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Vamos a jugar… a la yincana de Pekin Express

Ya sólo quedan cinco parejas, contando con los blogueros que se libraron una vez más de la expulsión cargando con el hándicap de unos turbantes gigantes sobre sus cabezas. Con o sin el tocado de moda en la India los corredores tenían que realzar un yincana en la región portuguesa de Goa. La primera prueba consistía en conseguir una fotografía de una casa colonial, la primera pareja en llegar a meta con la imagen correcta ganaría la clasificación directa y un tratamiento de lujo para relajarse en una playa. Las astorganas tuvieron serios problemas de orientación para llegar al primer punto, pero en el último tramo una pareja inglesa muy amable las acerco a meta. A pesar de ello los aristócratas fueron los merecedores del ansiado retiro el resto de la etapa.
Las parejas se vieron las caras en la asamblea, con ataque de risa incluido por los teltubies rebautizados por llevar esos enormes turbantes. Las risas se cortaron cuando supieron que en la siguiente misión de la yincana debían competir dos a dos, los aristócratas hicieron el reparto. Dos parejas, los vascos y los blogueros, debían hacer una prueba física en la que sabrían la dirección de la meta pero antes de llegar debían de hacer la compra de unos productos portugueses concretos, además de entregársela a Cristina Pedroche con una colocación exacta en un plato y sin perder ni un solo ingrediente. Por otro lado, las leonesas y los primos frikis, tenían una prueba deductiva en la que no sabían la dirección y sin mapas debían llegar a la panadería portuguesa más antigua de Margao, allí se harían con las pistas que les indicarían la meta.
Competir contra los primos no les gustó nada a madre e hija por su buena relación y lo fuerte que los veían. Precisamente fueron ellos los primeros en encontrar las pistas escondidas entre cientos de panes, como en los roscones porque justo debían ir a la Fortaleza de los Reyes Magos. Mientras las carrera se ponían interesante por el rodeo que dieron los primos, en Margao los blogueros tuvieron que ser socorridos por la policía porque los vecinos no aceptaban su presencia en las calles y les empezaron a increpar. Como la expareja de luchadores ya llegó mucho antes el equipo de Pekin Express trasladó a los blogueros y les quitaron los turbantes para evitar más problemas.
Además de los vascos fueron las astorganas las que se clasificaron en esta etapa, así que los primos debían competir directamente contras los blogueros con el nuevo hándicap de salir con la diferencia de diez minutos. La yincaka continúo por la noche con la última fase en la que tuvieron que encontrar transporte para llegar a cabaña-discoteca, allí sonaban las instrucciones hasta la meta donde los esperaban todas las demás parejas. Los últimos clasificados fueron los primos y esta vez sí que sí los expertos en redes sociales abandonaron el concurso.