Gestión de ciudad... ¡Y toma letreros estacionales!

Los logotipos de la Junta se repiten más de 20 veces en la Estación de Autobuses de León.

El actual alcalde legionense, el que nos hizo creer que la moción pro autonomía iba a ser un camino que el socialismo leonés, con él bien afincado podía ser una opción en positivo a tal fin, hasta donde entiendo, no consiguió alcanzar posiciones. Ni se colocó él, ni los leoneses rompimos la abulia. Y pasado el ardor, nos habla como gestor y munícipe precavido. A cada uno lo suyo.

Recuerdo, a modo de inciso, que en los buenos momentos leonesistas, Rodríguez de Francisco, al mando de la nave política leonesista, nunca ocultó su deseo de ser alcalde. Parecía apasionarle el municipalismo. Aparte de ser un supuesto anhelo social y político bien con jugado, lo pretendía como un reto personal, para el que se consideraba preparado. ¡Es pura gestión! Cualquier mano (política) vale para ello. Más o menos venía a decir, o muchos así lo interpretábamos.

Este último recordatorio no aporta mayor sustancia al escrito y si viene a mostrar al lector dos vertientes leonesas, de leonesismo hablado, lo de interpretado requeriría demasiadas matizaciones, toda una panoplia sobre el tema, entre ambos puestos con más de treinta años de diferencia. ¡La bandera es de todos los leoneses! En esto coincidirían a la hora de tomar la purpurada en la mano, y habría que decir que sí, confirmando la certeza y añadir que cada uno de los leoneses así lo entiende, mas, poner sobre la mesa el compromiso, en esto sí que hay diferencia en favor de los que son puro sentimiento. Y no digamos en cuanto al deseo autonómico.

El corregidor legionense mostraba, días atrás, su satisfacción por haber tenido en la autonomía al señor Quiñones como consejero de Fomento, supongo que sería parte de una broma, porque la positividad hacia Legio, León provincia o triprovincialidad regional, no encaja más que en las obras del seguidismo centralizador autonomista para el que éste labora, lo demás está por demostrar. La subsistencia no es de agradecer, menos como limosna; dónde está la comparativa autonómica de los leoneses solos, manejando su autogobierno, con los amarrados una comunidad indeseada. ¡¡¡Que nos demuéstre los beneficios autonómicos del ente que padecemos!!! Y el corregidor, de paso, que enumere los beneficio que nos aporta.

'Letrerelandia' en la estación de autobuses

Puede que ambos hayan negociado el sendero hacia Letrerandia, cual territorio colonial hacia el paraíso de los logos, léase estación de autobuses de León, que uno ayudó a diseñar, y el otro, el munícipe, controlando lo de todos los legionenses, pondrá otro suelo a disposición juntera para un camino o tránsito de poca monta, un “quebrantos” (con tejadillo) como el de la calle Astorga, ahora a nivel del suelo, y poco más, que osan llamar intermodal desde el ente autonómico.

Y cita al consejero para hablar del Parque tecnológico, que activó, el que era polígono de Villadangos, que algunas empresas prestigiaron y parece que los políticos autonomistas del ente, formando parte de su extraño cometido lo alargaban en el tiempo, ahora se lo apuntan como un tanto, y aquí hemos de situar a Mañueco que también ha venido a apuntarse méritos.

Vamos a ver, señor Diez: dónde está el polígono que iba a ser Torneros (sé que no es de su cometido directo), primigenio en todo, hasta en necesidades leonesas, cuyo primer apelativo al uso de antaño era “puerto seco”, más tarde en ambicioso plan le decían Nodo Logístico y desde el ente autonómico se dieron maña para frenarlo en tanto usurpaban ese derecho logístico geográfico para trasladarlo a lares castellanos, quedándose lo de aquí en NADA. No estaremos confundiendo insidia, olvido y colonialismo ultramontano, cual totum revolutum, en un 'a ver que sale'.

En la voz de Quiñones, ahora como Consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, respecto a lo que en León no se hace, o viene a cuentagotas político, siempre es achacable al gobierno de la nación. Mensaje Mañueco. Cuando colean, y va para largo, su gestión del fuego de La Culebra, al que llegamos sin personal ni medios, y el asunto del lobo, tema en el que según él es el gobierno central el que se ha de hacer cargo de las consecuencias. No vemos ni principios autonómicos. Mas, esto hoy no toca.

Desde el ente autonómico nos han hablado del Centro del Control de Transporte de Castilla y León, a ubicar en León en la reformada estación. No se requiere mucho espacio, dado que hablan de la creación de ocho puestos de trabajo. Pero hemos de temer, que la situación pasa por estar ante una falacia, o más sutilmente un doble juego.

Veamos, la empresa Alsa coloca aquí su Centro de Coordinación para España y Portugal de Servicios Internacionales, lo que debe hacer mucha gracia a la Junta, pues el anunciado Centro de Control Autonómico para todo el ente, proclamado por ella, para ubicarlo en su estación en León, pensándolo bien, y fuera del núcleo del poder, era mala cosa y mala experiencia. Y más que se acoplara en Legio. De modo que, con las mismas artes que vienen empleando, se darán maña para que una vez más todo se centralice en tierra castellana. Máxime cuando se habla de una inversión de 32 millones y puestos de trabajo para el control de movimientos de los autobuses de línea en toda la Comunidad, y de un largo etcétera.

Señor alcalde, estemos atentos a los movimientos del consejero y del presidente, pues su sombra no deja crecer las ideas vertidas en algún momento, cual semillas que no medrarán. Vamos a ver lo que cedemos en terreno y en dominio. Pues se lo acoplan, colonizan como práctica habitual. ¡¡¡Cualquier cosa en vez de traer!!! 

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