Revolver: “Soy de los que piensa que la solución del mundo está en la fusión de las culturas.”

Carlos Goñi

Julio Hurtado

Revolver, o lo que es lo mismo, Carlos Goñi, llega a León con disco nuevo bajo el brazo, 'Argan'. Un disco que ha supuesto toda una apuesta de lo más arriesgada dentro de su carrera. Sonidos árabes y letras mucho más poéticas de lo habitual son dos de las principales características de este nuevo trabajo, que ha supuesto todo un reto que lleva madurando más de cuatro años. Aprovechamos su inminente visita para charlar tranquilamente con él.

Acabas de publicar 'Argan', un disco sorprendente que sin duda no dejará a nadie indiferente. Un álbum cargado de nuevos sonidos inminentemente ligado a la música árabe. ¿Qué te llevó a buscar nuevos conceptos musicales en esta cultura musical tan cercana pero a su vez tan desconocida para nosotros?

Llevo varios años viajando con regularidad a Marrakech y me siento tremendamente identificado con su cultura. Se parecen a nosotros mucho más de lo que imaginamos. Su música inspira una espiritualidad única, profunda, con la que comulgo en gran parte. Quería trasladar este concepto a mi música, a mi forma de componer. Hacerlo mío, que fuera algo natural y no forzado. Ha sido una de las mejores experiencias de mi carrera.

Grabasteis prácticamente todo el disco en Marrakech, para lo que contasteis con la inestimable colaboración de diversos y reconocidos músicos locales. ¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Qué te aportaron a nivel musical y personal estos artistas tan particulares?

El disco llevaba madurando desde hace más de cuatro años. Ya tenía la idea de grabar algo de estas características desde antes incluso de entrar a grabar '21 gramos'. Ha sido un proceso largo, de maduración de ideas, buscando la mejor forma posible de fundir diferentes estilos, sobre todo teniendo en cuenta que mi base musical es el Blues. No quería hacerlo de cualquier manera. Lo más importante era que todo cuadrará en su sitio, y eso fue sin duda lo más difícil de todo el proceso de composición. Cada día que entraba en el estudio aprendía una cosa nueva. Ha sido el disco que más he disfrutado grabando, cada día era todo nuevo, entraba en el estudio para aprender más que para enseñar como se tenían que hacer las cosas. Tanto a nivel personal como musical son gente que tiene mucho que ofrecer, son respetuosos y a su vez excelentes músicos. Ha sido un placer poder contar con ellos.

Las letras de este último disco denotan un cierto hastío. ¿Tal vez estamos estancados en una sociedad demasiado egocéntrica que parece incapaz de evolucionar en otra dirección?

Si que sería un buen ejercicio para todos nosotros que dejaremos de mirarnos tanto el ombligo. Tengo la sensación que este país en vez de tener una cara y una nuca, parece que tengamos dos nucas. No vemos lo que tenemos detrás, no vemos lo que tenemos delante, ni vemos lo que tenemos a los lados. Tal vez habría que hacerlo justamente al revés y plantearse las cosas de una manera muy diferente. Esta claro que estamos en un mal momento para todos, prácticamente a cualquier nivel, y quizás la única solución sea salir de aquí. Estamos en una época en la que nos vemos obligados a abandonar España para encontrar un futuro. Las cosas están cambiando y parece que no queremos darnos cuenta.

Al final, cada álbum es lo mejor que lo he sabido hacer. Amo profundamente mi profesión y me siento realmente afortunado de la carrera que he tenido, cada momento es único en si mismo.

En esta ocasión da la impresión que las letras están mucho más desdibujadas, que se muestran mucho más retóricas de lo habitual. ¿Cómo afrontaste el proceso de composición de este nuevo álbum?

En la poesía árabe la retórica es fundamental. La única cultura directa es la nuestra. La asiática, la marroquí, la egipcia... Te pones a leer cosas de esta gente y ninguno dice “Tú no me gustas” como lo hacemos aquí. Son mucho más respetuosos y sensibles, te aconsejarían pero siempre con enorme respeto y cariño. En su cultura es muy importante no ofender. Nunca utilizan la recta como el camino más corto entre dos puntos. Y puestos a hacer un disco dentro de estos cánones, era imprescindible transmitir su esencia. Que tuviera el mayor sentido posible, no podía entrar a cuchillo como en otros discos en los que si he hecho.

El disco parece haber descolocado ligeramente a la crítica y a los seguidores más fieles¿Cómo crees que ha recibido la gente el álbum?

Esto es así, a la mayoría de la gente le ha sorprendido. A partir de aquí, los que tengan los oídos más abiertos le darán una segunda oportunidad y de repente se engancha. Tenemos pánico a lo desconocido. En el momento que no cambian una armonía a la que estamos acostumbrados, nos rayamos y muchas veces no somos capaces de responder. Yo ante que a la gente no le guste no tengo problema, con la mayor de la honestidades posibles. El problema ha venido por algunos que no les ha gustado por una cuestión mucho más profunda, esa si me molesta, que es cuando entramos en temas de xenofobia y racismo. Por este aro no paso y me siento feliz con que a esa gente no le guste, porque sin duda no quiero tener nada que ver con ellos. Los racistas, los intolerantes y yo no tenemos nada en común, no quiero gente como esta a mi alrededor.

Cuando uno escucha con cierta atención 'Argan' se da cuenta que es un álbum realmente completo. ¿Cómo lograste darle una perspectiva tan amplia al disco?

Sin duda que lo es. Llevo toda la vida luchando contra las barreras, sobre todo a nivel cultural, y no se pueden poner diques al mar. Soy de los que piensa que la solución del mundo está en la mezcla de todo, en la fusión de las culturas, en el respeto y en la tolerancia con todo lo que nos rodea. En que todos aportamos lo nuestro, que nos hace distintos pero que todos somos iguales. Eso nos enriquece, nos hace mejores. Esto me dio una perspectiva diferente que llevó a que cada canción se convierta en una pequeña expresión de esto. Hay desde temas acústicos tranquilos, evocadores, hasta trallazos directos como 'No hay mañanas', que de alguna manera me recuerda a The Cult.

Llevas en este negocio más de veinte años. Has pasado por lo más alto, pero también ha habido sus malos momentos. ¿Cómo ves tu carrera desde la madurez que van dando los años?

Muchos me preguntan que queda del Carlos Goñi del principio. Gracias a dios he cambiado con los años. Es imposible que pasen 30 años y no que no hayas cambiado nada. Es como que si no hubieras aprendido nada por el camino. Te vas moldeando y aprendiendo tanto de los aciertos como de los errores. Para mi es fundamental el ir cambiando porque los tiempos son distintos. Todo ha cambiado, las corrientes han cambiado, los formatos han cambiado. Intentas amoldarte. Sería estúpido el que no fuese así.

Haciendo una ligera retrospectiva dentro tu carrera musical. ¿Cuál dirías que es el disco que más te ha marcado?

Me quedaría con momentos. Me quedo con la grabación del primer 'Básico', con la grabación de 'El dorado', que fue la primera vez que tuve todos los medios a mi disposición. Me quedo con 'Calle Mayor', cuando pude colaborar con el teclado de Bruce Springsteen (Danny Federici). De cada disco sacaría muchas cosas que me han ido llenado la bolsa de sensaciones. Al final, cada álbum es lo mejor que lo he sabido hacer. Amo profundamente mi profesión y me siento realmente afortunado de la carrera que he tenido, cada momento es único en si mismo.

Sin duda no es el mejor momento para el Rock. Donde todo está clasificado de alguna manera. ¿Cómo ves el panorama nacional actual? ¿Qué nombres considerás imprescindibles para entender tu concepto de música, del Rock?

Lo que es indudable es que este no ha sido un campo de cultivo demasiado rico para el Rock and Roll. Pero lo que veo es que cada uno hace lo mejor que puede y saben. Para mí hay tipos aquí, en España, que por donde pasen besaré el suelo por el que pisan, gente como puedan ser Rosendo mercado o Miguel Ríos, porque fueron los que nos enseñaron como se tienen que hacer cosas. Cuando me pongo a mirar las listas de lo que más se escucha, pues claro que no me gusta nada, pero tal vez sea porque empieza a ser una época a la que ya no pertenezco. Si miro alrededor veo gente, cantautores eléctricos como Quique González o grandes músicos que llevan muchos años en esto como Los Secretos o Los Rebeldes. No sabría decirte una influencia directa, tengo un constante hambre de conocimientos que me ha permitido escuchar y apreciar todo tipo de música.

Tu música siempre se asocia a un sonido muy personal y particular, ligado al Rock y a sonidos americanos. ¿Cuáles crees que han sido tus principales influencias?

Desde el blues más negrazo. Por ejemplo Aprendí a tocar la guitarra con Eric Clapton y me encanta. Uno de los primeros tipos que me puso la carne de gallina fue Neil Young, luego Bruce Springsteen o Billy Joel, Bob Dylan o doscientos mil más. Pero no me gustan demasiado los instrumentistas como Satriani o Steve Vai, me quedo con la gente que aporta corazón. Me gustan muchos los cantautores americanos. Me gusta toda la música, todo tiene su parte buena. Debo reconocer que hace unos años pensé que el Hip-Hop iba a ser el Rock and Roll de hoy en día. Estaba preparado para ello, pero al final ha perdido su significado y se ha convertido en un producto de marketing más.

Cada día que entraba en el estudio aprendía una cosa nueva. Ha sido el disco que más he disfrutado grabando.

Sin duda es bastante difícil clasificar tu sonido. Siempre esquivo con cualquier etiqueta.

Como te he dicho antes, escucho de todo. Me gusta desde el folk irlandés, el tango argentino, pasando por el fado portugués o la música magreví. Esta industria sin querer me ha permitido tener grandes picos de popularidad sin depender de una imagen que te lastre, un personaje al que te asocien. Esto me ha permitido de alguna manera hacer lo que siempre me ha dado la gana, tocar muchos palos. Lo que consigues es tener un armónico de posibilidades brutal, lo cual es lo que hace que yo no me aburra nunca de ésto.

Como bien has dicho anteriormente estás siempre en continuo movimiento y te gusta escuchar nuevos sonidos. ¿Qué escuchas últimamente?

El último disco que me he comprado es un disco en directo del año 80 de Rory Gallagher. Es un tipo que me gusta mucho, tengo todos sus discos. Un absoluto cañonazo, como pueden sonar bajo, guitarra y batería de esta manera. Otra recomendación: Faint y su 'Deep Water'. Es increíble lo que se pueden hacer con un par de guitarras y mucha imaginación.

Da la sensación que la cultura en España se ha convertido en un “coto privado”. Que la gente tiene cada vez menos interés y se ha vuelto ciertamente más elitista. ¿Cómo ves la situación cultural actual en España?

Una cosa que me ha ofendido mucho de toda esta élite cultural que tanto presume de ser abanderados es la manera que trataban en los telediarios e informativos el mundo de la cultura. Parece que sólo pueden pertenecer a ella los actores, los escritores cercanos al poder, los “grandes” creadores de opinión. Pero un científico capaz de hacerte una ponencia sobre física no está dentro de este abanico. Un absurdo. Muchos de ellos son los que se ponen al lado de una causa que seguramente no compartan ni tengan ni idea de que trata. Para mi ahora mismo lo más cercano a perder la libertad es pertenecer a un partido político o a una ideología concreta.

En breve tendremos el placer de tenerte actuando en León. ¿Cómo enfocas los directos? ¿Cómo te planteas llevar al directo un álbum tan rico en matices y detalles?

Esta claro que los directos son para que el público disfrute. Lo más importante es conectar con la gente y darles lo que quieren. Al final no deja de ser un espectáculo en el que estás agradecido que la gente te escuche y comparta esos momentos contigo. Para esta ocasión vamos a hacerlo en formato acústico, desnudando las canciones y presentarlas de la forma más sincera y honesta posible. Hay momentos tanto para el eléctrico, para una banda potente, pero también para un formato más íntimo, que no por ello aburrido. Esta es una gira muy especial. Seguro que la gente se sorprenderá.

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