La regularización de falsos autónomos en la industria cárnica y el cierre de comercios moderan la subida de afiliados por cuenta propia
Los autónomos aumentaron en 14.425 en 2019, un 0,44% más, según los datos publicados este viernes por el Ministerio de Trabajo. Este incremento anual es inferior al del año anterior (49.986, un 1,56%), pero superior al incremento anual de 2017 (10.468, 0,33%). En estos datos tienen gran influencia el cierre de pequeños comercios durante el año (10.069 autónomos y autónomas menos en el sector) y la regularización como asalariados de más de 15.000 falsos autónomos en industrias cárnicas, señala la Unión de Autónomos Uatae. Amén del incesante cierre de comercios, la provincia de León tiene su cuota en este último apartado después de que Embutidos Rodríguez se comprometiera el pasado mes de mayo a incorporar al régimen general de trabajadores a los 400 'falsos autónomos' que prestaban su servicio a través de la cooperativa Servicarne
En términos sectoriales, las mayores caídas se producen en comercio (-10.069) e industria manufacturera (-13.010). Los mayores incrementos en términos anuales se producen en los sectores de Construcción (+6.099); Actividades Profesionales (+6.001) y otros servicios (+4.309).
Por su parte, el incremento en el Régimen General fue de 371.167 trabajadores asalariados, un 2,36%, por lo que la tasa de crecimiento anual en el Régimen General es 5 veces mayor que la de autónomos.
Para la secretaria general de la Unión de Autónomos UATAE, María José Landaburu, “el incremento anual se mantiene en valores muy discretos aunque superiores a los del año 2017, consecuencia de la desaceleración económica y las incertidumbres internacionales y nacionales: como Catalunya y el bloqueo político”, además, según Landaburu, “durante 2019 han existido dos factores sectoriales que han limitado considerablemente el incremento de trabajadores autónomos; el cierre de pequeños comercios y la regularización realizada por el Gobierno de más de 15.000 falsos autónomos en la industria cárnica y que inflaron las cifras de crecimiento en 2018, política que debe continuar en otros sectores para combatir la precariedad”.
En definitiva, según Landaburu, “necesitamos ya un gobierno que dignifique las condiciones de los autónomos y autónomas, con medidas como la cotización en base a ingresos reales, una fiscalidad más justa que no los ahogue y ayudas tanto a los que empiezan como a los que ya tienen en marcha sus proyectos, junto con el desarrollo de un Plan Estratégico para el pequeño comercio”. “Ahora necesitamos políticas que mejoren la protección social, que faciliten su actividad, un tratamiento más justo en las cotizaciones y la fiscalidad, y que eliminen los factores de precariedad que hacen que sea un chollo contratar autónomos y autónomas en lugar de trabajadores asalariados”, concluye.