La Orquesta de Cámara Ibérica interpreta un programa titulado 'Del amor y del dolor' en el Auditorio
La Orquesta de Cámara Ibérica, nacida en 2000 y desde 2001 orquesta residente del Festival de Música Española de León, disfruta de la dirección artística del violinista leonés Miguel Fernández Llamazares. Desde entonces, son muchas las referencias que se acumulan en su trayectoria. Especializada sobre todo en autores españoles contemporáneos, sin desdeñar a otros pertenecientes a generaciones anteriores, la orquesta ha sido protagonista de algunos estrenos, habiendo participado en numerosos festivales de toda España y actuado en escenarios como el Auditorio Nacional.
Hoy, con la participación de Rebeca Cardiel (soprano) y Marina Pardo (alto) y la colaboración como concertino de Pawel Hutnik, la Orquesta Ibérica ofrecerá en el Auditorio de León un programa titulado 'Del amor y del dolor' integrado por las obras 'Stabat Mater', de Pergolesi, y ' Serenata para cuerdas en Do Mayor, Op. 48', de Tchaikovsky. “Una vez más, los sentimientos de dolor y de amor, que tantas veces caminan juntos de la mano, sirven de fuente de inspiración para dos grandes obras de la música religiosa y profana”, ha escrito Fernández LLamazares.
A propósito de Pergolesi y de 'Stabat Mater', Llamazares ha escrito: “Giovanni Battista Pergolesi nació en Jesi, Italia, en 1710. Inició sus estudios musicales con maestros locales y hacia 1725 fue enviado a un conservatorio musical napolitano, donde siguió cursos de composición con Gaetano Greco y Durante, y de violín con Doménico de Matteis. Completados sus estudios, en 1732 Pergolesi pasó a ser maestro de capilla del Príncipe de Stigliano, para luego entrar al servicio del Duque de Maddeloni, donde prosiguió la composición de ópera y música sacra. En 1736 Pergolesi cayó gravemente enfermo de tuberculosis, retirándose al monasterio de Pozzuoli, cerca de Nápoles, donde fallecería ese mismo año. Fue allí donde compuso, entre otras obras, el Stabat Mater, por encargo de la Cofradía de ”San Luigi di Palazzo“ de Nápoles, con objeto de reemplazar al Stabat Mater de Alessandro Scarlatti, que se cantaba todos los Viernes Santos. No sorprende que un compositor que sólo vivió 26 años sea recordado sólo por dos obras: el Stabat Mater y La serva padrona -intermezzo de la ópera seria Il prigionier superbo-, las únicas obras de Pergolesi regularmente interpretadas hoy (con excepción de alguna música de cámara que puede no ser auténtica). Durante los años que siguieron a su muerte, su música fue muy popular. Manuscritos de sus obras circularon extensamente, editores de todas partes sacaron a la luz tantas de sus composiciones como les fue posible, y una verdadera fiebre de Pergolesi se extendió por toda Europa, influenciando a la nueva música que por entonces se producía. La obra original está compuesta para dos castrados (la Iglesia prohibía a las mujeres exhibirse y cantar en lugares de culto), uno soprano y otro contralto, aunque en la actualidad es interpretada por una soprano y una mezzo. Calificada por Bellini como ”divino poema di dolore“, muestra una curiosa mezcla de estilos. La obra se inicia con un movimiento marcadamente expresivo -Stabat Mater- en el antiguo estilo barroco. Pergolesi le pone fin en el mismo estilo con un conmovedor y contrapuntístico coro de ”Amén“. Pero su afinidad con la ópera cómica se hace evidente en el carácter de movimientos tales como el dúo ”Quando Corpus“, Nº 12, y las arias ”Quae moerebat“, Nº 4, y ”Eia Mater“, Nº 7, realmente operísticas. Mientras el Nº 8, ”Fac ut ardeat“, apunta al Barroco, ”O quam tristis“, Nº 3, tiene la misma atmósfera de la música sacra de Mozart, con sus delicados adornos armónicos. Stabat Mater (en latín Estaba la Madre) es una secuencia católica del siglo XIII atribuida a Inocencio III y al franciscano Jacopone da Todi. Esta plegaria, que comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa (estaba la Madre sufriendo), medita sobre el sufrimiento de María la Madre de Jesús durante la crucifixión. Múltiples compositores de distintas épocas y estilos han compuesto en base a este texto medieval”.
De la pieza de Tchaykovsky elegida para este concierto, Llamazares también ha reseñado: “El compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky nació en Votkinsk en 1840. Su talento musical se manifestó muy pronto y recibió lecciones de piano, primero en su ciudad natal y más tarde en San Petersburgo, adonde la familia se trasladó en 1848. Entre las obras más conocidas que escribió se encuentran los ballets El lago de los cisnes, El Cascanueces, la ópera Eugene Onegrin, las Sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta y los Conciertos para violín y para piano. Todas ellas fueron escritas en un estilo muy personal, que no era ni abiertamente germánico, como se empeñaban sus detractores rusos, ni abiertamente nacionalista, como se empeñaban sus detractores extranjeros. La vida interior de Tchaikovsky fue azarosa y turbulenta. El fallecimiento de su madre, cuando él tenía 14 años, su temperamento inestable e hipersensible y su tendencia homosexual, algo no aceptado por la sociedad de su tiempo, le ocasionaron profundos problemas psicológicos. La acaudalada y culta viuda Nadezhda von Meck, admiradora de su obra, inició con el compositor una relación exclusivamente epistolar, pues jamás llegaron a verse, y le asignó una sustanciosa pensión, para aliviar sus problemas económicos. Fue en 1880, durante este periodo de estabilidad sentimental, cuando Tchaikovsky acometió la composición de una de sus obras más populares: la deliciosa 'Serenata para orquesta de cuerdas'. El estreno se produjo el mismo año, en un concierto privado del Conservatorio de San Petersburgo. En 1881 se presentó al público en la capital imperial y, en 1882, en Moscú. Tuvo un éxito inmediato, recibiendo felicitaciones por el trabajo de uno de sus héroes musicales, el pianista y compositor Antón Rubinstein. Según palabras del propio compositor a su mecenas ”...la obra se escribió desde la compulsión interna. Esta es una pieza de corazón.“ Desde entonces, esta 'obra menor' del gran compositor ruso, sigue conmoviendo a los oyentes por la melancólica belleza de su melodía.”
Página web de la orquesta http://www.orquestaiberica.com/
Lugar: Auditorio de León. A las 21 horas
Día: 30 de marzo de 2014
Entradas: 10 euros