España continúa cuesta abajo en el aniversario del #15M

Javier García/Sintetia.com

Hace un año, el 15 de mayo de 2011, un movimiento ciudadano, arrastrado y organizado a través de las Redes Sociales, tomaba las calles españolas para mostrar al mundo -de hecho exportamos la marca spanishrevolution- su grado de malestar y preocupación.

Con el país en recesión, importantes bolsas de desempleo y una crisis financiera de gran calado, la indignación ciudadana había alcanzado niveles importantes. Un año después, ese movimiento sigue vivo y tiene un sello propio, #15M. En Sintetia hemos aportado datos que justifican la parálisis económica en la que se encuentra el país, y que puede explicar el profundo caldo de cultivo que hay tras este movimiento:

Una tragedia en el mercado laboralImportantes desequilibrios en materia de ciencia y tecnologíaDesequilibrios educativos serios

A ello hemos añadido reciéntemente un análisis que explica dónde está el verdadero problema laboral de España: en las personas jóvenes. Los jóvenes de menos de 35 años han sido los que han experimentado el peso prácticamente total de la destrucción de empleo de España; los que más han incrementado sus probabilidades de estar desempleados, los que padecen la temporalidad y los que su principal activo, su formación y talento, no está siendo aprovechado como sabia nueva para salir de la actual crisis económica.

Seguiremos profundizando en todas y cada una de las implicaciones que estos análisis tienen para España y su futuro. Este post ofrece una reflexión sobre algunos indicadores poco habituales pero que demuestran la gravedad de la situación a la que nos enfrentamos.

El problema social es tan profundo que ya se puede afirmar que esta crisis ha generado que en España haya, dentro del grupo de personas en edad de trabajar, más personas que no trabajan que trabajando. Tomemos la población en edad de trabajar, personas de más de 16 años, y el número de personas ocupadas:

¿Cuántas personas de más de 16 años trabajaban antes de la crisis económica actual? Más del 54% de la población en edad de trabajar lo hacía. ¿Y después de la crisis? Tan sólo un 45% de la población en edad de trabajar lo hace.

Se puede profundizar más en este fenómeno. De la población mayor de 16 años, fijémonos en tres colectivos: los ocupados, los parados y los jubilados. Los ocupados, porque son los que trabajan y contribuyen al crecimiento económico -generan PIB-; los parados porque desean trabajar pero no lo logran, y una parte de ellos cobra una prestación por desempleo por parte del Estado; y los jubilados porque están fuera del mercado laboral y cobran una pensión también del Estado, merecida gracias a su pasada vida laboral. En definitiva, un colectivo que contribuye activamente trabajando a generar impuestos y renta y dos colectivos que, por distintas razones, consumen recursos públicos en forma de transferencias.

Por cada 100 personas que trabajaban, antes de la crisis, ¿cuántas estaban desempleadas o jubiladas? La respuesta es casi un tercio, 35,4%. ¿Y tras la crisis? La respuesta es abrumadora: por cada 100 personas que trabajan en España, hay 65 paradas o jubiladas.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística. EPA.

¿Cuáles son las diferencias territoriales respecto a este ámbito? Una vez más, los problemas no son iguales en todas las Comunidades Autónomas. Así, por ejemplo, mientras que en Andalucía o Extremadura, por cada 100 personas que trabajan, hay más de 80 en paro o están jubiladas, en el País Vasco o Madrid esa proporción ronda el 45%.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística. EPA.

Existen Comunidades Autónomas que arrastran históricamente un problema serio de actividad laboral: antes de la crisis, Asturias, Extremadura y Galicia ya eran Comunidades con una proporción de personas desempleadas o jubiladas relativamente elevada respecto al resto de España. La crisis ha agravado el problema en dichas Comunidades y lo ha generarlo en otras que ya tenían problemas de dinamismo laboral.

España necesita de forma urgente oxígeno en su economía. Hemos de recuperar la agenda olvidada del crecimiento económico con la máxima celeridad y con el apoyo en bloque de toda la Unión Europa. Y lo decimos justo hoy, con las dudas sobre el Euro, la fragilidad del sistema financiero español y sobre nuestra economía en máximos anuales. El único programa Europeo y español en el que deberíamos poner todos nuestros esfuerzos es en el de crecer a corto plazo, conjugando reformas para hacerlo sostenible en el tiempo. Sin crecimiento, tendremos un país de jóvenes sin empleo, ocupados en peligro de extinción y jubilados que verán peligrar sus pensiones.

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