Vladimir Cruz y el leonés Jesús Prieto representan hoy y mañana en El Albéitar '¿Conoce usted la Vía Lactea?'
El leonés Jesús Prieto es un auténtico entusiasta del teatro. Lo lleva en las venas. Y no hay ocasión en que no lo demuestre. Formado en la RESAD madrileña, ha sumado ya tres décadas de vocación por su oficio y los proyectos van acumulándose en su trayectoria, algunos de ellos tan exitosos como 'La cena de los generales', un montaje de Miguel Narros que vivió un éxito permanente durante su dilatado período de exhibición. El citado Narros o Gustavo Pérez Puig han sido algunos de los directores de prestigio que han contado con Prieto en sus elencos. Su carrera se nutre de continuos momentos y también de algún que otro punto de inflexión, como la fundación por su parte y con la complicidad de un actor de privilegio como el cubano Vladimir Cruz de la compañía teatral 13 entre L y M. Fue, bajo su dirección cuando arrancó, con ánimo de medirse al hecho teatral desde el riesgo y dándole un aroma contemporáneo. El Tenorio de Zorrilla, concebido desde una nueva perspectiva y con tan sólo cuatro actores en escena, supuso su primera experiencia sobre el escenario. Tras su estreno en La Habana, esta puesta en escena de Jesús Prieto visitaría posteriormente Belgrado y varias localidades españolas (en León fue representado en el claustro de San Isidoro y el Auditorio). Luego, vendrían 'El alma buena de Sechuan', de Brecht, estrenada en el Auditorio de León y que recientemente ha permanecido varias jornadas en el Matadero de Madrid, y '¿Conoce usted la Vía Lactea', del alemán Karl Wittlinger.
Vladimir Cruz, actor que atesoró notable prestigio tras su participación en la excelente película 'Fresa y chocolate' y que es poseedor de una trayectoria ejemplar colmada de referencias y salpicada por varios premios, es imprescindible en 13 entre L y M. El ha sido el protagonista de sus tres producciones e incluso una, 'El alma buena de Sechuan', disfrutó de su ejercicio como director. Graduado en el Instituto Superior de La Habana, coincide con Jesús Prieto en su pasión por la interpretación y así lo ha demostrado en los filmes y las obras teatrales en los que ha sido necesario su concurso. Prieto, que compagina su labor en la compañía con las colaboraciones con el grupo leonés Latele Teatro y también con la docencia, acude siempre a su experiencia y su prestigio, formando ambos un tándem creativo realmente eficaz y solvente.
Jesús Prieto no ha dejado de formar parte de los repartos de 13 entre L y M. También del de '¿Conoce usted la Vía Lactea?', el espectáculo que permanecerá en El Albéitar hoy y mañana. Vladimir Cruz y él lo interpretan bajo la dirección de Rafael Ramos de Castro, actor cántabro de extenso curriculum. El ha puesto especial empeño en el trabajo actoral a la hora de concretar el montaje y este funda principalmente la puesta en escena de la obra de Wittlinger, reputado autor que vivió el éxito gracias a títulos como este, 'El cielo de los vencidos' y 'Joven amor a la vista'.
La filosofía de 13 entre L y M insiste en el desarrollo de la acción teatral no precisamente desde la complacencia y sí a partir de una necesidad constante de exploración. La obra de Wittlinger lo propiciaba. Concebida como un auténtico canto a la vida, con personajes que cambian continuamente de registro, ahonda en un asunto concreto: la alegría de vivir con la conciencia en paz. “La verdad del mundo se enfoca a través de sus personajes y hay conceptos profundos que acreditan a un observador sagaz e inquieto”, señala Jesús Prieto a propósito de un montaje emocionalmente intenso y que da motivo para la reflexión.
La acción de la obra arranca en un hospital psiquiátrico. Un preso, el número 013, se fuga de su celda para visitar al Doctor Neuros y pedirle que le deje representar una obra teatral que ha escrito sobre su vida. El interno se llama en realidad José Blanco pero decidió adoptar, tras la guerra, la identidad de un soldado muerto, Juan Negro. Cuando descubre que se le ha dado por muerto y que parece que a nadie le interesa que siga vivo, trata por todos los medios de recuperar su identidad en medio de no pocas dificultades. “La trayectoria vital de este hombre, que se representa ante los demás enfermos, y que lo llevó a él mismo a estar encerrado en un manicomio es una constante lucha por la vida, un canto a la felicidad y un estimulo para seguir siempre adelante con la certeza de que vivir vale la pena”, asegura Prieto.
Lugar: El Albéitar. A las 21 horas
Días: 28 y 29 de marzo de 2014
Entradas: 10 euros (la mitad para los miembros de la comunidad universitaria)