a ser claros y concisos, o dicho más sencillamente  desde mi punto de vista, el leonesismo, tal como he dicho que lo entiendo, no es otra cosa que la argamasa que esencialmente hemos manejado los leoneses de León, para defender lo que cuasi en abstracto  (si así se quiere interpretar) denominamos “lo leonés”,  un englobado de lo histórico y cultural (cuando ésta es pura vivencia), que nos identifica. 

No podemos decir que los leoneses (“un tercio regional”) hayamos ido por libre, “abandonando” al sur. Con buen criterio se puede decir también que no supimos hacernos acompañar, o que a los otros “dos tercios”, influenciados sobremanera por lo castellano, no mostraron afán asociativo o de acompañamiento. Y ahora, al parecer, atesoran un capital social importante.

Algo así como la ciencia en pocos, los del sur, Salamanca, donde CCRL, al presentar un estatuto y una ley de sedes, elaborado unilateralmente, (una propuesta, de pocos), se torna comparable a la madurez social de los del norte, donde radica un movimiento social sostenible, digamos de bastantes, por no decir de muchos, muchos.   

¡¡¡Eso sí, todos, unos y otros, bajo dominio castellano!!!

Que no solo quiere controlarnos políticamente, sino absorbernos en lo económico y borrarnos en lo social…

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