Esculturas y alegorías… en Legio

Inauguración de la nueva escultura en honor a los veterinarios en el Jardín del Cid de León.

Si he de ser sincero, desde que anunciaron que el Colegio de Veterinarios pretendía que algo simbólico recogiera la afectiva relación de esta disciplina, sus profesores y los que en ella se iban formando, con la urbe, Legio, que había venido acogiendo la Escuela de Veterinaria... ¡Estaba expectante! No en balde nuestra prestigiada Facultad fue vital para la formación de la hoy ULE.

Hace años que empecé a hablar de Legio, como ciudad desnuda... ¡De esculturas! Añadía prontamente; precisamente en momentos en los que mi ánimo defensivo de lo leonés, se agudizaba, pues de modo especial se empezaba a consumar el indeseado amarre autonómico, con total falta de respeto a lo leonés histórico, y a los presentes herederos. Solicitaba en los medios que se pusiera el ojo en la destacada orfandad. Y, por ejemplo, empezar por promocionar un monumento a las Cortes de 1188. Recordando al pueblo leonés que se iniciaba participando, en lo que, andando el tiempo, pasaría a ser conocido como parlamentarismo.

Un leonés, de Astorga, apellidado Amaya, colocó en alto pedestal una imagen de la Virgen María: 'La Inmaculada' que empezaría a dar nombre a la plaza que veníamos conociendo por su geometría como circular. 

La vieja negrilla, conformada como persona, gigante y pelín deforme, transmite con su postural sedentarismo, paz y acogimiento. Hoy en Santo Domingo, aguarda al caminante. Su autor, tiempo después nos obsequiaría a los leoneses con una corona castellana, en las sienes del leonés Alfonso VI, en Sahagún, que ya son ganas de maltratar la historia y nuestra sensibilidad.

Se han ido poniendo cosas, esculturas y bustos reales, amén de algún detalle como el de la plaza de las Cortes, que las recuerda, pero no las da la relevancia que merecen. No todas las aportaciones insinuadas son lo felices que debieran, algunas ya han sido objeto de puntualización crítica mía, pero con afán constructivo, tal como el león, nuestro símbolo, de los legionenses y en más amplitud de los leoneses regionales, herederos de un reino. Pues hete ahí que, al león capitalino, se han permitido colocarlo metido o tratando de salir de un sumidero, de una alcantarilla. ¿Cabe mayor desdoro? No comprendo señor corregidor legionense que le pueda gustar, y hasta defender.

Un mecenas de cuya buena intención no he dudado nunca, quiso obsequiarnos con la estatua de un rey, Alfonso IX, y lo hizo, pero con imagen de guerrero... ¡Que fue faceta de todos los del reino de León! Olvidando el momento fabuloso, de recién llegado a la urbe regia y llamó al pueblo, a los buenos hombres, para que le acompañaran en el gobierno. Ése y no otro era el valor a erigir y destacar. ¡¡Lástima!!  

Las estatuas de los colegios profesionales

Vamos ahora a lo que han querido dejar reflejado tres Colegios profesionales, ubicados en Legio: Enfermería, Medicina y Veterinaria, en este orden por cuestión de ejecución y fecha. Desconozco si hubo petición expresa sobre el motivo a representar, o fue de libre interpretación del artista escultor cuando les fue hecho en firme el encargo.

Sobre el de Enfermería, dos manos se unen, según el autor “en gesto de cariño”. Dejé dicho que éstas con puntiagudos ángulos esbozadas, e implantadas en una rotonda de la avenida de la universidad, parecen esconder la dulce firmeza que del “enlace con el enfermo” deberían mostrar. Por decirlo liviano no me parece que haya acertado en la confección.

En otra rotonda, ésta, próxima a los hospitales, el Colegio de Médicos de León quiso emplazar otra, recordando el gran trabajo profesional desarrollado, de modo especial durante la pandemia. El escultor, entretejido en acero, puso un batallador a caballo, 'San Jorge', con la lanza de la profesionalidad en ristre, persiguiendo al COVID-19, “El baile de los virus por los suelos”. Aquél que nos asolaba a los humanos. Ayuntamiento y Colegio, pagarán a medias al escultor. 

Ayer el Colegio de Veterinarios en el jardín romántico del Cid., pegando a un fragmento de conducción romana de agua, para los legionarios acampados en el 'solar' que se proyectaría en Legio, nos entregó a los leoneses algo más que un adorno, un recuerdo… ¡Un símbolo!  

El detalle ofrecido, una gran mano... ¡Izquierda! Lo pongo entre admiraciones, pues me sorprende, al desconocer la razón, puede que no haya otra cosa que capricho del artista. Sostiene el emblema veterinario: “La higiene del ganado, la salud del pueblo”, lo vemos en el anverso… y en el reverso de una medalla sujeta por los dedos medio y pulgar; puede que de haber usado el índice se pudiera pensar que mostraba las chapas, antes de ser lanzarlas al aire, como en  el conocido juego de dinero por Semana Santa. ¡¡¡A caras va la mano!!!, gritaría en el corro el baratero. De cara los leoneses. Con engaños el ente.

Puede que no falten quienes quieran ver, y va dicho con todo respeto para los promotores y el autor, una camuflada peineta, hacia el ente autonómico que fruto del centralismo feroz, ningunea el saber veterinario, que en Legio se enseña... ¡¡¡En nuestra prestigiada Facultad!!!

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