La Cultural rescata un punto en un loco encuentro en el Reino de León ante el Valladolid
42 años tuvo que esperar la afición leonesa para poder vivir de nuevo uno de los encuentros con mayor rivalidad deportiva en la segunda categoría del fútbol español. La Cultural y Deportiva Leonesa y el Real Valladolidad llegaban a la cuarta jornada de liga con 6 puntos cada uno y en la zona de playoff, con el impulso de la Copa del Rey y sobre todo con las ganas de ganar a un rival histórico.
Una competitividad grabada a fuego en los jugadores blancos que salieron desde el minuto cero mordiendo toda acción de balón. Con un innovador esquema táctico, la Cultural se convirtió en un equipo muy incisivo y con muchísimo peligro, tanto por el centro como por las bandas. Masip se puso el mono de trabajo desde los primeros minutos, teniendo que intervenir en varias ocasiones para no encajar el primer gol.
Aunque la alegría blanquivioleta duró poco, ya que tras una jugada peligrosa que rechazó la defensa, dejó un rechace que aprovechó Señe para meterse en el área y ayudado por un defensor pucelano el balón acabó entrando sin poder hacer nada Masip, era el 1-0. Las intentonas blancas no hicieron más que aumentar tras el gol. Solo 7 minutos más tarde y tras varias ocasiones de la Cultural, el arbitro dictaminó la pena máxima a favor de los locales después de que derribaran a Señe dentro del área, aunque el penalti, lanzado por Rodri Ríos, no acabaría entrando.
El encuentro se le hizo entonces cuesta arriba para el conjunto vallisoletano, Masip tuvo que aparecer de nuevo para parar varios lanzamientos culturalistas, estando más cerca los de Rubén de hacer el 2-0 que del primer gol vallisoletano. A pesar de ello y llegado al minuto 30, el partido dió un cambio de 180 grados y sería el Real Valladolid quien empezase a llevar el peligro al área de Palatsi. En el 35, en un mano a mano de Mata con Zuiverloon, el defensa blanco trastabilló al delantero dentro del área y acabó convirtiendo el penalti para poner el 1-1. Los 10 minutos restantes se pasaron con ganas de que llegase el pitido final.
Tras el paso por los vestuarios la Cultural volvería por las andadas de los primeros minutos del encuentro, presionando al Valladolid, y achuchando la meta contraria. Tan solo ocho minutos de la reanudación, en el minuto 53, Yeray González recogió un buen pase de Buendía dentro del área y sin controlarla cruzó perfectamente el balón poniendo a la Cultural de nuevo por delante en el luminoso (2-1).
A pesar del gol, sería el Valladolid quien tuviese más iniciativa a la hora de atacar el área contraria, siendo mucho más incisivo con el balón. Tras un saque de esquina mal defendido Guitián en el 59 pondría de nuevo el empate en el marcador (2-2), rematando solo dentro de área. Este segundo gol dió alas a los de pucelanos, quienes acometían por las bandas el área defendida por Jose. La defensa blanca, bastante confusa en la segunda parte, comenzó a errar y dejar huecos que los vallisoletanos aprovecharían para colocar el 2-3 ,de nuevo de penalti en los pies de Pablo Hervías, en una decisión más que polémica despues de que se expulsara a Iván y se tuviera que retractar al dictaminar la pena máxima.
El gol dió más que alas al Real Valladolid, y tan solo cuatro minutos después en un mano a mano con Gianni, Mata ayudado de un agarrón, consiguó irse del defensa y plantarse delante de Palatsi, quien acabó en el suelo después del regate del delantero y pudiendo marcar a placer (2-4). El cuarto gol sirvió como adrenalina para la Cultural que se reactivó y volvió a ser el cuadro incisivo y dominante que se había visto en los primeros minutos del partido.
El juego de la Cultural, creado del centro hacia las bandas, lo acabó acusando la zaga vallisoletana, que no conseguía parar las entradas en segunda linea de los jugadores blancos. Emi Buendía, en una gran jugada por el centro, encontró el hueco en la defensa para entrar y cruzar un balón que acabaría tocando Guitián y poniendo más cerca el empate (3-4). Con aún 12 minutos para el final, la Cultural siguió subiendo lineas y rompiendo al Valladolid variando la rapidez con el balón controlado. Señe, de nuevo en el 84, consiguió el definitivo empate (4-4) con un gran chut cruzado despues donde Masip no pudo llegar. El Reino de León se volvió loco con el empate y estuvo a punto de ver una remontada más que épica si Jordi Masip dos minutos más tarde no se hubiera inventado una parada de ensueño para sacar un cabezazo que iba ajustado a la cruceta.
El estadio leonés vivió una tarde agridulce, pero con final feliz, viendo de nuevo a un equipo combativo que no se rindió y consiguió empatar el encuentro cuando caían dos abajo.